BUENOS AIRES, ARG. Argentina lanzó oficialmente su Plan Nacional de Control de Cáncer, iniciativa destinada a posicionarlo como problema de salud pública, promover estilos de vida saludable, disminuir las muertes prematuras por la enfermedad, mejorar el cuidado de los pacientes, y fortalecer los sistemas de vigilancia.
El plan pone particular énfasis en tres tumores prevenibles de alta prevalencia y/o disparidad de distribución: mama, colon y cuello uterino. En conjunto, esos tres tipos de cáncer representan un tercio de los 125.000 nuevos casos en el país, según estimó para 2018 la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Dr. Adolfo Rubinstein
“Lo que se debe disminuir es la muerte prematura. El problema no es tanto la carga de enfermedad de las patologías crónicas, que hoy superan 70%, sino la prevalencia o frecuencia de muertes antes de los 70 años. Esta es la gran diferencia entre los países de medianos ingresos, como los nuestros, y los de altos ingresos”, comentó a Medscape en Español el Secretario de Gobierno de Salud, Dr. Adolfo Rubinstein, para quien “este plan es el marco sobre el cual desarrollar las estrategias que se vienen trabajando desde hace años”.
Argentina posee una tasa de incidencia ajustada por edad de 218 casos de cánceres (excepto melanoma) por 100.000 habitantes, lo que ubica al país en el séptimo lugar en América Latina y el Caribe, detrás de Uruguay, Puerto Rico, Guadalupe, Martinica, Barbados y Guayana Francesa.
“El cáncer representa 25% de las causas de muerte en Argentina detrás de la enfermedad cardiovascular, pero probablemente en no más de 10 años sea ya la primera causa de muerte”, vaticinó el Dr. Rubinstein.
El plan, adelantado como quinquenal en 2018 y, por ende, con metas para 2022, contempla cinco objetivos específicos reducir la prevalencia de factores de riesgo modificables para el cáncer, mejorar el diagnóstico temprano y calidad de la atención; mejorar la calidad de vida de los pacientes; garantizar la generación, disponibilidad y uso de conocimiento e información para la toma de decisiones, y fortalecer la gestión del recurso humano para el control del cáncer.
La representante de la Organización Panamericana de Salud en Argentina, Maureen Birmingham, MPH, definió al Plan como “sólido” y ajustado a la evidencia disponible y a las últimas recomendaciones de la OMS.
“Tiene la perspectiva correcta de la salud pública para la prevención y control del cáncer y sus factores de riesgos”, destacó Birmingham durante la presentación, aunque también lamentó que Argentina no hubiera ratificado el Convenio Marco de la OMS para el Control de Tabaco, ni impuesto más restricciones a la publicidad de las bebidas alcohólicas.

Dra. Zulma Ortiz
“Celebro que haya un plan nacional, porque significa que el Estado reconoce al cáncer como una prioridad, por magnitud, gravedad y situaciones de inequidad”, comentó a Medscape en Español la Dra. Zulma Ortiz, subdirectora ejecutiva del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina, en Buenos Aires, y coordinadora de la iniciativa #accionxcancer, que impulsa la Academia.[1]
“Ahora necesitamos que este plan se implemente, se monitoreen los resultados y se sostenga a largo plazo hasta tanto se alcancen las metas”, añadió la Dra. Ortiz, quien también fue ministra de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
Objetivo: subir 20% las tasas de tamizaje
La concientización de la población respecto de la adopción de hábitos de vida saludable y las estrategias de detección precoz son un pilar de la iniciativa oficial. “El plan no está solo destinado a satisfacer al paciente con cáncer, sino a todos los habitantes del país”, opinó el Dr. Matías Chacón, quien integró el consejo consultivo del plan en su carácter de presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (2018 - 2019).
“Toda esta estrategia de concientización implica campañas comunicacionales para que el ciudadano de a pie visualice la prevención, el tratamiento y el control del cáncer como prioridades”, afirmó el Dr. Rubinstein.

