Los fármacos inmunomoduladores aprobados para tratar la esclerosis múltiple remitente-recurrente reducen las recaídas sintomáticas, suprimen la actividad en la resonancia magnética y lentifican en grados variables la rapidez de progresión de la discapacidad. Ningún tratamiento modificador de enfermedad cura la esclerosis múltiple o lesiones antiguas. Se está investigando su potencial para reducir la discapacidad a largo plazo. Algunos estudios indican disminución del riesgo de progresión de la esclerosis múltiple a largo plazo con nuevos fármacos, en particular los anticuerpos monoclonales modificadores de enfermedad.[5]
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Citar este artículo: Mini-examen clínico: Manejo de la esclerosis múltiple remitente-recurrente - Medscape - 18 de sep de 2020.
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