Cada año fallecen 33.000 personas en Europa a causa de una infección multirresistente, cifra que se eleva a 700.000 en todo el mundo, de acuerdo a datos de noviembre de 2018. "De continuar esta situación, sin aplicar una respuesta adecuada, se estima que en el año 2050 la mortalidad por este tipo de problema podría superar a las muertes por cáncer".

Dra. Soledad Cabezón
La Dra. Soledad Cabezón, eurodiputada y miembro de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria de la Unión Europea, señaló lo anterior durante su intervención en la mesa conjunta de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica sobre Planes de lucha contra las resistencias bacterianas en Europa, en el contexto del XXIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) celebrado en Madrid del 23 al 25 de mayo.[1]
La Dra. Cabezón hizo un repaso a la situación actual de este problema en el ámbito europeo y trazó las líneas de actuación que está previsto adoptar para hacerle frente. Así, comentó los datos procedentes de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, según los cuales en los últimos años y a pesar de que el consumo de antibióticos ha disminuido en general, los esfuerzos por reducir las resistencias han sido infructuosos.
"De hecho, entre 2005 y 2014, la prevalencia de las resistencias antimicrobianas aumentó en 23 de los 26 países que entonces formaban la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, en un promedio de 10% en 2005, que se incrementó hasta 15% en 2014. Aunque hay muchas causas implicadas en estas resistencias, la principal es el uso inadecuado de antibióticos. Se estima que hasta 50% de los antimicrobianos consumidos en atención humana se hacen de forma inapropiada".
La eurodiputada también comentó que 30% de los pacientes ingresados en los hospitales europeos recibe al menos un antibiótico al día. "Todo ello supone un serio problema de salud y un reto global, pero también tiene una importante implicación de índole económica, con un derroche de 1.500 millones de euros al año en la Unión Europea, lo que, de cara a 2050, podría suponer un equivalente al costo de la crisis financiera de 2008".
Resistencias antimicrobianas en España: a la cabeza de un ranking preocupante
En el caso de España, la Dra. Cabezón calificó la situación de las resistencias antimicrobianas como "especialmente preocupante" y recordó que los datos sobre resistencias antimicrobianas del eurobarómetro 2015 ya reflejaban que frente al descenso de hasta 6 puntos en el consumo de antibióticos en la Unión Europea, este había aumentado 9% en España.
"Actualmente las cifras siguen superando la media europea de 15% de resistencias, situándose en torno a 18%, con un incremento de 5 puntos respecto a 2005. Y lo mismo ocurre en el caso del consumo de antibióticos, en el que también estamos por encima de la media, llegando incluso, en 2013, a ser el país con mayor consumo de antibióticos de la Unión Europea".
Tras este análisis, la Dra. Cabezón explicó el Plan de Lucha contra las Resistencias Antimicrobianas Europeo (One Health), puesto en marcha por el Consejo Europeo en 2012 con el objetivo de reducir al máximo el uso de antimicrobianos y maximizar los esfuerzos coordinados en los ámbitos de la salud humana y animal, y el medio ambiente.[2]
Como comentó la Dra. Cabezón, a pesar de las múltiples iniciativas y propuestas definidas en el marco de ese primer plan (2011 - 2016), según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos, hasta 60% de los países tenían estrategias elaboradas al respecto; estos esfuerzos no se tradujeron en proyectos específicos, algo que evidenció la Organización Mundial de la Salud en un informe de abril de 2015, y que reflejaba la existencia de importantes lagunas.
"Al evaluar estos planes quedaron patentes la disparidad de datos en función de los estados miembros, la falta de conocimiento sobre el uso de antibióticos y las infecciones multirresistentes, sobre todo por parte de la ciudadanía; la deficiente coordinación en la investigación y, sobre todo, la necesidad de una actuación transfronteriza, ya que esta amenaza no es propia de ningún país en concreto, sino de ámbito mundial".
