Mini-examen clínico: Abordaje de la hipercalcemia

Dr. José Gotés Palazuelos

Conflictos de interés

3 de febrero de 2021

El calcio es un elemento con regulación orgánica compleja, ya que participa en gran cantidad de funciones, desde depósito en hueso, contracción muscular, mensajero secundario hasta la coagulación. Por este motivo el cuerpo mantiene concentraciones sanguíneas muy estables de calcio, entre 8,5 y 10,1 mg/dl o 4,5 a 5 mg/dl de calcio ionizado. Este último es el calcio no unido a proteínas que es la porción de la concentración sérica que se difunde a los tejidos.

El calcio se regula por la acción de diferentes hormonas. La baja concentración de calcio en la sangre estimula a las glándulas paratiroideas a secretar hormona paratiroidea, que a su vez extrae calcio del hueso, reabsorbe calcio en los túbulos proximales renales y favorece la conversión de la 25-hidroxivitamina D a la forma activa de 1-25 hidroxivitamina D, que en consecuencia aumentará la absorción intestinal de calcio.

El efecto neto de todos estos cambios es el incremento en las concentraciones séricas de calcio.[1]

La hipercalcemia se define como la elevación de las concentraciones séricas de calcio dos desviaciones estándar por encima del límite superior del laboratorio (esto por lo usual supone un valor por encima de 10,5 mg/dl) en dos mediciones hechas por lo menos con una semana de diferencia.[2] La hipercalcemia es un fenómeno cuya prevalencia varía dependiendo de la población que se estudie, aunque se estima que puede rondar entre 1% y 2% de la población y hasta 5% en personas hospitalizadas.[3] ¿Cuánto sabe sobre el diagnóstico de la hipercalcemia? Evalúe sus conocimientos con nuestro Mini-examen clínico.

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