Muerte súbita cardiaca: un problema prevenible con las acciones adecuadas

Myriam Vidal

10 de mayo de 2019

CIUDAD DE MÉXICO, MEX. El desarrollo de la cultura del deporte para mejorar el estado de salud también destaca la importancia de combinar el ejercicio con chequeos médicos sistemáticos para prevenir y evitar lesiones y enfermedades, entre ellas la muerte súbita cardiaca, tema abordado durante la 8.a Cumbre de Pediatría, celebrada en la Ciudad de México, México.[1]

Realizar deporte reporta múltiples beneficios, tales como mantener el control de peso, reducción del riesgo de diabetes y síndrome metabólico, fortalecimiento del sistema muscular y óseo, y mejora de la salud mental, pero también es importante hacer valoraciones del niño y del adolescente para disminuir las posibilidades de que presenten un evento cardiovascular con consecuencias fatales.

Dr. Julio Roberto Erdmenguer Orellana

Aunque la incidencia de muerte súbita cardiaca en pediatría es muy baja y es importante no alarmar a las personas, también tiene un impacto social y emocional devastador, por lo que es fundamental integrarse a la medicina preventiva, comentaron el Dr. Julio Roberto Erdmenguer Orellana, jefe del Departamento de Cardiología en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, y el Dr. Valentín Herrera Alarcón, subdirector médico del Hospital Regional General Ignacio Zaragoza, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado.

Dr. Valentín Herrera Alarcón

Es relevante conocer la diferencia entre muerte súbita cardiaca, muerte súbita relacionada con el deporte y síndrome de muerte súbita infantil. La muerte súbita cardiaca ocurre en la primera hora una vez iniciados los síntomas; la muerte súbita relacionada con el deporte ocurre durante la actividad física o en la siguiente hora después de haber detenido la actividad física y el síndrome de muerte súbita infantil es una muerte repentina e inesperada en personas menores de un año de edad, que aparentemente estaban sanas.

La muerte súbita cardiaca en la población adulta se debe a una cardiopatía previa que incluye lesiones del tronco de la coronaria izquierda, enfermedades multivasculares, tromboembolia pulmonar repentina, rotura de la arteria aorta, taponamiento cardiaco o miocardiopatía hipertrófica dilatada, pero en la población pediátrica las causas cambian totalmente y pueden deberse a múltiples factores que se siguen investigando y descubriendo.

Dr. Leonardo Rivera Rodríguez

"No sabemos con certeza la fisiopatología de estas muertes súbitas, pero tenemos una idea general acerca de cómo sucede”, comentó el Dr. Leonardo Rivera Rodríguez, cardiólogo pediatra de Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez.

Por ejemplo, la muerte súbita en la lactancia está relacionada con cardiopatías congénitas no detectadas y suele confundirse con muerte súbita infantil; en niños y jóvenes, entre 25% y 30% se relacionan con el ejercicio, y las causas más prevalentes suelen ser cardiomiopatía hipertrófica (enfermedad genética relacionada con más de 20 genes implicados en las proteínas de tipo sarcomérico y la hipertrofia septal asimétrica usualmente no obstructiva, pero que puede ser arritmogénica), hipertrofia ventricular izquierda primaria y arritmias primarias.

Otra causa involucrada puede ser el síndrome de Wolff Parkinson-White, que aunque generalmente no produce muerte súbita cardiaca, puede ocasionarla en un escenario de alto rendimiento.

Las anomalías en las arterias coronarias también llegan a intervenir. En opinión del Dr. Herrera Alarcón, el caso más representativo del nacimiento anómalo de las coronarias es el síndrome de ALCAPA, en que la arteria coronaria izquierda presenta un origen anómalo desde la arteria pulmonar y esto provoca que el contenido sanguíneo del sistema coronario izquierdo provenga del sistema venoso, lo cual produce hipoxemia coronaria crónica.

Aunque esta cardiopatía congénita es relativamente sencilla de corregir, también resulta letal (90%) durante el primer año de vida y 95% a 100% letal en el segundo, porque presenta isquemia cardiaca.

“Los adolescentes con síndrome de ALCAPA son muy propensos a sufrir muerte súbita, siempre y cuando esté relacionado con el ejercicio; las comunicaciones coronarias derecha-izquierda son muy finas y pueden resultar fácilmente insuficientes durante periodos de ejercicio”, continuó el especialista.

Otro ejemplo de anomalías en las arterias coronarias es el origen de la coronaria izquierda en el seno derecho de Valsalva. “En realidad, el nacimiento anómalo de la coronaria derecha pocas veces causa muerte súbita, pero a través de la edad puede producir dilatación del ventrículo derecho con todas sus consecuencias”, especificó el Dr. Herrera Alarcón. 

