Uso apropiado de mascarilla doble aumenta protección contra COVID-19, declara Centers for Disease Control and Prevention de Estados Unidos

Lindsay Kalter

Conflictos de interés

23 de febrero de 2021

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Utilizar una mascarilla quirúrgica bien ajustada, o usar dos mascarillas, puede reducir significativamente la transmisión de la COVID-19 y lentificar la propagación de las nuevas cepas más contagiosas, de acuerdo con un informe de Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos dado a conocer el 18 de febrero.

Los investigadores encontraron que si dos personas utilizan mascarillas quirúrgicas anudadas y bien ajustadas sobre la cara (o si las dos utilizan una mascarilla de tela sobre una mascarilla quirúrgica) la exposición a las partículas víricas se reduce más de 95%.

"Los datos en este estudio subrayan el hallazgo de que un buen ajuste aumenta la eficiencia general de la mascarilla. Se ha demostrado que múltiples formas de mejorar el ajuste son eficaces", afirmaron los autores.

Un "experimento de respiración simulada" demuestra que las mascarillas quirúrgicas por sí solas bloquean 42% de las partículas de COVID-19 para el usuario, y las mascarillas de tela bloquean casi 44% de las partículas. Utilizar una mascarilla de tela sobre una mascarilla quirúrgica aumentó la protección a la persona que las utilizaba, bloqueando 83% de las partículas pequeñas.

Aunque en otros estudios recientes se han analizado los "ajustadores de mascarillas" (banda que pasa sobre una mascarilla para mantenerla ajustada al rostro) y se vio que mejoran la eficacia, CDC declaró que considera que el mejor ajuste se logra utilizando una mascarilla quirúrgica cubierta con una mascarilla de tela.

Los fallecimientos por COVID-19 en Estados Unidos aumentaron en noviembre, y aunque están disminuyendo, las cifras todavía son elevadas. Funcionarios sanitarios han advertido que en marzo la variante originada en Reino Unido podría convertirse en la cepa dominante en el territorio estadounidense.[1]

Estos hallazgos surgen entre inquietudes crecientes en torno a tres nuevas variantes de COVID-19 muy contagiosas identificadas en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil. Las tres se han abierto camino a través de las fronteras a Estados Unidos.

En lo que respecta a las nuevas variantes de coronavirus, la directora de CDC, Dra. Rochelle Walensky, manifestó en una conferencia de prensa en la Casa Blanca que en la actualidad la agencia estima que 1% a 4% de los casos de COVID-19 en Estados Unidos fueron causados por la variante de Reino Unido, también conocida como B.1.1.7.

En el estudio sobre las mascarillas, la Dra. Walensky indicó que desde el punto de vista científico ya está claro que las normas sobre las mascarillas pueden disminuir las infecciones y los fallecimientos por COVID-19. Sin embargo, remarcó que la nueva investigación de CDC "subraya la importancia de utilizar correctamente una mascarilla y asegurarse de que se adapte y se ajuste muy bien sobre la nariz y la boca".

Asimismo, la Dra. Walensky destacó que cualquier tipo de mascarilla ofrece alguna protección, "y las mascarillas bien ajustadas proporcionaron la máxima eficacia para bloquear aerosoles emitidos y la exposición del receptor a estos".

Aunque al inicio de la pandemia se sabía poco sobre la protección con mascarillas, la investigación acumulada proporciona datos claros de que funcionan bien. En un artículo publicado en junio en Physics of Fluids se explicó que toser puede hacer que las gotitas se desplacen 3,6 m en aproximadamente 50 segundos.[2] Con una mascarilla de algodón casera de ajuste adecuado y de múltiples capas, estas gotitas solo se desplazaron 6 cm.

En un estudio publicado en abril en Nature Medicine se observó que las mascarillas quirúrgicas reducían drásticamente la transmisión de las gotitas del resfriado y la influenza.[3] En un artículo publicado en enero en The Lancet Digital Health se afirma que el incremento del uso de mascarillas en una población aumentaría a más del triple su probabilidad de controlar la propagación de COVID-19.[4]

Por último, en un estudio de CDC que se dio a conocer este mes se observó que del 22 de marzo al 27 de octubre de 2020, 10 lugares en estados de la Unión Americana en los que es obligatorio el uso de mascarilla informaron disminución de las tasas de aumento de hospitalización por COVID-19 hasta de 5,5 puntos porcentuales. En la actualidad hay más de 40 estados y territorios estadounidenses en los que es obligatorio el uso de mascarilla.[5]

Para garantizar el uso adecuado de la mascarilla, las recomendaciones de CDC incluyen:

  • Elegir una mascarilla que tenga dos o más capas de tela lavable y transpirable.

  • Colocarse la mascarilla sobre la nariz y la boca y asegurarla bajo el mentón.

  • Anudar las cintas de una mascarilla quirúrgica, donde se unen a la mascarilla, y luego meterlas por dentro y aplanar el material adicional cerca de la cara (mascarillas anudadas y apretadas).

  • Ajustar muy bien la mascarilla a los lados de la cara y deslizar las cintas sobre las orejas o anudarlas por detrás de la cabeza.

  • Si se debe ajustar de continuo la mascarilla, significa que no se ajusta adecuadamente, y podría ser necesario encontrar diferente tipo o marca de mascarilla.

  • Usar la mascarilla bajo la bufanda, la mascarilla para esquiar o el pasamontañas en clima frío.

  • Mantener una mascarilla de repuesto para reemplazar la que se moje.

  • Almacenar mascarillas reutilizables húmedas dentro de una bolsa de plástico hasta que se puedan lavar.

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