Los esteroides aumentan el riesgo de infección en células T con receptor de antígeno quimérico en el linfoma no-Hodgkin de célula B de alto grado

Liam Davenport

Conflictos de interés

29 de diciembre de 2020

Administrar esteroides a pacientes con linfoma no-Hodgkin de células B de alto grado con recaídas y resistente después del tratamiento con células T con receptor de antígeno quimérico puede aumentar considerablemente el riesgo de infección, señala un análisis del mundo real de datos de pacientes de Reino Unido.[1]

El análisis también indicó que los pacientes que han recibido múltiples líneas de quimioterapia previas tienen especial riesgo después de recibir el tratamiento.

La investigación fue presentada en el 62º Congreso de la American Society of Hematology (ASH) de 2020 el 7 de diciembre de forma virtual.

Estudio de Londres

La Dra. Lorna Neill, del Departamento de Hematología en University College London Hospitals NHS Foundation Trust, en Londres, Reuno Unido, y sus colaboradores, analizaron los registros de 60 pacientes con linfoma no-Hodgkin de células B de alto grado que recibieron tratamiento mediante células T con receptor de antígeno quimérico, de los cuales más de un tercio había recibido fármacos de por lo menos tres líneas de tratamiento previas.

Casi la mitad de los pacientes presentó una infección (la mayor parte de tipo bacteriano) al cabo de 30 días de recibir el tratamiento. Más de la mitad también desarrolló el síndrome de liberación de citocinas y una cuarta parte el síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria grave.

El análisis demostró que el riesgo de infección después del tratamiento mediante células T con receptor de antígeno quimérico aumentó 4,3 tantos en los pacientes que habían recibido al menos tres líneas de tratamiento previo, mientras que el uso de esteroides aumentó el riesgo en un factor de 3,8.

Al presentar los resultados, la Dra. Neill indicó que la tasa de infecciones tempranas después de la infusión de células T con receptor de antígeno quimérico es "equivalente a las de otras cohortes".

Sin embargo, señaló que "a diferencia de algunos centros estadounidenses, esta cohorte no recibió antibióticos profilácticos ni inmunoglobulina intravenosa".

La Dra. Neill continuó: "Sin duda, pacientes con edad avanzada con linfoma de alto grado tienen riesgo elevado de síndrome de liberación de citocinas y síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria, el cual aumenta el uso de esteroides y al parecer da lugar a complicaciones infecciosas".

"El tratamiento previo intenso también puede aumentar los riesgos al intensificar la inmunodepresión antes del tratamiento mediante células T con receptor de antígeno quimérico, y las estrategias para modular estos riesgos incluyen optimización de la transición con quimioterapia para reducir la carga de la enfermedad... en combinación con la profilaxis de infecciones desde la fecha de derivación del paciente hasta un mínimo de 3 a 6 meses después de la infusión".

Añadió: "En este análisis los esteroides representan riesgo importante y se ha de hacer todo lo posible por reducir gradualmente las dosis de manera suave, mientras que el uso de fármacos para ahorrar esteroides puede ser importante y se esperan los resultados de un estudio clínico".

"Problema del mundo real"

La Dra. Catherine Diefenbach, directora, Programade Linfoma Clínico en el NYU del Langone’s Perlmutter Cancer Center, en Nueva York, Estados Unidos, quien no intervino en el estudio, comentó a Medscape Noticias Médicas que las infecciones subsiguientes al tratamiento mediante células T con receptor de antígeno quimérico son "un problema del mundo real".

Sin embargo, afirmó: "Tal vez no fuera tan prominente cuando las células T con receptor de antígeno quimérico se restringían para utilizarse en centros especializados, y es algo que definitivamente vamos a tener que observar, pues las células T con receptor de antígeno quimérico no tienen toxicidad inicial insignificante", debido al síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria y al síndrome de liberación de citocinas.

La Dra. Diefenbach también señaló por el estudio al parecer "hay algunas formas de estratificar el riesgo y potencialmente dar tratamiento profiláctico a estos pacientes".

Lo más importante es que los resultados son "otro motivo que se contrapone a las dosis prolongadas de esteroides", dijo, añadiendo que los antibióticos profilácticos pueden ser útiles en pacientes con riesgo muy elevado.

