Virus de inmunodeficiencia humana y sus sindemias son un problema médico y social

Myriam Vidal

12 de agosto de 2019

CIUDAD DE MÉXICO, MEX. Las sindemias son un conjunto de problemas de salud vinculados que involucran dos o más trastornos que interactúan sinérgicamente y que contribuyen al exceso de carga de enfermedad en una población.[1] Dado que el virus de inmunodeficiencia humana rara vez es un diagnóstico aislado, donde influye el contexto del paciente (no solo en cómo lo adquirió, sino en las enfermedades asociadas que puede desarrollar), los especialistas deben considerar estos factores para mejorar el tratamiento y la medicina preventiva, datos que se destacaron durante la International AIDS Society (IAS) 2019 Conference on HIV Science.[2]

Steven J. Shoptaw

Al respecto, Steven J. Shoptaw, Ph. D., psicólogo y profesor de la University of California Los Angeles, en California, Estados Unidos, invitó a la comunidad médica, así como a activistas, tomadores de decisiones y todos aquellos que puedan hacer una diferencia, a eliminar el virus de inmunodeficiencia humana, a pensar de una manera más amplia y a dejar de encapsular las estrategias de prevención en acciones aisladas. En pocas palabras, a tomar en cuenta las sindemias o problemas sinérgicos que afectan a esta población.

"Es un momento absolutamente maravilloso para estar vivo porque tenemos todas estas formas efectivas de prevenir el virus de inmunodeficiencia humana, pero muchas se quedan en las oficinas de los profesionales médicos", señaló Shoptaw.

Un fenómeno más reciente a vigilar cuando se piensa en una estrategia doble de tratamiento y prevención se refiere a las personas que incurren en comportamientos de riesgo y que consumen profilaxis preexposición (PrEP).

Si bien la profilaxis preexposición funciona para evitar el contagio del virus de inmunodeficiencia humana, también ha provocado una oleada de personas que ahora tienen la excusa perfecta para sentirse seguras teniendo sexo sin uso de condón, y que se contagian día con día de alguna otra infección de transmisión sexual.

La Organización Mundial de la Salud estima que hay alrededor de un millón de contagios de infección de transmisión sexual al día en el mundo, y es importante comenzar a ver a las infecciones de transmisión sexual y el virus de inmunodeficiencia humana en conjunto.

Dr. Kenneth H. Mayer

"Si se piensa en la relación de la profilaxis preexposición con el diagnóstico de infección de transmisión sexual, las personas en profilaxis preexposición tienen más probabilidades de tener una nueva infección de transmisión sexual, y esto ha sido un fenómeno reciente.[3,4] Vivimos en una era diferente en términos de los patrones de comportamiento de las personas", explicó el Dr. Kenneth H. Mayer, director de investigación medica y co-presidente de The Fenway Institute, en Boston, Estados Unidos.

En contraste, la profilaxis preexposición también trajo consigo la ventaja de que ahora hay más personas haciéndose chequeos, y como explicó el Dr. Mayer, es mucho más fácil llevar un control de las infecciones de transmisión sexual en personas que acceden a los servicios de salud sexual.

Pero no todos los lugares del mundo cuentan con la tecnología y los recursos para hacer un diagnóstico etiológico, así que muchos pacientes recurren al diagnóstico sindrómico.[5] Es ahí donde el problema de salud escala de lo médico a lo social, y no solo con la relación que pueda haber entre virus de inmunodeficiencia humana e infección de transmisión sexual, sino del virus de inmunodeficiencia humana con el entorno en general.

Gran parte de la razón por la cual el virus se sigue propagando es porque aún no se está dando la atención necesaria a los grupos más vulnerables; actualmente estos grupos están conformados por personas que usan drogas y alcohol, así como personas con trastornos mentales y de bajos estratos socioeconómicos que jamás se acercarían a una clínica.

Al respecto, uno de los grupos que ha causado más alerta entre la comunidad lo integran las personas que usan drogas ilícitas, ya sea por adicción o de forma recreativa. Las drogas tienen un efecto directo en la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana. Lo mismo sucede con el alcoholismo.

Un estudio demostró que 69% de quienes vivían con virus de inmunodeficiencia humana lo constituían bebedores problemáticos; 47% tenía trastornos por consumo de alcohol y 51% usaba drogas con alcohol.[6] A su vez, un análisis de 53 estudios latinoamericanos mostró que 70% de los pacientes en terapia antirretroviral tenía comorbilidades, como consumo de alcohol, uso de sustancias, síntomas depresivos, desempleo, y vivienda inestable.[7]

De hecho, la depresión es la comorbilidad más común de los pacientes con virus de inmunodeficiencia humana, con 20% a 30% de afectaciones, y más allá del desorden mental en sí mismo, la depresión también tiene efectos negativos en la progresión de la enfermedad, promoviendo un aumento en la carga viral y una disminución en el conteo de células CD4.[8]

"A menos que realmente nos enfoquemos en estos grupos vulnerables, vamos a tener continuos brotes de virus de inmunodeficiencia humana", indicó Shoptaw.

Pero no es tan sencillo. Para empezar, se requieren recursos, pues a la fecha aún existe gran cantidad de lugares que no cuentan con servicios integrales de atención médica, entre ellos terapias de sustitución de opioides.

Claudia Rafful

Claudia Rafful, Ph.D., psicóloga, de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó a Medscape en Español que el reto más importante para atender las sindemias del virus de inmunodeficiencia humana es la falta de integración del sistema de salud general con el sistema de salud mental o el de adicciones.

La especialista presentó los resultados del estudio "Sindemias de la transmisión de enfermedades transmitidas por la sangre y el uso de drogas inyectables en Tijuana, México", en la que destacó la transmisión transfronteriza bidireccional actual del virus de inmunodeficiencia humana entre grupos de riesgo en esta región.[9]

"Cuando la gente llega a tratamiento por el uso de sustancias, no nada más tiene ese problema, tiene otros problemas de salud [asociados]. Lo mismo pasa al revés, si van por una gripa también pueden tener un problema de salud mental o de adicciones, y no los están tratando; esa referencia no existe".

Al final, el virus de inmunodeficiencia humana no puede ser resuelto desde un solo ángulo. El sector educativo, las políticas públicas, los servicios de salud, las comunidades de voluntarios y los mismos pacientes, deben hacer un trabajo en conjunto.

"Sabemos que hay tratamientos para el virus de inmunodeficiencia humana y tenemos que tomarnos en serio la defensa de las necesidades de las personas que tienen problemas de acceso. Depende de nosotros crear las condiciones para que nuestros gobiernos presten atención a estos grupos que los demás ignoran", concluyó Shoptaw.

Shoptaw, el Dr. Kenneth Mayer y Rafful han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

Siga a Myriam Vidal de Medscape en Español, en Twitter @myriam_vidalv. Para más contenido siga a Medscape en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube.

Comentario

3090D553-9492-4563-8681-AD288FA52ACE
Los comentarios están sujetos a moderación. Por favor, consulte los Términos de Uso del foro

procesando....