COMENTARIO

Salud mental de la población médica en la pandemia

Dr. José J. Mendoza Velásquez

Conflictos de interés

20 de mayo de 2020

Nota de la editora: Encuentre las últimas noticias y orientación acerca de la COVID-19 en el Centro de información sobre el coronavirus de Medscape en español.

Hola, soy el Dr. José Javier Mendoza Velázquez, desde la Ciudad de México, para Medscape en español. Hoy hablaremos sobre la salud mental en tiempos de COVID en el personal médico.

Cuando pensamos en síndrome de desgaste profesional nos viene a la mente la imagen de una persona cansada, con falta de sueño, con hambre, abrumada con papeleo, quejas administrativas de métricas perdidas, y tareas pendientes para familiares y pacientes.

Para el médico y el personal de salud que sufren de agotamiento, esta situación tiende a ser agotadora y desalentadora, y de manera particular, ante situaciones como la que enfrentamos con COVID-19, en que si bien socialmente no hay reconocimiento, sino estigma, se incrementa el desgaste en el terreno ocupacional para el personal de salud; esto no tendría que ser desconocido, sin embargo, hasta la fecha sigue siendo calificado como un signo de debilidad, y se considera que parte de la profesión del médico incluye su sacrificio personal, lo que tiene más repercusiones en contra que a favor; incluso en el trabajo de una pandemia es peor el pronóstico para los pacientes, con un equipo médico desgastado que con uno debidamente protegido.

La prevalencia del síndrome de desgaste profesional es relativamente alta, y la recuperación puede parecer desalentadora, o incluso imposible. Por asistencia sanitaria, el agotamiento se ha calificado como epidemia, con costos económicos y personales sociales y humanos.

La prevalencia es relativamente alta en personal asistencial; hasta 25% de los profesionales, con destacable incidencia en servicios de urgencias, unidad de cuidados intensivos, y áreas de oncología, que particularmente son más demandadas durante la emergencia por COVID-19.

Las características individuales son determinantes. Actualmente podemos identificar que todo aquel que se dedique al trabajo sanitario tendrá un nivel de afección particular, porque posterior a esta pandemia nada será como antes; por lo menos en las situaciones de importancia en la búsqueda de nuevas soluciones relacionadas a la salud.

Sobre experiencia previa y efectos en la salud mental en epidemias virales, existen ciertos estudios y quisiera comentar los resultados de algunos.

La frecuencia de problemas de salud mental en profesionales de la salud al frente de las emergencias causadas por epidemias virales es particularmente elevada: síntomas de ansiedad (45%), seguidos de depresión (38%), estrés agudo (31%), síndrome de desgaste profesional (29%), y estrés postraumático (19%), que tienden a mantenerse a largo plazo.[1]

Existen ciertos factores sociodemográficos importantes:

  1. Demográficos: mayor riesgo en mujeres y profesionales más jóvenes.

  2. Sociales: falta de apoyo social, experimentar rechazo social, o estigmatización.

  3. Ocupacionales: desarrollar tareas asistenciales de primera línea, no ser profesional del área en la que se trabaja, o no haber recibido formación especializada sobre el tema, y tener menor experiencia laboral, favorecen la aparición de síntomas o trastornos mentales en el personal de salud.

Shanafelt y sus colaboradores mencionan que en el médico el agotamiento se relacionó con trabajo estresante, hacer demasiado y anteponer las necesidades de los demás.[2] Casi 1 de cada 2 médicos de Estados Unidos tiene síntomas de agotamiento, lo que implica que los orígenes de este problema están arraigados en el medio ambiente y el sistema de prestación de atención, y no en las características personales de unos pocos individuos susceptibles.
Las características individuales contribuyen a susceptibilidad al agotamiento. La encuesta anual de Medscape enumera causas de agotamiento como: tareas burocráticas, largas jornadas de trabajo, registros de salud electrónicos, falta de respeto, y falta de control/autonomía.

Trastornos mentales en personal de salud por epidemias virales[3]

La frecuencia de problemas de salud mental en profesionales sanitarios al frente de emergencias causadas por epidemias virales es especialmente elevada con:  ansiedad (45%), depresión (38%), estrés agudo (31%), desgaste profesional (29%) y estrés postraumático (19%).

La ausencia de diferencias significativas en cuanto a estas prevalencias durante y después de las emergencias sanitarias nos sugiere que los efectos sobre la salud mental se podrían mantener a largo plazo.

Las intervenciones propuestas son basadas en cambios organizativos y en formación a profesionales de la salud para mejorar la autoeficacia de los profesionales, prevenir la ansiedad, prevenir la depresión y promover la calidad del sueño.

Hay muy pocas intervenciones para proteger la salud mental de los profesionales sanitarios; la pandemia nos ha dado la oportunidad de trabajar en esto, sin embargo, la evidencia aún es baja.

Recomendaciones

  1. Favorecer el autocuidado.

  2. Asegurar al personal sanitario: asegurar espacios para descanso, sitios de comunicación con el exterior, alimentación y descanso correctos, evitar la sobrecarga de trabajo. En algunos contextos será importante asegurarlos personal y físicamente.

  3. Evitar el síndrome de segunda víctima: el médico no es responsable de la falla del sistema.

  4. Identificar la depresión y evitar la automedicación.

  5. Identificar el consumo de sustancias en el personal de salud, sobre todo el inicio o el aumento.

  6. Identificar factores de riesgo psicopatológico, riesgo suicida (la tasa de suicidio en la población médica es muy alta), intentos previos de suicidio, dolores crónicos, antecedentes de padecimientos psiquiátricos; asimismo, es necesario realizar trabajo de psicoeducación para identificar en qué momento la salud mental está siendo alterada.

  7. Como organizaciones debemos favorecer el desarrollo de evaluaciones estandarizadas, sistemáticas y continuas para valorar la salud mental de nuestro personal, brindar información sobre COVID-19 clara y precisa desde cada una de las instituciones, tanto al público como a la comunidad médica, sin difundir mitos.

  8. Evitar el estigma y realizar campañas contra este.

Espero que estas consideraciones sean útiles para el personal de salud que trabaja en el cuidado de pacientes con COVID-19, y de manera particular, para prevenir el impacto en la salud mental en la población médica. Muchas gracias, soy el Dr. José Mendoza, para Medscape en español, los espero en mi siguiente cápsula.

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