Los pacientes con cáncer tienen menos probabilidades de recibir angioplastia coronaria tras un infarto

Marilynn Larkin

Conflictos de interés

18 de febrero de 2021

NUEVA YORK, USA. Los pacientes con cáncer que sufren un infarto de miocardio tenían menos probabilidades que los pacientes sin cáncer de ser tratados con angioplastia coronaria en un estudio retrospectivo.[1]

Los autores señalaron que la angioplastia coronaria está "subutilizada" en pacientes con cáncer, a pesar de las tasas comparables de mortalidad hospitalaria y eventos cardiovasculares y cerebrovasculares adversos mayores a pacientes sin cáncer.

Los pacientes con cáncer que sufren un infarto de miocardio a menudo no se someten a angioplastia coronaria "porque los beneficios se desconocen, ya que muchos de los ensayos históricos de investigación que analizaron la efectividad de estos procedimientos excluyeron a los pacientes con cáncer, y estos pueden estar en mayor riesgo de complicaciones de procedimientos, como hemorragia mayor", indicó a Reuters Health el Dr. Mamas Mamas, de Keele University, en Newcastle, Reino Unido.

"Nosotros encontramos que los pacientes con cáncer tienen hasta 50% menos probabilidades de recibir angioplastia coronaria, en comparación con los pacientes sin cáncer. Sin embargo, encontramos que si se les ofrece este tratamiento tienen tanto beneficio como los pacientes sin cáncer. La angioplastia coronaria salva vidas en el contexto de un infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST, independientemente de que el paciente tenga o no cáncer", añadió.

Como se informó en European Heart Journal, el Dr. Mamas y sus colaboradores analizaron los registros de más de un millón de pacientes de la National Inpatient Sample entre 2004 y 2015.

Cerca de 39.000 pacientes (2,1%) tenían diagnóstico actual de cáncer, de los cuales 29% era hematológico, 25% próstata, 24,5% pulmón, 12% mama y 9,6%, colon.

La mayoría de los pacientes sin cáncer recibió angioplastia coronaria para infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST (82,3%), mientras que las tasas de angioplastia coronaria fueron mucho más bajas en los grupos de cáncer actuales (54,2% a 70,6%), especialmente en aquellos con cáncer de pulmón (54,2%).

En ambos grupos los pacientes que se sometieron a angioplastia coronaria generalmente eran más jóvenes y propensos a ser hombres, asegurados de forma privada o que pagaban por cuenta propia, y eran ingresados en hospitales universitarios urbanos o con camas más grandes. También tenían menor prevalencia de fibrilación auricular, anemia, insuficiencia cardiaca o renal, enfermedad pulmonar crónica y demencia, y mayor prevalencia de factores de riesgo, como dislipidemia y arritmias ventriculares.

Los que se sometieron a angioplastia coronaria en los grupos de cáncer tenían más probabilidades de sufrir choque cardiogénico que quienes no lo hicieron. También eran más propensos a tener una intervención de un solo vaso y recibir stents de metal desnudo (frente a los liberadores de fármacos).

En ambos grupos las tasas brutas generales de eventos cardiovasculares y cerebrovasculares adversos mayores, mortalidad por todas las causas, ictus agudo y hemorragia mayor fueron más altas de manera estadísticamente significativa en los que no recibieron angioplastia coronaria. No se observaron diferencias en las probabilidades de hemorragia mayor entre los subgrupos con y sin angioplastia coronaria en todos los tipos de cáncer.

Además el efecto del tratamiento promedio de angioplastia coronaria sobre eventos cardiovasculares y cerebrovasculares adversos mayores y la mortalidad en los grupos de cáncer fue al menos igual, o en algunos casos mayor que en el grupo sin cáncer.

El Dr. Nathaniel Smilowitz, cardiólogo intervencionista y profesor asistente de medicina en NYU Langone Health, en Nueva York, Estados Unidos, describió los hallazgos como "aleccionadores".

"Es reconfortante ver que la angioplastia coronaria se asoció con resultados hospitalarios más favorables en pacientes con infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST con y sin cáncer activo. Un diagnóstico de cáncer no debería prohibir el tratamiento invasivo del infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST con angioplastia coronaria primaria en muchos casos", agregó.

"Las conversaciones sobre las metas de cuidado apropiadas entre los pacientes y sus médicos pueden haber conducido a tener tasas más bajas de angioplastia coronaria primaria. Además, el sesgo de selección en la decisión de realizar angioplastia coronaria primaria no se puede excluir, a pesar de la compatibilidad, debido a factores de confusión no medidos relevantes para los pacientes con cáncer, como estado funcional, riesgos de hemorragia y presencia de enfermedad metastásica intracraneal, pronóstico oncológico a largo plazo, y metas individuales de cuidado", destacó.

"Estos hallazgos requieren de más investigación", concluyó el Dr. Smilowitz.

Traducido y adaptado por el equipo de Medscape en español.

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