Aumentan las agresiones a médicas en España y las bajas por este motivo

Aunque la tendencia disminuye en casi 5%

Dr. Javier Cotelo

14 de junio de 2019

MADRID, ESP. Un total de 490 médicos sufrieron agresiones (lesiones, amenazas e insultos) en España en 2018, casi un 5% menos respecto al año anterior, según datos aportados por el observatorio Nacional de Agresiones a Sanitarios de la Organización Médica Colegial.[1]

Otros datos destacados han sido que 59% de los agredidos son médicas, 85% se producen en el sector público, más de la mitad ocurren en Atención Primaria, 61% de casos se denunció y hasta 17% de los agredidos precisaron una baja médica.

El Observatorio de Agresiones a Sanitarios de la Organización Médica Colegial (OMC), que se puso en marcha en el año 2009, obtiene los datos de la comunicación que los médicos que han sufrido una agresión transmiten a sus respectivos colegios profesionales. Las cifras permiten conocer la situación de una forma detallada, clasificando los datos por: edad, género, especialidad, entorno asistencial, ámbito de ejercicio, características del agresor, efectos colaterales, escenarios jurídicos y respuestas desde los tribunales.

En la actualidad se acumulan datos históricos de 3.919 casos a nivel nacional, que incluyen lesiones, amenazas, coacciones, maltrato, injurias o vejaciones.

De los casos acontecidos en el año 2018, 14% produjeron lesiones, 35% fueron insultos y 51% amenazas. Estos episodios incrementan el estrés laboral del médico y, conviene aclarar que, los insultos y amenazas tienen efectos equiparables al de la violencia física.

Los datos arrojan un porcentaje mayor de agresiones a mujeres, 59%, que es la cifra más alta de la década (7% más que en el año 2017).

En cuanto al ámbito sanitario de ejercicio, sigue siendo el público donde se producen la gran mayoría de este tipo de conductas, con 85% de los casos, mientras que el restante 15% ocurre en el sector privado, cifra más alta registrada hasta la fecha.

En Atención Primaria es donde se producen la mayor parte de los casos (52%), frente a la Atención Hospitalaria (23%). En los Servicios de Urgencias hospitalarios y de Atención Primaria tienen un porcentaje menor, 14% y 11% respectivamente. Pero si se tiene en cuenta el número de consultas realizadas al año, el área con más frecuencia de agresiones es Urgencias Hospitalarias, alcanzando 2,50 agresiones por cada millón de consultas frente a 0,91 en Primaria.

El agresor desprecia los valores éticos de la atención sanitaria

Dr. Francisco José Sáez Martínez

En cuanto a las características de los agresores, 70% son pacientes (40% programados, 30% no programados, 2% pacientes desplazados) y 28% son llevadas a cabo por los acompañantes.

El Dr. Francisco José Sáez Martínez, Coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Laboral de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), comentó para Medscape en Español que "definir las características del agresor de profesionales sanitarios es difícil, sea paciente o familiar de paciente, aunque quizá una característica común a todos ellos es su desprecio por los valores éticos de la atención sanitaria, es decir, el prestar ayuda a una persona que la necesita. También es característica la escasa capacidad de control de la frustración, así como una agresividad en alza, similar a las actitudes de los conductores de automóviles en los atascos de tráfico. Todo ello concluye en la falta de respeto hacia los profesionales sanitarios que está en la base de cualquier agresión".

"Por lo que respecta a las características de los médicos agredidos, también es difícil encontrar algo en común, ya que la empatía o su falta, que es a la que se suele achacar el problema, no siempre está presente. Lo mismo sucede con el cansancio tras consultas saturadas o guardias interminables. Si quizás podríamos pensar en una falta de atención ante signos de alerta (nerviosismo de agresor, agitación, cambios faciales…) que avisen de la situación y permitan adelantarse a ella y tomar medidas de protección", añadió el experto.

En cuanto a las principales causas que originan las agresiones, 46,1% se producen por discrepancias en la atención médica; 11,4% por el tiempo que se tarda en ser atendido; 11,1% por no recetar lo deseado por el paciente; 10,3% por temas relacionados por la baja (incapacidad temporal); 9,2% por discrepancias personales; 6,1% por el mal funcionamiento del centro y 5,8% por informes médicos no acordes a sus exigencias.

60% de las lesiones son psíquicas

Respecto a las consecuencias que ocasionan sobre los médicos, 14% de los casos provocaron lesiones, de las cuales 40% fueron físicas y 60% psíquicas, 17% de los agredidos precisaron de una baja médica, lo que significa un aumento de 5% respecto al año anterior.

