ASUNCIÓN, PAR. Aunque ya existen numerosas vacunas para proteger contra las diferentes cepas de meningitis meningocócica o meningococo, estas continúan siendo aprobadas únicamente con información sobre inmunogenicidad y no sobre su eficacia, debido a la falta de pacientes necesarios para llevar a cabo los estudios.

Dr. Marco Aurelio Safadi
El Dr. Marco Aurelio Safadi, Jefe de la División de Enfermedades Infecciosas Pediátricas en el Hospital São Luiz en Sao Paolo, Brasil, durante el XIX Congreso Panamericano de Infectología, en Asunción, Paraguay, habló sobre las experiencias que se han recabado a nivel mundial para medir la eficacia de la vacuna.[1]
Dado que la meningitis meningocócica es una enfermedad que reporta un promedio de 1 o 2 casos por cada 100.000 habitantes al año, si se hiciera un estudio clínico de eficacia con 50.000 personas, 25.000 para la vacuna y 25.000 para placebo, al final del año probablemente no habría ningún caso que tuviera la enfermedad en ninguno de los dos grupos. "Mucho de lo que se aprende con estas vacunas es después de que son licenciadas en programas de vacunación", señaló el Dr. Safadi.
Durante su charla, el especialista recordó que a pesar de que la letalidad de la enfermedad puede variar dependiendo de factores como el rango etario, la situación inmunológica del enfermo, y la calidad de la asistencia, generalmente alrededor de 10% a 20% de los pacientes fallecen; además, del grupo de sobrevivientes, 10% a 20% presentan secuelas.[2,3]
Más aún, los lactantes son el grupo etario con mayor riesgo de contraerla, seguido por los adolescentes; en Europa y Estados Unidos específicamente, niños y adultos con virus de inmunodeficiencia humana y hombres que tienen sexo con hombres; los pacientes que usan el anticuerpo monoclonal eculizumab también están en mayor riesgo y requieren una estrategia adicional de prevención, como uso de antibióticos, terapia profiláctica, etcétera.[4,5].
Más de 90% de los casos de enfermedad meningocócica ocurre en individuos previamente sanos. "Esto es clave para hablar de prevención. Si en su país tienen una recomendación de vacuna de meningococo para grupos en riesgo, probablemente solo estarán protegiendo a menos de 10% de los casos de la enfermedad", advirtió el Dr. Safadi.
Aunque la mayor tasa de incidencia de neumococo ocurre en lactantes, la mayor incidencia de portación se presenta en adolescentes y adultos jóvenes, por tanto, resulta crucial diseñar estrategias de vacunación con protección directa e indirecta para estos dos rangos etarios.
Europa
Dentro del continente, Reino Unido fue el primer país en introducir la vacuna contra meningococo C a finales de la década de 1990, que protegía a lactantes, niños y adolescentes de 1 a 18 años, además establecieron programas de refuerzo para incluir rangos etarios responsables de portación, con lo cual lograron reducir las tasas de la enfermedad.
Posteriormente Holanda aplicó una estrategia distinta y no vacunó a los lactantes, sino solo a niños mayores de 1 año y adolescentes para tener un efecto indirecto, con lo que consiguieron la reducción de la enfermedad de hasta 95% en los lactantes.[4,5]
"Las excelentes coberturas y un refuerzo en todos los niños y adolescentes previnieron la adquisición de portación, disminuyeron la circulación del patógeno, interrumpieron la transmisión, y se logró proteger a los rangos etarios no vacunados", comentó el Dr. Safadi.
Puesto que el meningococo tiene un periodo corto de incubación, para estar protegidos se deben tener anticuerpos en niveles circulantes porque la respuesta inmune secundaria toma mucho tiempo, y comúnmente no es suficiente. A la fecha se estima que los niños mantienen anticuerpos hasta 6 años después de que se les aplicó la vacuna del meningococo C, y cuanto más grandes eran, más duradera la protección.
"En Europa contemplaban la dosis de refuerzo al iniciar la adolescencia, con el objetivo de mantener a los niños protegidos y generar un nivel de anticuerpo que previniera la adquisición de portación del meningococo C", continuó el especialista.
África
En 2015 este continente sufrió el brote más grande de meningococo C del mundo hasta la actualidad; de 2016 a 2017 se reportaron 14.473 casos solo en Nigeria. Además, ya se habían reportado casos de meningococo W, por lo que en 2016 comenzaron a aplicar la vacuna conjugada ACW en jóvenes de 1 a 23 años de edad, redujeron la circulación y lograron erradicar la enfermedad por meningococo A.