Con el objetivo de gestionar todas estas "asignaturas pendientes" se ha puesto en marcha un segundo plan (2017 - 2021), basado en tres pilares: convertir a la Unión Europea en una región de "buenas prácticas" respecto a las resistencias antimicrobianas; fomentar la investigación, el desarrollo y la innovación, y dar forma a una agenda mundial que fomente la cooperación al desarrollo y la investigación.
"En esta línea y, ante la necesidad de datos probatorios de los que hasta ahora no se disponía, está previsto establecer indicadores de control a través de planes nacionales, con la Unión Europea como rector.
También se dará especial atención a la lista de patógenos establecida por la Organización Mundial de la Salud como prioritaria (tuberculosis, virus de inmunodeficiencia humana, paludismo, etc.) y a incentivar la vacunación, en respuesta a necesidades como la de encontrar una vacuna contra el neumococo y nuevos dispositivos diagnósticos", señaló la eurodiputada.
La experta insistió en la necesidad de valorar el retorno público de la importante inversión que se está haciendo en I + D en el campo de los antimicrobianos, de forma que esta se materialice en una mayor accesibilidad de la población a estos fármacos y comentó que ya está en marcha un proyecto piloto europeo en este sentido.
"Asimismo, el plan europeo necesita ser dotado de un presupuesto económico y un calendario, debe recoger un sistema de vigilancia europeo de notificación de resistencias antimicrobianas, así como fomentar la investigación en nuevos antibióticos, ya que desde el año 2000 solo se han puesto en el mercado 5 nuevas clases de antibacterianos y ninguno de ellos para bacterias gramnegativas".
"La investigación en la Unión Europea debe coordinarse y dirigir sus prioridades desde los diferentes centros de investigación públicos mediante una red de investigación europea en nuevos antibióticos y nuevos sistemas diagnósticos que permitan mayor precisión", concluyó.
Objetivo: reducir el consumo y optimizar el uso de antibióticos

Antonio López Navas
Por su parte, Antonio López Navas, coordinador del Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos expuso las coordenadas de la segunda fase de este plan (2019 - 2021), e hizo un repaso a las razones que motivaron la puesta en marcha de esta iniciativa.[3]
"El análisis de la evolución del consumo de antibióticos en España reflejó que en el periodo comprendido entre 2012 y 2015 se había experimentado un incremento de 13%, lo que evidenciaba la urgencia de implantar una estrategia para abordar este problema. Este fue el origen del Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos, aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y con una vigencia, en su primera fase, de cinco años (2014 - 2018)".
Como reflejo de la eficacia de esta iniciativa, López Navas comentó que el análisis preliminar de los datos de 2018 confirma que entre 2015 y 2018 (coincidiendo con el periodo de implementación del plan) se produjo en España una reducción del consumo de antibióticos de 7,2% en el ámbito de la salud humana, "un avance muy significativo que ratifica la utilidad del trabajo desarrollado hasta el momento en el marco de esta estrategia y confirma que estamos en el buen camino".
Otro de los datos que apuntan a la eficacia de esta iniciativa es el nivel del consumo hospitalario de antibióticos, el cual, a pesar del incremento de 10% registrado en el periodo 2013 - 2016, actualmente se sitúa por debajo de la media europea, "gracias al esfuerzo de todos los profesionales implicados en este proyecto", dijo el experto.
Como logros importantes conseguidos dentro de este primer Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos, López Navas destacó la importancia de disponer de un servicio de vigilancia de los antibióticos bastante potente, que ha permitido conocer no solo el consumo de estos fármacos a través de la receta oficial, sino también en el ámbito de la sanidad privada. "La suma de ambos parámetros nos ofrece datos más ajustados a la realidad y, de hecho, nos colocó en un lugar aún peor al que teníamos en el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, ya que demostró que el consumo total de antibióticos en España es de 24,33 dosis diarias definidas por cada 1.000 habitantes, frente a las 21,8 dosis de la media europea".
En cuanto a las líneas de actuación del segundo Plan Nacional Frente a la Resistencia a los Antibióticos, aprobado el pasado mes de marzo por el pleno del Consejo Interterritorial de Sanidad, López Navas explicó que su objetivo es dar continuidad a los logros del plan anterior, proponiendo acciones más concretas y específicas para ajustarse a las guías del enfoque One Health del plan europeo y garantizar la sostenibilidad del sistema.