Dra. Julia Ismael
Uno de los focos estratégicos del plan, a través de distintos programas, es mejorar el diagnóstico precoz de los cánceres de mama y colon, así como la detección de lesiones precancerosas antes de que se transformen en cáncer invasor de cuello uterino. Para ello, “un objetivo para 2022 es aumentar la tasa de cobertura de tamizaje (cribado) en la población blanco 20% sobre la línea de base (2018)”, destacó la Dra. Julia Ismael, médica oncóloga y directora del Instituto Nacional del Cáncer, organismo que lideró el desarrollo del plan.
“No es solo la cantidad de equipos para tamizaje que se distribuyen, sino a cuánta población llegamos efectivamente”, aclaró la Dra. Ismael a la prensa.
En el caso del cáncer cervical, además de apuntalar la prevención con la vacuna contra el virus del papiloma humano, gratuita y obligatoria para niños y niñas de 11 años, el plan procura extender y profundizar la estrategia de detección del virus mediante la técnica de captura de híbridos en todas las mujeres de 30 a 64 años.
Actualmente la prueba alcanza a poco menos de un tercio de la población blanco en las jurisdicciones que la brindan, aunque en la provincia norteña de Jujuy, tradicionalmente la de mayor incidencia, la cobertura “está cercana a 70%, y ya se empezó a ver que baja la mortalidad”, aseguró la Dra. Ismael.
Según los lineamientos oficiales, la prueba de detección del ADN del virus del papiloma humano se debe complementar con la prueba de Papanicolaou, aprovechando que el ginecólogo puede tomar ambas muestras en el consultorio.
Sin embargo, la segunda prueba solo se lee cuando la primera da positivo, “algo que ocurre 13% de las veces”, señaló la Dra. Ismael; y si los resultados dan alterados, se indica colposcopia.
En cambio, la estrategia de la autotoma vaginal para la prueba de virus del papiloma humano solo se reserva “para cuando es realmente necesario, en aquellas mujeres que no están en la órbita del sistema de salud y hay que llevarles a casa” el equipo para recolectar la muestra, manifestó la Dra. Ismael.[2]
Respecto del uso de mamografías para tamizaje de cáncer de mama en mujeres de 50 a 69 años, la Dra. Ismael señaló que el promedio de cobertura en el país rondaría 20%, aunque los números “son imprecisos” y se ignora la magnitud del subregistro.
La funcionaria añadió que la meta, según el Programa Nacional de Control de Cáncer de Mama, oficializado por una resolución de 2013, es lograr una cobertura de al menos 70% de la población objetivo. Es la enfermedad oncológica más frecuente entre las mujeres de Argentina y la que causa más muertes: cada año se diagnostican 19.386 casos y fallecen 5.858 pacientes.
Con referencia al cáncer colorrectal, el segundo más frecuente del país (mata a casi 8.000 personas por año), el programa nacional de control de esa patología creado en 2013 propuso que la estrategia de tamizaje más apropiada, “de acuerdo a los recursos disponibles”, es la prueba inmunoquímica de sangre oculta en materia fecal de forma anual para las personas de ambos géneros entre 50 y 75 años, seguida de colonoscopia en caso de un resultado positivo.
Sin embargo, la cobertura de esa prueba en la población objetivo “es muy pobre, menor a 5%”, admitió la Dra. Ismael, quien señaló que la aspiración oficial mínima es llegar a 25% para 2022, aunque hay metas comprometidas con distintas provincias que proponen alcanzar 40% en cinco años.
“Aunque por lo general en cáncer se requiere una cobertura de tamizaje de 40% - 60% de la población objetivo para que comience a bajar la curva de mortalidad; en cáncer de colon ese impacto se empieza a ver a partir de 20%”, aseguró la Dra. Ismael a Medscape en Español.
