BOSTON, USA. Hace un año un hombre con virus de inmunodeficiencia humana entró al cubículo de exploración de la Dra. Maile Young Karris, del UC San Diego Medical Center. Había visto en las noticias que existía una cura para el virus de inmunodeficiencia humana y preguntó a la Dra. Karris: "¿Cómo puedo obtenerla?".
La Dra. Karris, quien se especializa en atención primaria de pacientes con virus de inmunodeficiencia humana, explicó que aunque un hombre (entonces conocido como el paciente de Londres) había suspendido la medicación por 18 meses y se había mantenido en remisión, dicha cura, si realmente lo era, no estaba disponible para él, o en realidad, para ningún otro paciente con virus de inmunodeficiencia humana.
"Suelo ser muy optimista. Creo que llegaremos allí", manifestó a Medscape Noticias Médicas. "Estamos a un avance científico de lograrlo, por así decirlo".
Pero en ese tiempo tuvo que explicar que el paciente de Londres, al igual que el paciente de Berlín antes que él, tuvo que llegar al punto de casi morir de cáncer antes de que el trasplante de células progenitoras que cambió su sistema inmunitario fuera incluso una posibilidad, y que ambos hombres se hubieran sometido a una renovación inmunitaria dolorosa y cruenta.
Así que cuando se reportó en la Conferencia virtual sobre Retrovirus e Infecciones Oportunistas (CROI) de 2020, que el paciente de Londres, ahora identificado como Adam Castillejo, seguía en remisión un año después, incluso el investigador que realizó el trasplante estuvo dispuesto a decir que probablemente se trataba de una cura.
Pero eso posiblemente no modificará la forma en que la Dra. Karris y otros médicos especializados en virus de inmunodeficiencia humana tratan a los pacientes.
Nueva definición de cura
Cuando el Dr. Ravindra Gupta, del University College London, presentó el caso del paciente de Londres en la conferencia del año 2019, fue muy cauteloso en decir "remisión", no "cura".
Pero cuando presentó el caso este año, lo llamó cura, y en su informe de los datos publicado en The Lancet HIV, afirmó que "estos hallazgos probablemente representan la segunda cura de virus de inmunodeficiencia humana de tipo 1 (VIH-1) documentada".[2]
En mayo de 2016 Castillejo recibió un trasplante de células progenitoras para tratar un linfoma de Hodgkin en etapa 4, un cáncer no definitorio de síndrome de inmunodeficiencia adquirida. El trasplante que recibió, al igual que el de Timothy Ray Brown, el denominado paciente de Berlín, contenía células progenitoras con las dos mutaciones genéticas que eliminaron el receptor CCR5 de la superficie de la célula T. Sin ese receptor la mayoría de las cepas de virus de inmunodeficiencia humana no puede invadir las células y, por tanto, no prolifera.
Cuando el Dr. Gupta presentó los hallazgos preliminares el año pasado, Castillejo solo había estado 18 meses sin tratamiento del virus de inmunodeficiencia humana y habían transcurrido casi dos años desde su trasplante. En ese entonces, el equipo solo tomó muestras de sangre, pero demostraron que no estaba presente el virus de inmunodeficiencia humana.
Apenas el mes pasado las muestras de Castillejo que incluían sangre, plasma, semen y tejido de su recto, ciego, colon sigmoide, e íleon terminal y ganglios linfáticos axilares se sometieron a pruebas de ADN, ARN y otras para ver si el virus realmente había desaparecido.
Aunque la cifra de linfocitos T de Castillejo comienza a acercarse a donde estaba antes del trasplante; no hay datos de que el virus de inmunodeficiencia humana se esté reproduciendo en sangre, semen o muestras de tejido evaluadas, informó el Dr. Gupta.
No obstante, hubo remanentes de secuencias genéticas de virus de inmunodeficiencia humana en células T y en muestras de ganglios linfáticos.
"Esos pueden considerarse como los llamados fósiles", artefactos de infecciones previas, no prueba de que el virus de inmunodeficiencia humana todavía estuviera vivo en su sistema, explicaron los investigadores en el artículo publicado.
Los hallazgos son interesantes, señaló la Dra. Sharon Lewin, Ph. D., del Peter Doherty Institute for Infection and Immunity,de la University of Melbourne, en Melbourne, Australia, quien no intervino en el estudio.
"Me hace pensar en una nueva definición de cura", señaló a Medscape Noticias Médicas. Es "la idea de que despejar el virus íntegro es lo que estamos haciendo. Y las personas bien pueden tener remanentes defectuosos del virus, pero ese remanente defectuoso no se puede reproducir".
