Bienvenido a Factor de impacto, su dosis semanal de comentario de un estudio médico nuevo. Soy el Dr. F. Perry Wilson, de la Yale School of Medicine.
Hay una manera adecuada y una manera inadecuada de hacer un estudio sobre la dieta. La manera inadecuada es enviar un cuestionario a miles de personas pidiéndoles que recuerden lo que han comido y que relacionen esas respuestas con las consecuencias posteriores. Así es como se publican estudios que nos dicen que los huevos matan o son saludables, o cualquier otra cosa.[1]
La manera adecuada es lo que hicieron nuestros colegas de National Institutes of Health en este estudio publicado en Nature Medicine:[2] encerraron a las personas en una habitación durante 28 días y midieron absolutamente todo.
El motivo real de este estudio consiste en las dudas relacionadas con la dieta cetogénica. Lo que empezó Atkins resurge cada pocos años con un nombre diferente, pero el concepto es básicamente el mismo: el enemigo es el grupo de hidratos de carbono.
Aumentan la secreción de insulina con acumulación de grasa y (la teoría sigue) el consumo de alimentos. En otras palabras, los hidratos de carbono nos atrapan en un círculo vicioso de comer, segregar insulina y comer más, que nos conduce a la epidemia actual de obesidad.
Pero esta no es la única teoría. Muchos colegas creen que lo importante no son los componentes de los alimentos, sino cómo los ingerimos. Los alimentos altamente procesados con sabores potenciados, sales y azúcares, estimulan nuestros sentidos y liberan calorías en forma densa que básicamente nos produce un balance energético positivo y aumentamos de peso. No influye el hecho de que estos alimentos altamente procesados tengan un contenido alto de hidratos de carbono.
Por este motivo los investigadores decidieron deshacer el nudo. Incluyeron 20 adultos en un estudio aleatorizado cruzado. Debían pasar 28 días en la unidad metabólica de National Institutes of Health en Bethesda. Durante 2 semanas debían seguir una dieta cetogénica con alto contenido de proteínas de origen animal o una dieta baja en grasa y rica en hidratos de carbono principalmente a base de alimentos vegetales. Después de 2 semanas cambiaban a la otra dieta.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
Es importante especificar que este era un estudio en el que se permitía comer sin restricción. Les ofrecían más comida de la que querían y les decían que comieran todo lo que quisieran. Les dijeron que no intentaran perder peso y que se comportaran con normalidad.
Midieron muchos parámetros (y nos centraremos en algunos) pero el criterio principal de valoración era el número de calorías ingeridas. Los resultados eran bastante sorprendentes. Estas 20 personas ingirieron una media de 700 calorías menos al día con la dieta baja en grasa que con la dieta cetogénica.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
Es una diferencia considerable. Esto comenzó de inmediato: el día 1 con la dieta pobre en grasa. No hay una tonelada de evidencia de que estuviera sucediendo algo interesante relacionado con los componentes de la dieta. Simplemente estas personas no comían tanto, eran expertos en calorías.
¿Por qué comieron menos? No porque la dieta pobre en grasa fuera desagradable. Las calificaciones de "apetecible" y "familiaridad" de los alimentos eran parecidas.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
Un hecho clave es que la densidad de energía de la dieta pobre en grasa era mucho más baja. Los alimentos vegetales no tienen las mismas calorías por gramo que el beicon. Por este motivo ingerían más calorías por minuto con la dieta cetogénica.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
De acuerdo. Por tanto, dado que las personas con la dieta pobre en grasa ingerían menos calorías, ¿perdieron más peso?
De manera sorprendente, no fue así. De hecho, las personas con la dieta pobre en hidratos de carbono perdieron más peso, sobre todo durante la primera semana.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
Este fenómeno se ha observado antes con las dietas muy pobres en hidratos de carbono y existen explicaciones diversas. La mejor explicación que tengo es que sin hidratos de carbono se degradan muchos depósitos de glucógeno liberando agua que se pierde en la orina.
Esto está avalado por el hecho de que la pérdida de peso con la dieta cetogénica no era una pérdida de peso muy buena. La absorciometría de rayos X de energía dual (DEXA) reveló que el peso perdido en el grupo con dieta cetogénica correspondía principalmente a pérdida de músculo. Sorprendente, si se tiene en cuenta la mayor ingestión de proteínas con dicha dieta. La pérdida de peso más reducida del grupo con dieta pobre en grasa correspondía principalmente a pérdida de masa grasa.
Hall KD, Guo J, Courville A, Boring J, y cols. Nat Med[2]
En la actualidad no todo es luz del sol y combinación de alimentos vegetales para la dieta pobre en grasa. Como era previsible, el contenido más alto de hidratos de carbono aumentó significativamente la glucemia y la variabilidad de la glucemia. Ambos se han relacionado con cardiopatía.
Pero lo cierto es que resulta difícil seguir cualquiera de estas dietas sin estar encerrado en una cámara metabólica de National Institutes of Health. Es destacable que ambos grupos del estudio perdieron peso. Y probablemente debemos fijarnos en las similitudes de estas dietas más que en las diferencias: ninguna contenía alimentos muy procesados.
Con independencia del contenido de macronutrientes, los alimentos de estas dietas eran reales y para ser sincero no son los mismos que los de mi despensa. Es probable que el objetivo no sea dar preferencia a un macronutriente frente a otro, sino evitar los alimentos diseñados específicamente para hacernos comer más de lo que deberíamos.
El Dr. F. Perry Wilson, M.S.C.E., es profesor titular de medicina y director del Yale's Program of Applied Translational Research. Su trabajo de comunicación científica puede encontrarse en el Huffington Post o NPR, y aquí en Medscape.
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Citar este artículo: Alimentación cetogénica frente a alimentación a base de plantas: ¿es correcto el modelo de carbohidratos-insulina? - Medscape - 3 de feb de 2021.
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