COMENTARIO

Joker: el retrato de un sistema enfermo

Dr. José J. Mendoza Velásquez

Conflictos de interés

15 de enero de 2020

La muerte del estigmatizador en manos del estigmatizado. La muerte del valiente en manos del cobarde.

Un trastorno que pudo ser tratado oportunamente, en manos de una sociedad estigmatizante, deriva en una serie de trastornos conductuales y psiquiátricos de difícil delimitación, en los que la presencia de síntomas de psicosis (que no es exclusiva de la esquizofrenia), alteraciones del estado de ánimo, falta de control de impulsos, y ansiedad, que no pueden ser abarcadas en su totalidad por un solo trastorno mental, sino por muchos, ubicados contextualmente como bloques constitutivos de la biografía de Arthur Fleck, hasta su final en la génesis del Joker.

Sirva esto de pretexto para abordar el principal problema mental planteado en esta película: el estigma. No es la enfermedad mental de uno, es el estigma de todos. El estigma asociado a la enfermedad mental se puede dividir en dos tipos: el estigma social de otros hacia la enfermedad mental, y el estigma autopercibido del paciente sobre su propia enfermedad.

Aun cuando socialmente la salud y la enfermedad mental son conceptos cada vez más extendidos, gran parte de la sociedad es consciente del origen y naturaleza de las afecciones; el acceso a los servicios de salud mental aún está limitado por el juicio establecido a los tratamientos psiquiátricos y neurológicos en una connotación negativa y una vergüenza inherente por padecer una enfermedad mental.

El estigma no es un objeto de estudio de la psiquiatría actualmente, sin embargo, tampoco le corresponde exclusivamente. Los límites circunscritos a la práctica psiquiátrica clínica usualmente están determinados por el ambiente, como en el caso de las adicciones, la violencia en la familia, los trastornos de la personalidad, la educación, los trastornos nutricionales, la epigenética, la microbiota, la contaminación, y el clima. Y los métodos psiquiátricos son útiles, sin embargo, son insuficientes.

Arthur Fleck fue un gran estímulo para volver nuevamente la mirada al estudio de todos los procesos que determinan la enfermedad mental. Quiero asentar con esto algunas conclusiones:

  1. Los trastornos mentales se caracterizan por presentar una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás. Entre ellos existe gran variedad, sin embargo, no todas las manifestaciones dentro de la diversidad de síntomas derivados de la pérdida de la salud mental son englobados por un trastorno.

  2. La violencia no es una enfermedad mental y no proviene de la enfermedad mental. La violencia es una condición de origen multifactorial que no puede ser explicada en forma exclusiva por la psiquiatría.

  3. La violencia y la salud mental no están necesariamente relacionadas.

  4. Las principales causas de complicación de los trastornos de la infancia dependen de la interacción con el ambiente, y son prevenibles.

  5. El estigma social asociado a la enfermedad mental es una de las principales causas de la aparición de complicaciones en pacientes con trastornos mentales, neurológicos o por consumo de sustancias, y es prevenible.

  6. El estigma social a otros trastornos derivados de la intolerancia a la variabilidad humana y a otras condiciones sociales derivadas de la desigualdad es una de las principales causas de aislamiento y constituye un factor de riesgo, y es prevenible.

La salud mental es un concepto que abarca más elementos que la enfermedad mental. Debe ser abordada por múltiples disciplinas, no solamente clínicas.

Joker es el resultado de una sociedad incompetente y hostil. Arthur Fleck en su evolución se convierte en un ejemplo de lo que puede pasar con un paciente que presenta trastornos clínicos neurológicos comprensibles y tratables cuando se enfrenta a una sociedad discriminadora e ignorante, en un medio de atención clínica y social insuficiente, generando consecuencias clínicas y sociales prevenibles.

El estigma es responsabilidad personal. Y también es prevenible.

La salud mental debe ser parte integral de la atención en salud.

La salud mental de nuestras comunidades es en parte responsabilidad de todos.

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Comentario

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