El video fue grabado durante el congreso en París. El texto ha sido modificado para su mejor comprensión.
Dr. Diego Araiza: Hola y bienvenidos a Medscape en Español. Soy Diego Araiza, cardiólogo de la Ciudad de México, transmitiendo desde París en el Congreso Europeo de Cardiología 2019. Tengo el gusto de acompañar en esta ocasión a la doctora Cecilia Bahit, cardióloga de INECO en Rosario, Argentina, que nos hablará sobre algunos de los estudios más interesantes que se han presentado en este congreso.
Dra. Bahit, sin duda alguna la hipertensión es la causa más importante de enfermedad cardiovascular en el mundo, pero también en los países y en las economías en desarrollo. En este congreso presenciamos un estudio muy importante en este sentido, HOPE-4. ¿Qué nos puede decir acerca de los principales resultados de este gran estudio?
Dra. Cecilia Bahit: Como mencionó, la hipertensión arterial constituye un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular; a pesar de que lo sabemos, es muy difícil controlarla. Muchos pacientes con presión arterial elevada no la tienen controlada y muchos otros desconocen que tienen la presión alta, motivo por el cual uno de los estudios importantes que se presentaron en el congreso, HOPE-4, intenta tratar la hipertensión arterial y otros factores de riesgo, con la idea de reducir el riesgo cardiovascular de los pacientes a través de una estrategia de intervención a nivel de la comunidad, en países como Colombia y Malasia.
Este estudio es parte de los estudios HOPE que realiza el grupo McMaster, con el doctor Salim Yusuf a la cabeza, que tiene un impacto poblacional muy importante. Creo que más allá de la cardiología o la investigación clínica, de testear drogas, etcétera, estos estudios suman mucho, porque seguramente tendrán mayor impacto a nivel poblacional y en la salud pública.
Dr. Diego Araiza: Bien, Dra., ¿entonces este no es un estudio de un fármaco? ¿Es un estudio de cómo podemos aterrizar a la práctica clínica? ¿Es un estudio comunitario?
Dra. Cecilia Bahit: Es un estudio que se denomina community-based, o sea, basado en la comunidad. En este caso se toman las diferentes comunidades en Colombia y Malasia. En total son 1.300 pacientes divididos en 16 comunidades para el grupo de control, que son los pacientes que se manejan de manera habitual, y después un número similar de 14 comunidades, que es el grupo de intervención.
¿En qué consiste la intervención? Esto es lo más interesante del estudio, ya que en primer lugar, la persona que es el centro de la intervención es un trabajador de la salud, pero no médico, que está en la comunidad. Esto es similar a lo que hemos visto en un trabajo que hicimos en India, en el que hay un trabajador social que no es médico, que es el enlace entre la parte médica y la población.
Primero trabaja, entrenado por los médicos y utilizando una tablet con algoritmos, para ayudar en el consejo y en las indicaciones para los pacientes. Inicialmente se hace un cribado de la población para saber quién tiene presión elevada y quién no; qué pacientes tienen hipertensión de inicio reciente, o pacientes que tienen, como dije antes, presión no controlada; después esa misma persona inicia tratamiento y monitoreo basados en los algoritmos que mencioné.
Otro dato importante es que se entregan fármacos antihipertensivos, y además estatinas, porque este es un trabajo en conjunto, con el objetivo de reducir los factores de riesgo en forma gratuita, motivo por el cual se rompe la barrera (costo, accesibilidad) que muchas veces tienen los pacientes para acceder a los fármacos.
Otra parte importante de esta intervención tiene que ver con que hay una persona que funciona como soporte del tratamiento, que puede ser un familiar o un médico que ayuda al paciente en la adherencia al tratamiento.
El criterios de valoración final del estudio fue la modificación o el cambio en el score de Framingham, donde se vio, como era esperado, que los pacientes que se incluían en los clústeres, en las comunidades que estaban asignadas en intervención, tuvieron una reducción de 11,6%, en comparación con los participantes del grupo control, en quienes el puntaje se redujo solo 6%, lo que implicó una disminución relativa del riesgo de 34%. Esos son datos importantes.
Cuando se analizó en particular la presión arterial, se observó una reducción en los milímetros de mercurio de 11,4 mm Hg de la presión arterial sistólica y de 0,4 mmol en el nivel de lipoproteínas de baja densidad.
Todo esto ayuda a que los pacientes tengan menor riesgo cardiovascular; también se observó que hubo mayor reducción de la presión arterial en el grupo de intervención, en conjunto, comparada con el grupo de no intervención.
El mensaje es: esto es factible. Es un proyecto multifactorial, pero bastante pragmático, en donde, como comenté al principio, un profesional de la salud no médico está en el centro y es como la persona que interactúa entre el paciente, la familia y el sistema de salud.
Creo si esto funcionó en Colombia y en Malasia, seguramente podría ser reproducido en otros lugares, y considero que como cardiólogos o como médicos clínicos a quienes interesa mejorar la salud del paciente, debemos pensar un poco fuera del consultorio y tratar de movernos a la comunidad.
Hoy tenemos otro dato importante: en Perú se realizó un estudio de sustitución de la sal por una con menos sodio, en el que también se observaron cambios significativos en la presión arterial en una comunidad en el norte del país, que limita con Ecuador. Es decir, que estás iniciativas de tratamiento o de intervenciones a nivel comunitario se están realizando en diferentes lugares con buenos resultados.
Dr. Diego Araiza: Doctora Bahit, ¿considera que los resultados de HOPE-4 son suficientes para que tratemos, como comunidad de médicos cardiovasculares, de convencer a aquellos tomadores de decisiones en replicar esas estrategias particularmente en comunidades marginadas sin tanto acceso?
Dra. Cecilia Bahit: Creo que la respuesta rápida es sí.
Asimismo, esto debe ser analizado a nivel de cada país o cada lugar en particular, porque hay sitios en donde un profesional de la salud no médico quizá no tenga acceso o no le esté permitida la tarea de dar consejos acerca de los factores de riesgo o incluso indicar medicaciones. Creo que estos son ejemplos para ver, entender y tratar de replicar, pero adaptándolos siempre a las características del lugar y del país donde uno está, pero son iniciativas que debemos aplaudir y seguir de cerca.
Dr. Diego Araiza: Sin duda son resultados espectaculares que van a cambiar la forma en la cual planeamos y administramos los sistemas de salud en un futuro para mejorar la salud cardiovascular de nuestros pacientes.
Dra. Cecilia Bahit: Exactamente.
Dr. Diego Araiza: Muchas gracias por estar con nosotros. Ha sido un placer. Saludos a todos en Medscape en Español.
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Citar este artículo: HOPE-4 desde European Society of Cardiology (ESC) 2019 - Medscape - 10 de sep de 2019.
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