
Dr. Jesus Hernández Tiscareño
Transmisión del SARS-CoV-2 en entornos educativos australianos: un estudio de cohorte prospectivo
La pandemia mundial de COVID-19 se ha abordado mediante la implementación de agresivas medidas de salud pública centradas en restringir la movilidad y asegurar el distanciamiento físico; la mayoría de los países ha impuesto el cierre de escuelas para mitigar la transmisión. Aún no está claro hasta qué punto los niños están infectados asintomáticamente con el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo, y qué papel tienen en la transmisión del virus, particularmente en las escuelas, por lo que Macarteny y sus colaboradores evalúan la transmisión de SARS-CoV-2 entre niños y adultos en instituciones educativas.
El estudio se realizó en Nueva Gales del Sur, Australia. Se identificó a todos los niños menores de 18 años y al personal que asistieron a la escuela mientras se consideraban infecciosos. Un caso índice COVID-19 escolar o preescolar se definió como el primer caso identificado confirmado por laboratorio que asistió a la instalación mientras era infeccioso.
Un caso primario en un entorno escolar o preescolar se definió como el caso o casos infecciosos iniciales en ese entorno, y podría haber sido o no el caso índice. Un caso secundario se definió como un contacto cercano con la infección por SARS-CoV-2 (detectado mediante pruebas de ácido nucleico o pruebas serológicas, o ambas), que se consideró probable que hubiera ocurrido por transmisión en ese entorno educativo (sin base en ningún otro vínculo epidemiológico o factor de riesgo).
Los contactos cercanos se definieron como niños o personal con contacto cara a cara durante al menos 15 minutos, o que compartieron un espacio interior cerrado durante al menos 40 minutos (generalmente la misma clase o lección, compuesta por 20 - 30 estudiantes) con un caso durante su periodo infeccioso. La notificación del primer caso de COVID-19 en un entorno educativo se dio el 5 de marzo de 2020.
Entre 97 casos confirmados en niños hasta el 9 de abril de 2020, 19 (19,6%) asistieron a un entorno educativo mientras eran infecciosos, y se incluyeron en el estudio. De los 78 casos pediátricos restantes, 44 (56,4%) se adquirieron localmente por contacto con un caso confirmado, principalmente en su hogar (70,5%).
Se identificaron 27 casos primarios en 25 escuelas (escolares [n = 15] y preescolares [n = 10]); de estos, 15 (55,6%) pertenecían al personal y 12 (44,4%) eran niños. De los casos de niños, ocho (edad media: 15 años; rango: 14 a 16) estaban en la escuela secundaria y uno (10 años) en la escuela primaria.
Tres casos primarios de preescolar fueron niños (mediana de edad: 2 años; rango intercuartil [RIC]: 2 a 3). Los casos primarios se dieron entre el personal (edad media; 38 años; RIC: 31 a 50) en cuatro (40,0%) de diez escuelas secundarias; cuatro (80,0%) de cinco escuelas primarias, y siete (70,0%) de diez escuelas preescolares.
La mediana de tiempo que los casos primarios asistieron al entorno mientras eran infecciosos fue de 2 días (RIC: 1 - 10). La infección se adquirió localmente en todos los casos primarios, pero la fuente era desconocida para muchos (12 [44,4%] de 27). La transmisión secundaria ocurrió en cuatro de 25 entornos: tres escuelas (cinco casos), y una escuela preescolar que tuvo un brote.
En total, 663 (43,7%) de 1.448 contactos cercanos fueron evaluados mediante pruebas de ácido nucleico o serología, o ambas; se identificaron 18 casos secundarios entre el total de 1.448 contactos cercanos (tasa de ataque: 1,2%).
Entre los contactos cercanos del personal y los niños a los que se les realizaron pruebas de laboratorio, la tasa de ataque fue de 2,8%.
La tasa general de transmisión de niño a niño fue de 0,3%, y la tasa de ataque de niño a miembro del personal fue de 1,0%. La tasa de transmisión de miembros del personal a niños fue menor (1,5%) que la transmisión de personal a personal (4,4%).
Lo más importante Este estudio proporciona evidencia de que la transmisión del SARS-CoV-2 en entornos educativos puede mantenerse baja y manejable en el contexto de una respuesta epidémica eficaz. Estos datos deben informar el modelado y la toma de decisiones con respecto al regreso planificado de niños y maestros a las aulas a medida que evoluciona el control de la pandemia.
Cuando las medidas de mitigación de la pandemia resulten en un fuerte control de enfermedades, este estudio anticipa que las escuelas pueden estar abiertas de manera segura, para el bien educativo, social y económico de la comunidad, a medida que nos adaptamos a vivir con COVID-19. |
Macartney K, Quinn HE, Pillsbury AJ, Koirala A, y cols. Transmission of SARS-CoV-2 in Australian educational settings: a prospective cohort study. Lancet Child Adolesc Health. 3 Ago 2020;S2352-4642(20)30251-0. doi: 10.1016/S2352-4642(20)30251-0. PMID: 32758454. Fuente
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Citar este artículo: Entornos educativos y COVID-19, peso como factor de riesgo, y choque cardiogénico en niños con SARS-CoV-2 - Medscape - 17 de agosto de 2020.
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