Quizá el efecto más demoledor sea la pérdida de la vocación y del compromiso ético de atención. Dr. Francisco José Sáez Martínez

Respecto a las consecuencias que causa en el médico agredido, el Dr. Sáez Martínez refiere que "quizá el efecto más demoledor sea la pérdida de la vocación y del compromiso ético de atención, pasando el profesional sanitario a actuar más por motivos laborales o económicos, poniendo en marcha medidas defensivas que limitan su capacidad de actuación".

"También es habitual la sensación de desconfianza hacia las capacidades propias, en un claro efecto de atribuirse la culpa de lo sucedido o a veces, decantarse hacia la medicina defensiva, induciendo un exceso de pruebas diagnósticas o de interconsultas que retrasen el diagnóstico o el tratamiento, perjudicando al paciente".

El Dr. Sáez Martínez indica que "en casi todos los servicios autonómicos de salud y clínicas privadas grandes existen protocolos de actuación, pero la inmensa mayoría de las veces están más centrados en los mecanismos de escape que en la prevención de las agresiones, ya que está suele implicar actuaciones con los usuarios, lo que intenta casi siempre evitarse, al situar a este en el eje de atención sanitaria".

"Desde la SEMG siempre hemos planteado la necesidad del aumento de las medidas de seguridad en los centros de salud, con la presencia de personal de seguridad privada en los mismos (como sucede en los hospitales), la implementación de medidas de alerta, tanto en consulta como en la atención domiciliaria (a veces algo tan sencillo como un móvil institucional con localización a la hora de realizar los avisos domiciliarios), la incorporación de nuevas tecnologías con alertas silenciosas o la presencia institucional en las demandas contra los agresores", añadió el experto.

La Organización Médica Colegial ha reiterado que muchos casos de agresión tienen relación con situaciones como: la masificación de consultas y urgencias, la falta de equidad en la atención sanitaria, el aumento de las listas de espera, el problema de recursos humanos y la precariedad laboral de los profesionales.

Escalada de logros para atajar el problema

Un hito importante para combatir este problema fue la entrada en vigor de la reforma del Código Penal en el año 2015, que contempla las agresiones a sanitarios que trabajan en el sector público como delito de atentado contra la autoridad. Pero es necesario que esto se extienda a los médicos que trabajan en el ámbito privado.

Otro hecho importante ha sido la figura del Interlocutor Policial Sanitario que el Ministerio del Interior puso en marcha en 2017. Se ha realizado un censo de centros hospitalarios que han sido catalogados según su nivel de riesgo. La información se actualiza cada seis meses y permite conocer el catálogo de medidas preventivas que posee cada instalación para poder adoptar las medidas específicas oportunas.

Además, la Policía Nacional está desarrollando una App denominada alertcorps, que permitirá al médico alertar de una situación de conflicto en la consulta y recibir una respuesta más rápida por parte de los agentes.

Las acciones del Observatorio están encaminadas, en primer lugar, a evitar en la medida de lo posible estas agresiones. Pero también ha motivado la puesta en marcha de medidas preventivas, como la instauración del botón antipánico, y personal de seguridad en los centros sanitarios, tanto hospitales como en algunos centros de salud. Así mismo, se demanda al Gobierno que lleve a cabo un Plan Nacional contra las Agresiones a Sanitarios, en la que participen todos los agentes implicados.

El Observatorio destaca, que el hecho de que ya haya habido sentencias sobre agresiones en base a la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y no del Código Penal, responsabilizando a la Administración sanitaria pública de la falta de medidas de prevención, es otro paso importante para luchar contra la violencia en el ámbito sanitario.

Delito de atentado contra la autoridad

Carlos Miguel Fornes Vivas

Por su parte el abogado Carlos Miguel Fornes Vivas, Presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana, aclaró para Medscape en Español que "el delito de atentado se consuma con cualquiera de los siguientes requisitos: acometimiento, empleo de fuerza, intimidación grave o resistencia también grave. Además, como elemento subjetivo debe existir un ánimo o propósito de ofender a los sujetos pasivos con detrimento del principio de autoridad. Dicho ánimo se presume si el sujeto activo conoce del carácter público de la víctima".

