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Hola, soy la Dra. Zaira Medina, grabando para Medscape en español, y el día de hoy revisaremos algunos aspectos importantes sobre el entrenamiento olfatorio para pacientes con hiposmia o anosmia como parte de la afección por el virus SARS-CoV-2.
Comenzaré mencionando que los aromas llegan al neuroepitelio que cubre una superficie de 8 a 10 cm2 de la hendidura olfatoria en la parte superior de la cavidad nasal y se unen para activar las proteínas receptoras olfativas. El neuroepitelio contiene entre 5 y 30 millones de neuronas receptoras que expresan alrededor de 350 receptores olfatorios diferentes.
La pérdida del olfato que ocurre en las infecciones de vías respiratorias superiores es causada por una combinación de factores, incluyendo obstrucción mecánica para la transmisión de aromas en la hendidura olfativa por inflamación mucosa (tormenta de citocinas) y diseminación o neurodegeneración del neuroepitelio que interfiere con la unión de los aromas a los receptores olfatorios.
Las proteínas ACE2 y TMPRSS2 son requeridas para la penetración al hospedero y facilitan la acumulación, replicación y unión de SARS-CoV-2; estas proteínas se expresan en las células sustentaculares y en menor grado en los receptores olfatorios del neuroepitelio, lo cual podría tener un papel potencial en la pérdida del olfato en pacientes con COVID-19.[1]
Los pacientes con COVID-19 pueden experimentar hiposmia, anosmia o disgeusia de forma súbita y grave, incluso de forma aislada; algunos autores sugieren que la pérdida del gusto es más frecuente que la pérdida del olfato en pacientes hospitalizados y, por tanto, se relaciona más con formas graves de COVID-19. Por esta razón, es deseable la realización de prueba de reacción en cadena de la polimerasa para SARS-CoV-2 en personas con pérdida aislada del olfato durante la pandemia.
La incidencia es variable, de 5% hasta 98%, dependiendo de la metodología, país y estudio. La pérdida del gusto puede ser causada por pérdida de la función olfativa retronasal o pérdida real del gusto. No hay evidencia clara de alguna opción farmacológica terapéutica para la pérdida posviral del olfato.
El beneficio de los corticoesteroides intranasales o sistémicos en anosmia posviral es poco claro, y aunque son prescritos como tratamiento de primera línea, en realidad suelen ser más útiles en exacerbaciones virales que para los efectos posvirales.[2]
El abordaje diagnóstico sugerido en quienes tuvieron COVID-19 y persisten con pérdida del olfato durante más de tres meses consiste en realizar rinoscopia y exploración nasal completa; si esta resulta normal se debe realizar una imagen por resonancia magnética o tomografía computarizada. El estudio de imagen se debe solicitar antes si existen datos clínicos neurológicos concomitantes en la exploración de forma independiente de la duración de los síntomas olfatorios.
El entrenamiento olfatorio es la única opción terapéutica basada en evidencia actual para la pérdida olfatoria posviral. Alrededor de 90% de los pacientes con COVID-19 con pérdida del olfato puede recuperar el olfato dentro del primer mes después de la infección; el entrenamiento olfativo se recomienda si después de ese periodo no ha habido recuperación, pero puede comenzar antes.
El entrenamiento olfatorio implica la repetición y exposición repetida a un conjunto de olores (limón, rosa, clavo y eucalipto) durante 20 segundos una dos veces al día durante al menos tres meses; en un estudio aleatorizado controlado y multicéntrico se concluyó que este tipo de entrenamiento es un procedimiento seguro y útil en pacientes que lo inician dentro de los primeros doce meses después de inicio de la pérdida olfativa; el uso de concentraciones altas de los aromas es de mayor beneficio en este tratamiento.[3]
Por otro lado, el uso de omega-3 podría actuar por medios de regeneración neuronal y antiinflamatorios, pero esto aún es controversial.
En conclusión, podemos decir que en los pacientes con pérdida del olfato que tuvieron COVID-19, después de descartar causas locales tratables concomitantes en la pérdida olfativa, debemos realizar un estudio de neuroimagen para descartar causas centrales y comenzar con entrenamiento olfatorio de forma temprana. El uso de otras estrategias terapéuticas, como gotas de vitamina A, esteroides orales o intranasales es controversial, y por el momento no ha demostrado que mejore la recuperación del olfato en estos pacientes.
Muchas gracias por su atención, soy la Dra. Zaira Medina, para Medscape en español.
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Citar este artículo: Entrenamiento olfatorio para pacientes con hiposmia o anosmia pos-COVID-19 - Medscape - 4 de feb de 2021.
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