Otros ejes del plan contemplan aumentar la provisión de cuidados paliativos, que, según mencionó el Dr. Chacón, hoy recibe 5% de los 600.000 argentinos que los requerirían. En ese sentido, la Dra. Ismael citó el inicio de la producción pública de preparados opioides (morfina y metadona), la estimación de los requerimientos nacionales a partir de una fórmula de la OMS y la invitación a todas las provincias para que los soliciten y consuman, aunado a una intensa actividad de capacitación a los profesionales de la salud. “Muchas veces no los indican por temor o desconocimiento”, admitió.
El plan también procura incrementar la capacitación del personal técnico de los registros de cáncer hospitalarios y fortalecer el único de base poblacional que cubre todo el país. Para la Dra. Ortiz es esencial que la importancia de esas herramientas tenga mayor visibilidad.
“Para que un registro de base poblacional sea considerado efectivo debe tener una cobertura mayor a 40%, y nosotros llegaríamos apenas a 13%”, lamentó. Y añadió que aumentar la proporción del presupuesto en salud que se destina al cáncer (hoy, 0,23%) podría contribuir de manera significativa en la mejora de los registros de cáncer o en las políticas públicas de prevención primaria y secundaria.
“No reinventar la rueda”
El plan argentino se suma a otras iniciativas similares a escala nacional en la región. Chile, por ejemplo, lanzó el año pasado su Plan Nacional de Cáncer 2018 - 2028, cuyos ejes de acción incluyen la promoción, educación y promoción; mejorar los cuidados paliativos y la cobertura de tamizaje; formar especialistas (130 para 2022), e invertir 20.000 millones de pesos anuales (aproximadamente 30 millones de dólares) en equipamiento e infraestructura oncológica; crear un Registro Nacional de Cáncer a partir de 2020, y asegurar la calidad de los procesos clínicos establecidos para diagnóstico y tratamiento, incluyendo la actualización de guías y protocolos para los 20 cánceres de mayor impacto.
Otros antecedentes incluyen a Costa Rica, que lanzó su Plan Nacional para la Prevención y Control del Cáncer 2011 - 2017; Colombia, con su Plan Decenal para el Control del Cáncer 2012 - 2021, y México, con su Programa Integral de Prevención y Control de Cáncer en México, lanzado en 2016 con seis ejes centrales de desarrollo: prevención primaria; tamizaje y detección oportuna de cáncer, tratamiento estandarizado, cuidados paliativos; rehabilitación, e investigación y financiamiento. En el último país también impulsan ahora un Programa Nacional de Control de Cáncer en la Infancia y la Adolescencia 2019 - 2024.
¿En qué medida esos planes inspiraron o influyeron en el plan argentino? “Nadie tiene que reinventar la rueda, hay que tratar de capitalizar las mejores experiencias”, expresó el Dr. Rubinstein. Para la Dra. Ismael, otros países “terciaron” la producción de sus planes, mientras que la iniciativa nacional es propia, y “eso lo que da la fortaleza para que se pueden apropiar todos los interesados”, puntualizó.
También rescató como rasgo singular la incorporación de la perspectiva de asociaciones de pacientes y otros actores de la sociedad civil. “Eso es innovador”, aseguró.
“No creo que este Plan vaya a cambiar la realidad de un día para otro”, manifestó a Medscape en Español el Dr. Ernesto Gil Deza, director de investigación y docencia del Instituto Oncológico Henry Moore y director de la Carrera de Oncología de la Universidad del Salvador, en Buenos Aires. “Pero tengo expectativas de que sea el primero de muchos pasos para cambiar esa realidad”.
El Dr. Rubinstein, la Dra. Ismael, la Dra. Ortiz y el Dr. Gil Deza han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Con énfasis en mama, colon y cuello de útero, Argentina lanza su Plan Nacional de Control de Cáncer - Medscape - 18 de sep de 2019.
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