Por tanto, continúa el abogado "las características esenciales de este delito son: el carácter de autoridad, agente de la misma o funcionario público del sujeto pasivo, y que el sujeto pasivo ha de hallarse en el ejercicio de las funciones de su cargo o con ocasión de las mismas, y que el conocimiento por parte del sujeto activo de la cualidad y actividad del ofendido, y que exista, como elemento subjetivo del injusto, un ánimo o propósito de ofender a los sujetos pasivos con detrimento del principio de autoridad, y que la dinámica comisiva de los hechos se refleje en una de las cuatro modalidades recogidas en la expresión legal: acometimiento, empleo de fuerza, intimidación grave o resistencia también grave, y además que los agentes de la autoridad o funcionarios no se extralimiten en su función".

El Dr. Sáez Martínez, apunta que "Caso especial supone la reivindicación del concepto de atentado contra la autoridad en el caso de las agresiones, que continua sin aplicarse en la sanidad privada e incluso en la pública ha perdido, tras la modificación del código penal, la característica automática, detectándose de nuevo inhibiciones judiciales, que consideran que la agresión a los profesionales es solo merecedora de sanción administrativa, sanción que no se aplica, casi nunca, por el miedo a coartar el derecho fundamental a la salud de los ciudadanos".

"Pero, lo más necesario, es la recuperación del prestigio social de los profesionales sanitarios, cada vez más bajo, más unido a reclamaciones económicas (el "para eso pago" que se extiende por la sociedad de forma insolidaria y falsa) y más denigrado por las autoridades", agregó el especialista.

80% de las sentencias fueron condenatorias

Respecto a las resoluciones judiciales, hubo 93 sentencias sobre agresiones, de las que el 64% fueron consideradas como delito leve y el 36% delito menos leve. 77,9% fueron condenatorias, 16,3% absolutorias y hubo acuerdo entre las partes en 5,8% de los casos.

Según el tipo de condena, 46,3% fueron multas, 20,6% acarrearon privación de libertad, 14,7% supusieron privación de derechos e inhabilitación y 4,4% exigieron establecer medidas de seguridad.

El abogado Fornes indica que "en cuanto a la experiencia en estos casos, vemos que prácticamente la totalidad de los procedimientos acaban con una Sentencia condenatoria que suele oscilar entre los 6 meses y los 2 años de prisión para los casos más graves. De hecho, muchos se zanjan por conformidad del acusado dado que normalmente la defensa que pueden alegar en juicio es muy limitada".

"Se han conseguido condenas en agresiones a médicos incluso sin la existencia de testigos, tomándose la declaración del propio perjudicado como prueba de cargo suficiente para fundamentar la condena".

Según el Observatorio, 61% de los casos acontecidos en 2018, el médico ha presentado denuncia tras la agresión, por lo que en 39% de los casos no lo hicieron.

Respecto a los casos no declarados, el abogado apunta que "por desgracia el personal sanitario se encuentra con demasiada frecuencia en situaciones de tensión, mala educación, insultos, amenazas e incluso agresiones por parte de algunos pacientes. Es por ello que normalmente se limitan a denunciar los casos más graves. Además de ello, los profesionales sanitarios son conocedores de que la interposición de una denuncia conlleva una serie de actos posteriores que les pueden quitar muchísimo tiempo y alterar su vida tanto personal como profesional, como son: acudir a ratificar la denuncia, acudir al Forense, tener que ir a la vista del juicio, pedir a compañeros que actúen como testigos, etcétera".

"Otro factor que puede afectar, aunque en menor grado, es que en algunos de los casos existe cierto temor a posibles represalias de los agresores tras la denuncia. A pesar de ello, en nuestra propia experiencia, vemos que los casos de reincidencia de un mismo agresor contra el mismo facultativo, una vez tramitada la denuncia, son prácticamente nulos", comentó el experto.

Denunciar es positivo, tolerancia cero frente a las agresiones

El consejo a los médicos agredidos, según el abogado Fornes, "pasaría por animar a la totalidad del personal sanitario a que denuncien las agresiones que sufran, ya que ello va a tener una serie de consecuencias positivas de cara a toda la comunidad de profesionales sanitarios dando un reflejo a la sociedad de unidad y de tolerancia cero frente a dichas agresiones".

"Se debería diferenciar entre lo que son acciones punibles como tal y lo que son situaciones de tensión que por causa de la delicada materia de que se trata se pueden dar. Por tanto, y haciendo ese juicio de valor previo, animaríamos a los profesionales a que no dejaran pasar ninguna agresión sin presentar denuncia".

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