Desde luego, esto aún es una conjetura, reconoció. Nadie sabe por cuánto tiempo se debe efectuar seguimiento a una persona como Brown o Castillejo para asegurarse de que nunca regresará. Pero parece sentirse tranquila de que Castillejo haya logrado pasar la marca de los 27 meses, que es cuando la carga vírica del bebé de Mississippi experimentó un rebote.
Pruebas y estigma
Cuando el Dr. Gupta presentó los datos del paciente de Londres el año pasado, "fue electrizante", agregó el Dr. Rajesh Gandhi, del Massachusetts General Hospital, en Boston. "Creo que la mayoría recuerda dónde estábamos".
Así que tal vez no sea sorprendente que las personas con virus de inmunodeficiencia humana también se sintieran asombradas. Fue un tema que surgió en muchos recintos de exploración, y algunos médicos atribuyeron la causa a titulares de periódicos, tales como: "Se reporta un segundo paciente curado de virus de inmunodeficiencia humana".
E incluso para muchos de los pacientes que no pedían directamente un trasplante de células progenitoras, la cuestión de la cura era urgente.
"Creo que la mayoría de mis pacientes no pensaba que esto fuera tan fácil, que hubieran querido pasar por los rigores de la quimioterapia", comentó el Dr. Gandhi a Medscape Noticias Médicas. Pero "las personas definitivamente han acudido a mi clínica preguntando: '¿Qué tipo de investigación en relación con la cura están haciendo?'". Asimismo, el Dr. Gandhi señaló que vuelve a dirigir a los pacientes a lo que funciona: una sola píldora al día para controlar el virus de inmunodeficiencia humana.
Ahora mismo, el Dr. Gandhi atiende a un paciente que ha tenido cáncer, al igual que virus de inmunodeficiencia humana. Ahora el cáncer ha desaparecido, pero persiste el virus de inmunodeficiencia humana. El paciente compartió su diagnóstico de cáncer con la familia, pero todavía no ha revelado su antecedente de la enfermedad.
"Podría tener todo el apoyo de su familia en torno al cáncer, pero nunca compartiría su diagnóstico de virus de inmunodeficiencia humana", destacó el Dr. Gandhi. "Creo que esto es lo que motiva a las personas a preguntar sobre los pacientes de Londres y de Berlín".
La Dra. Karris ha observado lo mismo. No hace mucho tiempo una mujer acudió a la clínica e informó que su pareja la había amenazado con un cuchillo.
"Encontró sus fármacos de virus de inmunodeficiencia humana en su bolso y lo revisó", explicó la Dra. Karris. "La amenazó con un cuchillo porque no lo reveló. Le dijo que le iba a cortar los dedos".
La mujer tiene una carga vírica suprimida, lo que significa que no puede transmitir el virus a su pareja. En California, en 2017 se cambió el código penal para convertir la no revelación del virus de inmunodeficiencia humana en un delito menor y no un delito grave, como antes se consideraba.
"Las personas todavía temen al virus de inmunodeficiencia humana", indicó la Dra. Karris. "Algunas detestan la idea de que tienen la enfermedad. Este es un motivo por el cual dejan de tomar los fármacos. Me dicen: 'Odio venir aquí. No me siento enfermo. Y cuando llego a la clínica recuerdo que estoy enfermo. Cuando tomo mis fármacos recuerdo que estoy enfermo'".
A los pacientes que se sienten de esta manera les ofrece tres cosas. Una es el concepto de que indetectable es igual a intransmisible, lo que significa que no están poniendo en riesgo a las personas que quieren en lo que respecta a la posición para adquirir virus de inmunodeficiencia humana. Esto ha sido una transformación para muchos pacientes, destacó.
La segunda es que pronto vendrán nuevos fármacos contra el virus de inmunodeficiencia humana que se tomarán cada mes o cada tercer mes. "Esto al parecer les resulta útil. Les atrae la idea de venir una vez al mes. No tienen que estar pensando en ello todos los días".
Y por último, estaba muy entusiasmada en compartir un nuevo detalle, también presentado en conferencia de este año: que las personas que tienen una cifra de linfocitos T CD4 de por lo menos 500 células/mm3, cuando comienzan a tomar medicación ahora tienen una esperanza de vida promedio de solo 3 años menos que la del público en general.[3]
"Se está cerrando la brecha entre las personas que padecen virus de inmunodeficiencia humana y las que no lo presentan. Trato de comunicar esto. Puede ser sorprendente para ellos saber que pueden vivir el mismo tiempo que cualquier persona", concluyó.
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Citar este artículo: Replanteando la definición de cura mientras pacientes con virus de inmunodeficiencia humana esperan - Medscape - 19 de marzo de 2020.
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