Cuando nos encontramos con un paciente que presenta una masa cardiaca, surgen muchas interrogantes. ¿Cuál es su etiología? ¿Cuál es el pronóstico? ¿Cuál es su impacto en la función cardiaca? ¿Existe tratamiento?
Todas estas preguntas encontrarán su respuesta en los diferentes métodos diagnósticos y, finalmente, en el resultado de anatomía patológica cuando se realiza biopsia o escisión quirúrgica de la masa.
Las masas cardiacas son hallazgos poco frecuentes que pueden estar presentes en cualquier parte del corazón y adherirse a cualquier superficie (endocardio, en el miocardio o en el pericardio). Se pueden clasificar como neoplásicas o no neoplásicas (seudotumores).
La causa más frecuente de masa neoplásica cardiaca (tumor cardiaco) son las metástasis (20 a 40 veces más frecuentes que los primarios). Por su parte, los tumores cardiacos primarios tienen una prevalencia estimada de 0,002% a 0,3% en autopsias. La gran mayoría (75% a 90%) constituida por neoplasias benignas; en adultos las más frecuentes son los mixomas (50%), los fibroelastomas papilares (20%), los lipomas (15%) y los hemangiomas (5%). Sin embargo, un cuarto de los tumores cardiacos primarios es de etiología maligna.
Asimismo, existen las masas cardiacas no neoplásicas o lesiones seudotumorales, que son frecuentes. Dentro de ellas se encuentran los trombos cardiacos, los quistes pericárdicos, los quistes hidatídicos, las vegetaciones y los resabios embrionarios, que pueden confundirnos con un hallazgo patológico (por ejemplo, la crista terminalis en la aurícula derecha, la red de Chiari o una válvula de Eustaquio prominente).
Actualmente disponemos de múltiples herramientas diagnósticas que, si son aplicadas de manera correcta y criteriosa, permiten orientar en el diagnóstico y la conducta terapéutica de los pacientes con masas cardiacas.
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Citar este artículo: Mini-examen clínico: Actualice sus conocimientos sobre tumores cardiacos - Medscape - 1 de sep de 2020.
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