"Una de las prioridades del nuevo plan es la consolidación de los Programas para la Optimización del Uso de Antibióticos y en este sentido ya se han dado pasos importantes como la implantación de un coordinador científico técnico en cada comunidad autónoma. Otros objetivos son el establecimiento de un Sistema Nacional de Vigilancia de las Resistencias y la promoción de programas de prevención de las Infecciones Relacionadas con la Asistencia Sanitaria en todo el territorio", explicó López Navas.
Bacterias multirresistentes: una aproximación en el ámbito hospitalario

Dr. José Ramón Paño
La última exposición corrió a cargo del Dr. José Ramón Paño, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa, de Zaragoza, quien presentó los datos del II Registro SEIM sobre Bacterias Multirresistentes.
"Este registro se llevó a cabo para resolver, revertir, controlar o paliar el problema de la resistencia a los antibióticos, una cuestión muy compleja, con el objetivo de conocer su dimensión real y suministrar información y argumentos objetivables a la administración sanitaria y los gestores implicados de forma que estos destinen más recursos a la lucha contra las bacterias multirresistentes", explicó el Dr. Paño.
El Segundo Registro Nacional de Pacientes con Infecciones por Bacterias Multirresistentes se realizó en 133 hospitales españoles, pertenecientes a todas las comunidades autónomas, en la semana del 4 al 10 de marzo de 2019.[4] Se trata de un estudio epidemiológico dirigido a estimar el número de pacientes con bacterias multirresistentes en España, así como su mortalidad cruda a los 30 días del diagnóstico.
"Los datos arrojados hasta el momento permiten estimar que en 2019, 221.958 pacientes sufrirán una infección por una bacteria multirresistente en España y de ellos, 26.271 fallecerán en los 30 días siguientes al diagnóstico", comentó el Dr. Paño, para quien estos datos indican que las bacterias multirresistentes cambian el curso del ingreso hospitalario, al igual que ocurre con las infecciones nosocomiales: "No se sabe bien la implicación concreta, pero es obvio que afectan a los pacientes".
Asimismo, el estudio reflejó cuáles son las infecciones más comunes producidas por las bacterias multirresistentes: infección urinaria (41,9%), infección de piel y partes blandas (9,8%), diarrea (9,7%), infección intraabdominal (8%) y neumonía (7,1%).
Implicación, voluntad y falta de recursos
Por último, durante el debate posterior a estas invenciones, el Dr. José Manuel Cisneros, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, valoró muy positivamente que tanto el plan español como el europeo respecto a la lucha contra las resistencias bacterianas vayan por el mismo camino, destacando el esfuerzo que en este sentido están realizando los profesionales.
"Los logros conseguidos, por ejemplo, en el descenso del consumo de antibióticos, han sido fruto de la voluntad de los agentes implicados, pero ha llegado el momento de transformar esa voluntad en recursos. Las trabas a la puesta en marcha de estas iniciativas de forma efectiva siempre están motivadas por las dificultades de implementación y por la falta de presupuestos", afirmó el Dr. Cisneros.
Finalmente, el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica señaló que todas las cuestiones expuestas en la mesa redonda corroboran la magnitud del problema y confirman la urgente necesidad de crear la especialidad de Enfermedades Infecciosas (que no existe en España), "para así hacer frente a esta complicada situación en un país que se sitúa al frente del consumo mundial de antibióticos sin ninguna razón epidemiológica que lo justifique".
López Navas y el Dr. Cabezón han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. El Dr. Cisneros declaró que ha recibido fondos de investigación competitiva sobre el tema de las multirresistencias del ISCIII y de la Comisión Europea.
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Citar este artículo: Las resistencias antimicrobianas pueden ser "el nuevo cáncer" en cuanto a mortalidad si no se adoptan medidas adecuadas - Medscape - 26 de jun de 2019.
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