Rituximab probablemente sea bien tolerado en pacientes pediátricos, pero con infecciones frecuentes

Marilynn Larkin

Conflictos de interés

19 de febrero de 2021

NUEVA YORK, USA. Rituximab parece ser bien tolerado en niños y adolescentes, pero con infecciones frecuentes y recuperación del recuento de células B a más de un año, según datos de un estudio retrospectivo.[1]

"Las acciones de los médicos que midieron la recuperación de las células B y la función inmunológica fue muy variable", comentó a Reuters Health el Dr. Casey McAtee, del Baylor College of Medicine, en Houston, Estados Unidos. "La mayoría de los niños se realizó pruebas dentro de los primeros dos meses, periodo en que los pacientes tenían depleción universal de células B. Los resultados de este estudio respaldan la idea de retrasar dicha investigación después de una dosis para registrar el periodo prolongado en el que se da una posible reconstitución inmune".

"Afortunadamente la mayoría de las infecciones fue leve y la incidencia tuvo tendencia a la baja a medida que se recuperaron las células B, pero 18% de los niños tuvo infecciones que requirieron hospitalización", añadió.

"Nos sorprendió descubrir que las infecciones eran particularmente altas en los pacientes que recibieron suplementación inmunológica con inmunoglobulina intravenosa, lo que sugiere que la inmunoglobulina intravenosa prescrita en nuestra cohorte de pacientes es insuficiente para prevenir infecciones en un subgrupo de pacientes de alto riesgo", indicó.

"También es posible que los pacientes que recibieron inmunoglobulina intravenosa constituyeran una población con mayor riesgo de infecciones. Los estudios futuros deben centrarse en estrategias, inmunoglobulina intravenosa u otras acciones, para reducir las infecciones en el periodo de inmunosupresión posterior a rituximab".

Como se informó en JAMA Network Open, el Dr. McAtee y sus colaboradores analizaron los expedientes de 468 pacientes que recibieron al menos una dosis de infusión de rituximab desde octubre de 2010 hasta 2017. La edad promedio en la primera dosis fue de 14,3; 63% integrado por mujeres y 45% reportó ser de raza blanca hispana. El seguimiento fue de 11.713 meses-persona.

Los eventos adversos asociados con rituximab ocurrieron en 72 pacientes (15,4%) y anafilaxia en 17 (3,6%).

No se informaron eventos adversos a largo plazo, como neutropenia prolongada o leucoencefalopatía.

Las infecciones ocurrieron en casi la mitad (47,9%) de los pacientes; 18% tuvo infecciones graves y tres (0,6%) fallecieron. El uso concurrente de quimioterapia intravenosa, el tratamiento del lupus eritematoso sistémico, la neutropenia y el uso de inmunoglobulina intravenosa se asociaron con mayor riesgo de infección.

Cerca de un tercio de los pacientes (28,8%) tuvo seguimiento hasta la recuperación del recuento de células B; el número de células CD19 + o CD20 + se normalizó en una mediana de 9 meses después de rituximab, mientras que 51% tuvo recuentos de células B bajos para su edad durante más de un año.

La recuperación del número de células B de memoria CD27+ se produjo en una mediana de 15,7 meses.

Aproximadamente una cuarta parte (23,2%) de los pacientes con valores iniciales normales desarrolló niveles bajos de inmunoglobulina G y 40,8% desarrolló niveles bajos de inmunoglobulina M; entre los evaluados después de 12 meses con rituximab, 13,7% tenía inmunoglobulina G persistentemente baja y 33,9% inmunoglobulina M persistentemente baja.

El Dr. Joseph Rosenthal, director de hematooncología pediátrica de City of Hope, en Duarte, Estados Unidos, comentó a Reuters Health: "La importancia de este trabajo radica en solidificar datos conocidos de reportes anteriores más pequeños mediante el uso de gran número de sujetos".

"Los sujetos tratados con rituximab en el estudio padecían amplio espectro de trastornos; la mayoría está asociada con un estado de inmunosupresión, ya sea por el diagnóstico primario o el tratamiento de este", dijo.

"Los autores destacan que rituximab afecta el sistema inmunológico al reducir la cantidad de células B y, por tanto, disminuye los niveles de inmunoglobulinas. Sin embargo, ese efecto adverso en el sistema inmunológico no se puede diferenciar de la contribución de otros orígenes. Se necesita mejor manejo de las enfermedades infecciosas para las condiciones subyacentes y su tratamiento con o sin rituximab".

La Dra. Carli Beall, gerente de farmacia clínica de Pediatric Transplantation and Cellular Therapy, en Montefiore Health System, en Nueva York, Estados Unidos, también comentó: "La mayoría de los pacientes en este estudio tenía indicaciones no oncológicas para rituximab, por lo que es menos generalizable a pacientes pediátricos con neoplasias hematológicas".

"Dado que el mayor riesgo de infección se da en el mes posterior a rituximab, sería interesante observar el uso de profilaxis bacteriana durante este tiempo. Estoy de acuerdo en que es importante explorar más a fondo la asociación entre la administración de inmunoglobulina intravenosa y las infecciones después de rituximab", destacó.

Agregó: "Hubiera sido útil informar si todos los pacientes fueron examinados para detectar la infección por hepatitis B antes de recibir rituximab y si los pacientes recibieron profilaxis, si estuviera indicado.

Aunque solo nueve pacientes experimentaron infección por el virus del herpes simple, cinco de ellos requirieron hospitalización. Sería bueno explorar el uso de la profilaxis contra el virus del herpes simple y analizar si podría prevenir estas infecciones sin causar eventos adversos adicionales".

El estudio fue financiado por una subvención de Bristol Myers Squibb de un programa de investigación iniciada por el investigador que fue otorgada a un coautor.

Traducido y adaptado por el equipo de Medscape en español.

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