Mini Examen Clínico: Evalúe sus conocimientos sobre delirium

Dr. José J. Mendoza Velásquez

Conflictos de interés

14 de mayo de 2019

El delirium, anteriormente conocido como síndrome confusional agudo, es un síndrome clínico que se caracteriza por alteración de la conciencia y la cognición, con capacidad reducida para enfocar, sostener o cambiar la atención. Se desarrolla en un periodo corto y fluctúa durante el día.[1]

La presentación clínica puede variar, pero generalmente florece con trastornos del comportamiento psicomotor, como hiperactividad o hipoactividad, con mayor actividad simpática y deterioro de la duración y arquitectura del sueño. Es causada por una afección médica, intoxicación por sustancias o abstinencia, además del efecto secundario de fármacos; no se explica mejor por otro trastorno neurocognitivo preexistente, involucrado o establecido.

Es una entidad clínica compleja y difícil de comprender. El diagnóstico a menudo se pasa por alto, especialmente en el tipo hipoactivo, debido a la manifestación clínica deficiente. Los esfuerzos deben centrarse en la prevención y el diagnóstico precoz.

Hay dos grupos de factores de riesgo relacionados con el delirium: factores predisponentes y precipitantes. Los factores predisponentes más comunes son edad avanzada (mayores de 70 años), demencia (a menudo no reconocida clínicamente), discapacidades funcionales, género masculino, mala visión y audición, y deterioro cognitivo leve. El abuso del alcohol y cualquier alteración detectada en los exámenes de laboratorio se han asociado con mayor riesgo.

Los factores precipitantes suelen variar entre la población. Sin embargo, las drogas son el factor más importante. Existen muchos fármacos relacionados con el delirium, especialmente agentes hipnóticos, sedantes, anticolinérgicos, analgésicos opioides (especialmente meperidina), hipnóticos sedantes no benzodiacepínicos, antihistamínicos (especialmente de primera generación), alcohol, anticolinérgicos, anticonvulsivos, antidepresivos tricíclicos y bloqueantes H2. También se han notificado agentes antiparkinsonianos, antipsicóticos (especialmente antipsicóticos típicos de baja potencia), barbitúricos, digoxina y antibióticos. El riesgo aumenta hasta cuatro veces y media si el paciente consume tres o más fármacos (polifarmacia) y si el fármaco es psicoactivo.

¿Cuánto sabe sobre diagnóstico y tratamiento del delirium? Pruebe sus conocimientos con este Mini Examen Clínico.

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