Otro foco de atención en sí mismo se refiere a las arritmias. En años recientes se ha detectado que el síndrome de muerte súbita arritmogénica desempeña un papel importante en la muerte súbita cardiaca y ocurre cuando no hay una alteración anatómica estructural evidente y el paciente sufre muerte súbita cardiaca por una arritmia letal.

Dentro de las arritmias primarias se encuentran el síndrome de Wolff-Parkinson, la taquicardia ventricular polimórfica catecolaminérgica y las canalopatías, como el síndrome de Brugada, el síndrome de QT largo y el síndrome de QT corto.

“A diferencia de la muerte súbita cardiaca por alteraciones estructurales en el corazón, la de origen arritmogénico casi no se relaciona con la actividad física. Una gran proporción de pacientes sufre paro cardiaco mientras duerme, sobre todo en el síndrome de Brugada; el paciente duerme tranquilo y amanece muerto, y no se conoce la causa”, comentó el Dr. Rivera Rodríguez.

Asimismo, los especialistas resaltaron que las causas de muerte súbita cardiaca adquiridas ya sea por genética o por alteraciones anatómicas, son poco comunes en la edad pediátrica; de hecho, una de las causas adquiridas más conocidas, pero poco frecuente en niños, es la enfermedad de Kawasaki, que puede derivar en una lesión de tipo coronario y a futuro puede ocasionar un infarto de miocardio o incluso predisponer al miocardio a una arritmia ventricular.

Por otro lado, al hablar de personas con corazón normal, algunas causas pueden ser commotio cordis, “que no es frecuente encontrarlo, pero al recibir un alto impacto en la región del tórax podría hacer fibrilar al corazón y evidentemente puede producir muerte súbita”, informó el Dr. Rivera Rodríguez.

Los efectos por el uso de sustancias para rendir más en el desempeño físico (esteroides y anabólicos), factores ambientales, como la presión atmosférica del lugar, el aumento de la predisposición de niños y adolescentes de género masculino y ser de raza afroamericana, también influyen para sufrir un evento cardiaco, así como factores que aún se desconocen, como alteraciones en el equilibrio ácido-base o los electrólitos, secreción alta de catecolamina, deshidratación, e hiperpirexia.

Nada como la medicina preventiva

"La mayoría de los atletas que mueren de manera súbita en algún momento había presentado cierto síntoma de enfermedad cardiovascular", señaló el Dr. Erdmenger Orellana. Por ello, los especialistas enfatizaron la importancia de que las personas relacionadas con la enseñanza y el entrenamiento del deporte estén entrenadas para dar soporte vital ante esta causa reversible de muerte.

De acuerdo con cifras presentadas por el Dr. Herrera Alarcón, los países desarrollados tienen porcentajes de sobrevida que van de 35% a 40%, caso diferente a la realidad latinoamericana, donde las cifras son menores.

En términos de prevención desde el consultorio, una buena historia clínica es lo más importante. "Siempre hay que interrogar la historia familiar de muerte súbita. Si además encontramos casos de cardiopatía hipertrófica, síndrome de QT largo, síndrome de Brugada o síndrome de Marfan en la familia, con mayor razón se aconseja la prevención", indicó el Dr. Rivera Rodríguez, que añadió a este grupo a personas con alteración en tórax, escoliosis y talla alta.

A su vez, hay que poner atención ante la presencia de crisis convulsivas febriles, pues el síndrome de Brugada aparece durante un episodio febril, así como a los espasmos del sollozo atípicos y a una historia de sordera familiar que genera mayor prevalencia al síndrome de QT largo.

La historia clínica debe ir de la mano de una buena exploración física y una correcta interpretación de los electrocardiogramas. "Si combinamos la exploración física con la historia clínica y una buena interpretación del electrocardiograma, tenemos 90% a 95% de posibilidades diagnósticas", aseguró el Dr. Rivera Rodríguez.

El dolor precordial, la disnea, la disminución del rendimiento físico o presíncope y síncope, son síntomas que no deben ser ignorados. El Dr. Rivera Rodríguezaconsejó que siempre que un paciente presenta presíncope y síncope amerita una evaluación completa, incluso si no es atleta.

Los pacientes con síndrome metabólico, obesidad y sobrepeso, y síndrome de Marfan, necesitan una evaluación especial. Finalmente, es fundamental que las políticas públicas se encaminen a la difusión y mejor implementación de los protocolos de prevención.

"La difusión de protocolos y entrenamiento de reanimación tanto básico como avanzado ha incrementado la oportunidad de sobrevida ante cualquiera de estas causas de muerte súbita, alcanzando tasas muy importantes en países desarrollados, hasta de 40%", concluyó el Dr. Herrera Alarcón.

Los Dres. Erdmenger Orellana, Herrera Alarcón y Rivera Rodríguez han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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