REVISIÓN DE ARTÍCULOS

Patogénesis y estados de la COVID-19, y tratamiento de ictus isquémico agudo

Dra. Zaira Medina López

Conflictos de interés

18 de mayo de 2020

En este contenido

COVID-19 leve o moderado

Los coronavirus con virus ARN, los alfacoronavirus y los betacoronavirus infectan a los humanos. SARS-CoV-2 penetra a las células humanas a través del receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2 y se transmite mediante las microgotas de Flügge que emite una persona infectada cuando tose o estornuda.

Estas gotas caen a unos metros y la probabilidad de transmisión se disminuye de forma considerable si las personas mantienen distancia mínima de 2 metros entre sí. Se ha detectado el ARN viral en sangre y heces, pero hasta el momento no se ha documentado la transmisión fecal-oral.

Los pacientes pueden ser contagiosos 1 - 3 días antes del inicio de los síntomas, y hasta 40% - 50% de los casos pueden ser atribuibles a transmisión de personas asintomáticas o presintomáticas.

El periodo de incubación, desde la exposición hasta el inicio de los síntomas, es de 4 - 5 días, y 97,5% de los pacientes sintomáticos tendrá síntomas dentro de los 11,5 días de la infección. Los síntomas incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, malestar general, y mialgias. Algunos pacientes desarrollan anorexia, náusea y diarrea. También se han descrito ageusia y anosmia.

Los factores de riesgo para complicaciones son edad > 65 años, enfermedad cardiovascular, enfermedad pulmonar crónica, hipertensión, diabetes, y obesidad.

El diagnóstico se hace mediante la detección de SARS-CoV-2 con reacción en cadena de la polimerasa con hisopado nasofaríngeo.

Si se sospecha que una persona tiene COVID-19 pero su prueba es negativa, es conveniente repetirla. Está contraindicada la inducción de esputo, debido a la producción de aerosoles.

La evaluación y manejo de los pacientes dependen de la gravedad de la enfermedad. De acuerdo con los datos de China, 81% de las personas con COVID-19 tiene enfermedad leve o moderada (incluyendo personas sin neumonía, así como con neumonía leve); 14% tiene enfermedad grave, y 5% enfermedad crítica.

Los pacientes con signos y síntomas leves no necesitan evaluación adicional, y dependiendo del perfil de riesgo, podría ser que no se requiera la realización de la prueba confirmatoria de COVID-19, ya que la enfermedad suele resolverse, pero los pacientes con algún factor de riesgo pueden sufrir deterioro en el curso de una semana, y el umbral para una evaluación clínica urgente debe ser bajo.

Los indicadores de enfermedad grave son: taquipnea marcada (frecuencia respiratoria > 30 respiraciones por minuto), hipoxemia (saturación de oxígeno < 93%; proporción de PaO2/FiO2 < 300), e infiltrados pulmonares (> 50% del campo pulmonar involucrado dentro de las primeras 24 - 48 horas).

Los estudios de laboratorio en pacientes hospitalizados deben incluir biometría hemática completa y panel metabólico, así como un electrocardiograma. La radiografía de tórax es el método de imagen inicial; el uso de tomografía se reserva para pacientes hospitalizados con indicaciones específicas.

Los pacientes con enfermedad moderada o severa deben permanecer hospitalizados. Si hay evidencia clínica de neumonía bacteriana, el tratamiento antibacteriano empírico es una opción razonable, y debe ser suspendido lo más pronto que se pueda. No hay tratamientos aprobados para COVID-19, y si es posible, el paciente puede ser incluido en algún protocolo de investigación.

Cloroquina e hidroxicloroquina tienen actividad in vitro contra SARS-CoV-2, quizá mediante el bloqueo de transporte en los endosomas. Una serie de casos mostró mayor aclaramiento viral y mejora clínica en pacientes tratados con hidroxicloroquina con azitromicina. Sin embargo, debe monitorizarse el intervalo QT, ya que su prolongación es mayor cuando se usan ambos agentes.

El uso de lopinavir-ritonavir no mostró mejora clínica en un estudio aleatorizado abierto de 199 pacientes hospitalizados, por lo cual los expertos no sugieren el uso de estos agentes para tratamiento de COVID-19.

El inhibidor de la polimerasa de ARN dependiente del ARN, remdesivir, tiene actividad contra SARS-CoV-2 in vitro y contra otros coronavirus en varios modelos animales.

No hay evidencia clínica actual que favorezca la suspensión de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o de los bloqueantes de receptor de angiotensina.
Otros tratamientos como glucocorticoides, plasma convaleciente y anticitocinas están en investigación.

Hasta el momento existen áreas de incertidumbre respecto al virus, incluyendo el uso de hidroxicloroquina como profilaxis en personas de alto riesgo o expuestas al virus.

La reducción de personal de salud expuesto mediante estrategias como telemedicina podría ser de utilidad en la mitigación de la epidemia en algunos países.

Lo más importante
Es conveniente la identificación temprana de pacientes con alto riesgo de complicación para mantener seguimiento estrecho y considerar los datos de alarma en pacientes hospitalizados. La forma leve de COVID-19 en pacientes de bajo riesgo suele ser autolimitada, pero aquellos con factores de riesgo pueden empeorar dramáticamente en el curso de una semana.
REFERENCIA
  • Gandhi RT, Lynch JB, Del Rio C. Mild or Moderate Covid-19. N Engl J Med. 24 Abr 2020. doi: 10.1056/NEJMcp2009249. PMID: 32329974. Fuente

Comentario

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