Los fármacos inmunoterapéuticos de células T con receptor de antígeno quimérico dirigidos a CD19 tisagenlecleucel y axicabtagene ciloleucel fueron aprobados para uso en el National Health Service en pacientes con linfoma no-Hodgkin de células B de alto grado a partir de diciembre de 2018.

Infección

La Dra. Neill destacó que los efectos tóxicos como el síndrome de liberación de citocinas y el síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria están bien notificados, pero cada vez se percibe más que este grupo de pacientes también experimenta un grado importante de infecciones, aunque varían las tasas notificadas.

Para investigar más a fondo, el equipo analizó todas las infecciones en pacientes tratados mediante inmunoterapéuticos de células T con receptor de antígeno quimérico autorizados en su centro entre mayo de 2019 y julio de 2020, dividiéndolas en las que ocurrieron en los primeros 30 días y 30 días o más después de la infusión.

Definieron las infecciones basándose en resultados microbiológicos o virológicos positivos más síntomas clínicos, o en el caso de infecciones micóticas invasivas, en los criterios de EORTC revisados, gradándolos como leves, graves o potencialmente letales.[2]

El estudio incluyó 60 adultos con linfoma no-Hodgkin de células B de alto grado, que tenían una mediana edad de 60 años. Treinta y cinco por ciento integrado por mujeres. Treinta y siete por ciento de los pacientes había recibido al menos tres líneas de quimioterapia previas.

La Dra. Neill puntualizó que la gran mayoría (90%) de los pacientes requirió tratamiento de transición, más de la mitad de los cuales no respondió. Por consiguiente, "no sorprendió que más de dos tercios de los pacientes tuvieran enfermedad en etapa avanzada antes de la linfodepleción y una cuarta parte tuviera enfermedad voluminosa".

"Esto resalta la naturaleza resistente y de alto riesgo de estos pacientes", puntualizó.

Al cabo de 30 días de la infusión del tratamiento mediante células T con receptor de antígeno quimérico se registraron 40 episodios de infecciones en 28 pacientes (47%), mientras que ocurrieron 27 episodios en 13 (22%) a los 30 días o después.

Se observaron infecciones graves en 15% de los pacientes, mientras que 12% tuvo infecciones potencialmente letales y en 28% de los casos la infección fue leve.

En la mayoría de los casos las infecciones fueron bacterianas o por virus respiratorios, siendo más probables las infecciones bacterianas al cabo de 30 días de la infusión del tratamiento y las infecciones por virus respiratorios se observaron más comúnmente en una etapa posterior.

La Dra. Neill señaló que el síndrome de liberación de citocinas era "común": 52% de los pacientes experimentó síndrome de liberación de citocinas de grados 2 - 3, y 57% necesitó una dosis de tocilizumab, pero "pocos requirieron esteroides" (8%).

Además, se notificó síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria de grados 3 - 5 en 25% de los pacientes y 28% requirió esteroides por algún grado de síndrome de neurotoxicidad asociado a célula efectora inmunitaria.

Las infecciones bacterianas se "agruparon en torno al tratamiento con esteroides", añadió la Dra. Neill, ya que fueron reactivaciones víricas tempranas.

El análisis multivariable demostró que factores de riesgo significativamente asociados con alguna infección después de la infusión de células T con receptor de antígeno quimérico fueron etapas ≥ 3 previa a la linfodepleción, con odds ratio de 4,2 (p = 0,023), y uso de esteroides, con odds ratio de 3,3 (p = 0,049).

Los factores de riesgo significativamente asociados con infección que se presentaron en un lapso de menos de 30 días después de la infusión fueron por lo menos tres líneas de tratamiento previo, con odds ratio de 4,3 (p = 0,021), y uso de esteroides, con odds ratio de 3,8 (p = 0,03).

No hubo asociación entre el síndrome de liberación de citocinas y el riesgo de infección, ni con el empleo de tocilizumab.

No se declaró financiación. La Dra. Neill declaró haber recibido asistencia financiada a congresos académicos de Novartis y asistencia financiada a congresos académicos de Celgene.

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