Informe de caso: COVID-19 en el tercer trimestre del embarazo

Dra. Monique A. Rainford; Dra. Katherine H. Campbell

Conflictos de interés

10 de junio de 2020

Preparativos para el parto

Ocho días después de la primera llamada telefónica a urgencias la paciente tuvo una consulta con el ginecólogo, que llevaba un equipo de protección personal completo, en una sala con presión negativa. Tenía bastante tos, pero en general estaba mejor. El médico le informó de la política del hospital, que recomendaba un cuidador sano. Le dijeron que contactara con el ginecólogo cuando estuviera de parto, y con la matrona al llegar al hospital. Así podría recibirla a la entrada del hospital el personal encargado de la dilatación y el parto para colocarle una mascarilla adecuada. Se informó a la dirección del hospital que era una paciente en fase de investigación, y de los resultados positivos de las pruebas. Se planificaron la dilatación y el parto de la paciente.

Las matronas contactaron con la paciente cada 48 horas el resto de la semana, y vigilaron de cerca los síntomas. Se consultó a especialistas en enfermedades infecciosas sobre la repetición de las pruebas. Catorce días después del inicio de los síntomas la paciente seguía teniendo tos leve. Se repitieron las pruebas 10 días después de la prueba inicial positiva. Los resultados de esta prueba no se recibieron hasta después de dar a luz a su bebé. No se repitieron las pruebas a su marido porque estaba asintomático y habían pasado 14 días desde el inicio de los síntomas. El equipo hospitalario de medicina preventiva lo consideraba clínicamente curado.

Parto

Dieciséis días después de la primera llamada telefónica a urgencias el marido de la paciente llamó al ginecólogo de guardia. La paciente estaba de 40 semanas y 5 días de gestación, y en fase de dilatación. Ella y su marido fueron recibidos por el equipo hospitalario a la entrada del nosocomio y les pusieron mascarillas. Acompañaron a la paciente a una sala con presión negativa, y pocos miembros del personal médico, vestidos con equipos de protección personal completos, iniciaron la asistencia. Para disminuir la exposición directa cara a cara con la paciente también se utilizó la videoconferencia.

El parto de un bebé sano transcurrió sin incidentes y finalizó a los 40 minutos de la llegada al hospital. Se colocó al recién nacido en una sala con presión negativa y permaneció separado de la madre durante todo el ingreso hospitalario. No obstante, se permitió al padre interactuar con el bebé llevando mascarilla. La alimentación del bebé se complementó con leche de soya maternizada (mediante una jeringa) durante el ingreso.

Se tomó la decisión de no realizar pruebas al bebé porque los resultados no habrían cambiado la asistencia clínica. La paciente permaneció en el hospital hasta el segundo día posparto. En ese momento recibieron los resultados de la segunda prueba de la COVID-19, que eran positivos. Los especialistas en enfermedades infecciosas recomendaron no realizar más pruebas a la madre porque habían pasado 6 días desde que se solicitó la segunda prueba, y unas 3 semanas desde el inicio de los síntomas. Por esta razón recomendaron a ambos progenitores que mantuvieran un contacto normal con el bebé después del alta. No obstante, les aconsejaron usar mascarilla si tenían tos.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....