Latinoamérica
En 2010, 80% de los casos reportados en Brasil fue por meningococo C, así que el país introdujo la vacuna del meningococo C con dos dosis en el primer año de vida y una dosis de refuerzo a los 12 meses.
"Brasil tiene tres millones de cohorte de nacidos, y para hacer un refuerzo hasta 20 años tendríamos que comprar 60 millones de dosis de vacuna, lo que no era posible para el país en aquel momento, así que introdujimos la vacuna en los rangos etarios donde teníamos más carga de la enfermedad: los lactantes", explicó el infectólogo, añadiendo que a raíz de eso se observó una disminución de las tasas de incidencia en los rangos etarios vacunados.[6]
Pese a esto y a que no hay casos de falla en la vacuna, y que la cobertura fue excelente, siguen existiendo casos de menores de un año con meningococo C, la mayoría de ellos menor de 3 meses, que no había recibido la vacuna, ya que solo estaban protegidos de forma directa, pero no de forma indirecta, pues los portadores a su alrededor no estaban vacunados, por lo cual, en 2017 comenzaron a poner un refuerzo de la vacuna conjugada del meningococo C en los adolescentes de 11 a 14 años.
Mientras tanto, Chile se enfrentó a un incremento de meningococo W, originario de Brasil. Decidieron incluir la vacuna ACWY en su programa de vacunación. Empezaron vacunando a todos los niños de 9 meses a 5 años con una dosis, y con dos dosis a los niños de 9 meses a 2 años, y una dosis más a los niños de 2 a 5 años.
"Los programas en Brasil y Chile no tienen refuerzo, están protegiendo directamente a la población, pero sin impacto indirecto, por no incluir en la vacunación a los responsables por portación", advirtió el Dr. Safadi.
Efectividad de la vacuna
A la fecha solo existe una publicación en la literatura médica sobre la efectividad de la vacuna ACWY-D; en esta investigación, Estados Unidos observó que con el paso del tiempo había una tendencia de disminución de la efectividad de la vacuna, por lo que el Advisory Committee on Immunization Practices recomienda una segunda dosis 5 años después de la primera en los adolescentes.[7]
A raíz de la evolución del serogrupo W del neumococo, qua ya está presente en casi todas las regiones del planeta, Reino Unido, Australia y Holanda cambiaron a la vacuna ACWY para los adolescentes; aún hay dudas sobre el hecho de que esta vacuna pueda generar protección de portación para el serotipo W, ya que se cuenta con muy poca información y además, aunque ha probado ser efectiva, no protege contra la cepa de meningococo B.
"La cápsula del meningococo B tiene una composición muy similar a nuestro tejido neural embrionario. Si se fabrica una vacuna de meningococo B con la cápsula, esto puede generar autoinmunidad o no generar una buena respuesta. Por eso no hay vacunas polisacarídicas para meningococo B ni vacunas polisacarídicas conjugadas", aclaró el especialista.
Para resolver este problema, recientemente se han comenzado a usar antígenos subcapsulares que se expresan en la superficie para incluirlos en una vacuna; una vez generados los anticuerpos contra esos antígenos y cuando los anticuerpos encuentran las cepas que expresen dichos antígenos, se vuelven anticuerpos protectores.
Actualmente existen dos vacunas aprobadas contra el meningococo B, ambas proteicas, y ambas usan antígenos subcapsulares; una es de Pfizer y solo está disponible en Estados Unidos y Europa, y la otra es de Glaxo, disponible para Latinoamérica.
Aunque Reino Unido ya ha reportado una primera experiencia en que la aplicación de dos dosis de esta vacuna en el primer año de vida y un refuerzo a los 12 meses redujo 50% las tasas de incidencia en las cohortes elegibles con 20% de efectividad para los lactantes que apenas tenían una dosis, aún no existen suficientes datos para saber si las vacunas proteicas tienen un impacto en la portación.
El Dr. Safadi compartió que existe un estudio, aún no publicado, realizado en Australia, en el que se encontró que el impacto a la portación era nulo. "Esto es un dato crucial para diseñar las estrategias de inmunización con esta vacuna", y concluyó diciendo que se continúan las investigaciones para una vacuna pentavalente que proteja contra las cepas ACWY, y conjugada de B. "La vacuna del futuro".
El Dr. Marco Aurelio Safadi ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Experiencias con la vacuna meningocócica en el mundo - Medscape - 17 de jun de 2019.
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