Myriam Vidal

28 de junio de 2019

ACAPULCO, MEX. La terapia metronómica surge como una alternativa viable para retrasar signos, síntomas y molestias del cáncer en pacientes terminales o con poco acceso a fármacos, explicó la Dra. Wendy Gómez García, coordinadora de la Clínica de Linfomas & LMA y Cuidados Paliativos & Terapia Metronómica en Santo Domingo, República Dominicana, durante el XXV Congreso Internacional de Onco-Hematología Pediátrica, en Acapulco, México.[1]

Dra. Wendy Gómez García

Más allá del peligro de muerte latente, muchos enfermos con cáncer terminal temen a la toma de fármacos por los efectos secundarios y el sufrimiento que implica; otros simplemente dejan de tomarlos por cuestiones socioeconómicas en tratamientos prolongados, como falta de acceso a los centros de salud o a las medicinas.

Hasta el siglo pasado, muchos de estos pacientes pasaban sus últimos días en sufrimiento, sin embargo, ahora cada vez más centros de salud en el mundo han comenzado a utilizar la terapia metronómica, que el National Cancer Institute en Estados Unidos define como un tratamiento continuo, frecuente o habitual con dosis bajas de fármacos contra el cáncer, que suelen administrarse durante mucho tiempo.

La Dra. Gómez explicó que debido a que esta terapia hace uso de mecanismos antiangiogénicos, mecanismos inmunológicos y de inducción a un estado tumoral latente, pues aumenta la inmunogenicidad de las células cancerígenas y la presentación de los anticuerpos, se genera un estado de inactividad tumoral en el paciente con un mínimo efecto secundario y produce una enfermedad neoplásica estable, lo que conlleva a una mejor calidad de vida.

"En vez de dar ciclos fuertes cada 21 días y dejar que llegue la recuperación de la toxicidad, queremos intervalos más cerrados, tanto que sean diarios, dando bajas dosis de quimioterapia", añadió la oncopediatra, puntualizando que la lista de fármacos que se pueden utilizar en este tipo de terapia es extensa, y no solo se reduce a quimioterapéuticos, sino que incluye antiinflamatorios, y analgésicos, entre otros.[2]

En palabras de la Dra. Gómez, todo fármaco que sea cómodo, se pueda dar en casa y sea de fácil administración vía fisiológica. "Un tratamiento en donde la misma familia diga: ‘No queremos más intensidad, no queremos más toxicidad, queremos estar en nuestro hogar’".

Por otro lado, el uso de esta terapia tiene un efecto placebo en el estado emocional del enfermo adulto y en los padres del niño enfermo. "Es un placebo mental ante un padre al que se le dice: ‘Ya no hay nada que hacer’; ahora tiene citas, tiene que venir al hospital. Los padres se sienten bien".

Aunque la mayoría de los estudios existentes se ha realizado en modelos animales, ya se han llevado a cabo varios estudios, principalmente en África y Asia, que demuestran que con la terapia metronómica se obtienen resultados favorables en los pacientes, y aunque no es recomendable usarla como primera línea de tratamiento, es una alternativa viable con pacientes que de otro modo no hubieran recibido ningún tipo de terapia.[3,4]

La Asociación Hemato-Oncológica Pediátrica de Centroamérica y del Caribe  ha elegido esta opción en países como Honduras, Nicaragua y República Dominicana. El protocolo que siguen es el uso de ciclofosfamida oral con metotrexato oral e ibuprofeno; este último disminuye el efecto de la angiogénesis y la proliferación celular. La Dra. Gómez también presentó la opción de usar mercaptopurina a falta de ciclofosfamida.

Hasta el momento, entre los tres países ya se ha tratado con terapia metronómica aproximadamente a 271 pacientes, y en próximas fechas estarán desglosando cómo fueron las patologías y los resultados obtenidos.

Dra. Norma Llamas

Al respecto, la Dra. Norma Llamas, oncopediatra a cargo de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Servicio de Oncología en el Hospital Civil de Guadalajara Juan I. Menchaca, México, comentó a Medscape en Español que aunque a la fecha no existe una guía nacional para regular el uso de la terapia metronómica, es recomendable usarla con pacientes en enfermedad refractaria, en una segunda o tercera recaída, y cuando ya no hay posibilidad de curación con fármacos o terapias intensas.

"Tengo 7 años haciendo terapia metronómica en mi hospital; he tenido 250 casos aproximadamente. Es muy barato. Esto es algo que ya se está aplicando, solo falta hacerlo homogéneo y [crear] mesas de trabajo para saber cómo podemos sacar las estadísticas y después la publicación", señaló la Dra. Llamas.

Finalmente, la Dra. Gómez aclaró que aunque esta terapia no está diseñada para curar la enfermedad, va a retrasar el momento del empeoramiento de signos y síntomas. "Podríamos pensar en terapia metronómica ante un acceso restringido de fármacos, de opciones, posiblemente ausencia de trasplante de médula ósea o de un personal capacitado, factores socioculturales y una alta tasa de abandono".

Las doctoras Gómez García y Llamas han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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