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España y China utilizaron respuestas de salud pública muy diferentes ante la crisis por COVID-19, lo que ha tenido importantes consecuencias en términos de la salud mental y física de los ciudadanos de ambos países, informó en el 33º Congreso del European College of Neuropsychopharmacology (ECNP), el Dr. Roger Ho.[1]

Dr. Roger Ho
El Dr. Ho, psiquiatra de la National University of Singapore, presentó un estudio comparativo transcultural, el primero en su tipo, del impacto de la pandemia de COVID-19 en dos epicentros en lados opuestos del mundo. Un total de 1.539 participantes provenientes de la población general de los dos países completó el cuestionario en línea sobre COVID-19 de la National University of Singapore. La encuesta se realizó a finales de febrero/principios de marzo en China y a mediados de abril en España, épocas de intensa actividad de la enfermedad en los países.
El cuestionario evalúa conocimientos y preocupaciones sobre COVID-19, medidas de precaución tomadas en los últimos 14 días, historial de contacto y síntomas físicos asociados a COVID-19 en los últimos 14 días. El impacto psicológico de la pandemia se evaluó mediante el Impact of Event Scale-Revised (IES-R). Los participantes también completaron las Escalas de depresión, ansiedad y estrés (DASS-21).
Es conveniente destacar que la pandemia ha tenido un costo físico mucho mayor en España que en China. Al 5 de mayo había 83.000 casos confirmados de COVID-19 en China, con una población de 1.390 millones frente a 248.000 en España, con una población de 46,9 millones. La tasa de casos en España de 5.500 por 1 millón de habitantes fue 100 veces mayor que la de China; la tasa de mortalidad española de 585 por millón es 185 veces mayor.
Hallazgos de salud mental
Los españoles experimentaron niveles significativamente más altos de estrés y depresión, como se refleja en las puntuaciones de la subescala DASS-21 de 14,22 y 8,65, respectivamente, en comparación con 7,86 y 6,38 en los encuestados chinos.
Los españoles también reportaron mayores niveles de ansiedad que los chinos en la subescala de ansiedad DASS-21, aunque no en grado estadísticamente significativo.
Sin embargo, contrario a lo esperado, dados los resultados del DASS-21, la pandemia tuvo mayor impacto psicológico en los chinos, como se refleja en su puntaje IES-D promedio, que fue significativamente más alto, con 30,76 frente a 27,64 en los españoles.
El Dr. Ho ofreció una hipótesis sobre la posible causa: la encuesta documentó que muchos de los participantes chinos se sentían socialmente estigmatizados y que su nación había sido discriminada por el resto del mundo debido a que la pandemia comenzó en China.
Satisfacción con la respuesta de salud pública
Los encuestados españoles informaron menos confianza en sus servicios médicos relacionados con COVID-19.
"Esto podría deberse al creciente número de trabajadores sanitarios infectados en España. Por el contrario, los chinos tenían más confianza en sus servicios médicos, probablemente porque el gobierno desplegó rápidamente personal sanitario y trató a los pacientes con COVID-19 en hospitales construidos de manera emergente", señaló el Dr. Ho.
El especialista añadió que España y otros países europeos compartían cuatro deficiencias en su respuesta a la pandemia: falta de equipo de protección personal para los trabajadores de la salud, retraso en el desarrollo de estrategias de respuesta, escasez de camas de hospital e incapacidad para proteger de la infección a las personas mayores vulnerables en asilos para adultos de edad avanzada.
Experimentar tos, dificultad para respirar, mialgia u otros síntomas físicos potencialmente asociados con COVID-19 en los últimos 14 días se asoció con peores puntuaciones de depresión, ansiedad y estrés tanto en China como en España. Desde el punto de vista de la salud mental esto subraya la importancia de realizar pruebas rápidas y precisas de la infección, destacó el Dr. Ho.
Significativamente, más encuestados españoles sintieron que había demasiada preocupación innecesaria sobre COVID-19, lo que sugiere la necesidad de mejor educación sanitaria con respecto a la pandemia.
Uso de mascarillas faciales
El uso constante de mascarillas, independientemente de presencia o ausencia de síntomas, fue mucho más común en el epicentro chino, donde a diferencia de España, esta medida de precaución se asoció con puntuaciones IES-R y DASS-21 significativamente menores.
"Un hallazgo importante de nuestro estudio destaca que usar mascarilla parece proteger la salud mental en China, pero para los españoles esto se asoció con puntajes IES-R más altos. Entendemos que es difícil para los europeos aceptar la necesidad de usar mascarillas para las personas sanas, porque hacerlo sugiere vulnerabilidad a la enfermedad y ocultamiento de la identidad. Los chinos tienen una cultura colectiva. Creen que deben usar mascarilla para proteger su salud y la de otras personas".
El Dr. Ho ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente en relación con su estudio, realizado con coinvestigadores de Huaibei (China) Normal University y la Universidad Complutense de Madrid.
Este artículo fue publicado originalmente en MDedge.com, parte de la Red Profesional de Medscape.
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Citar este artículo: Consecuencias de la COVID-19 en la salud mental en España y China - Medscape - 12 de oct de 2020.
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