CIUDAD DE MÉXICO, MEX. Un grupo de investigadores del Programa de Investigación Intramuros del National Institute of Drug Abuse, en Maryland, Estados Unidos, demostró en modelos animales que oxitocina ayuda a disminuir el consumo de alcohol y la motivación para tomarlo, lo que abre las posibilidades para encontrar tratamientos farmacológicos al alcoholismo.[1]
El estudio, publicado en PLOS Biology, pretende contribuir a la investigación en el uso de sustancias para combatir las adicciones, específicamente el alcoholismo, pues el trastorno por consumo de alcohol es un problema de salud pública mundial; de hecho, 6% de la población en el mundo padece la enfermedad o fallece por esta causa.[2]

Dr. Leandro F. Vendruscolo
"En países como Brasil y México, el trastorno por alcohol sigue siendo primera causa de muerte y morbilidad […], así que tratamos de encontrar formas de disminuir el consumo de alcohol y la dependencia del alcohol", comentaron a Medscape en Español los Dres. Leandro F. Vendruscolo y Brendan Tunstall, autores principales del estudio.

Dr. Rodrigo Pérez
Al respecto, el Dr. Rodrigo Pérez, jefe del Laboratorio de Investigación en Adicciones en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía en la Ciudad de México, México, y quien no participó en el estudio, advirtió sobre la importancia de este tipo de investigaciones, pues a la fecha "no existe ningún fármaco o terapia que resulte suficientemente eficaz para que podamos revertir los efectos que producen las adicciones en las personas".
Los receptores de oxitocina se encuentran en el cerebro y en varios tejidos periféricos que pueden contribuir a los efectos conductuales, incluidos la inhibición del apetito y el miedo, por lo que los investigadores dedicaron una parte del estudio a la comparación entre las contribuciones centrales y las contribuciones periféricas, bajo la hipótesis de que oxitocina disminuiría el consumo de alcohol y la motivación para tomarlo en ratas dependientes, a través de acciones centrales y no periféricas.[3,4]
Por otro lado, dado que los receptores de oxitocina se encuentran en muchas regiones del cerebro como la amígdala extendida en ratas y humanos así como en el núcleo central de la amígdala y estos núcleos se han visto relacionados en el desarrollo de la dependencia al alcohol[5,6], los investigadores decidieron comprobar si la dependencia del alcohol alteraría la forma en que la oxitocina modula las señales GABAérgicas en la amígdala central.
Efectos en el comportamiento
La primera parte del estudio se enfocó exclusivamente en los efectos de esta hormona al comportamiento de ratas dependientes y no dependientes. Para obtener estas poblaciones condicionaron a las ratas a una autoadministración oral de alcohol después de lo cual se dejó a las no dependientes en un ambiente con aire normal y a las dependientes en un ambiente con vapor impregnado de alcohol.
Fue así que los investigadores administraron inyecciones intraperitoneales de oxitocina (0 mg/kg; 0,125 mg/kg; 0,25 mg/kg; 0,5 mg/kg y 1 mg/kg; 0,5 ml/kg o 1 ml/kg) 30 minutos antes de las sesiones de autoadministración de alcohol en ratas dependientes (n = 10) y no dependientes (n = 10).
Posteriormente, "decidimos hacerlo por vía intranasal porque ya se usa en humanos. Si pudiéramos demostrar preclínicamente que esto fue efectivo, podríamos aportar alguna evidencia para respaldar más trabajo clínico sobre si la oxitocina puede administrarse por vía intranasal", dijo el Dr. Tunstall, miembro del National Institute of Drug Abuse.
Para ello, movieron a la misma población de ratas a cámaras operantes diferentes para restablecer la línea base de ingesta alcohólica, después de lo cual se les administró oxitocina intranasal 1 hora antes de las pruebas de respuesta de alcohol en los programas de refuerzo con relación fija concurrente 1 y relación progresiva.

Dr. Brendan J. Tunstall
Adicionalmente, para saber si el efecto de la oxitocina era a nivel central o periférico, inyectaron un agonista del receptor de oxitocina, el cual no es capaz de cruzar la barrera hematoencefálica, en el cerebro o en la periferia y encontraron que solo el agonista inyectado en el cerebro tuvo efecto sobre el consumo de alcohol.
La conclusión de los investigadores con estos experimentos fue que oxitocina administrada por vía intraperitoneal, intranasal e intracerebroventricular bloqueó la mayor motivación para el consumo de alcohol que se desarrolló en ratas dependientes sin afectar el comportamiento de las ratas no dependientes.
Efectos en la señal GABAérgica
La segunda parte del estudio consistió en registrar, en colaboración con Dean Kirson y Marisa Roberto de The Scripps Research Institute, en California, Estados Unidos, la actividad eléctrica de neuronas GABAérgicas de la amígdala central y la modulación de dicha actividad por la oxitocina.
El Dr. Tunstall explicó que esta región del cerebro resulta particularmente interesante porque es una de las principales regiones alteradas por la dependencia del alcohol. Una desregulación de este circuito es la causa de gran parte de las alteraciones en el procesamiento de estímulos estresantes y gratificantes característicos de esta dependencia.
"Creemos que esa es la razón por la cual los ratas dependientes del alcohol y las personas con trastorno de consumo de alcohol beben más y están más motivadas a hacerlo", aseveró el Dr. Tunstall.
Para ello, tomaron el cerebro de ratas dependientes y no dependientes en cortes coronales que contenían la amígdala central para registrar la actividad de neuronas de la amígdala central.
En esta etapa, los investigadores encontraron que en las ratas dependientes al alcohol había una alteración en la actividad de las células de la amígdala central asi como alteraciones en la respuesta a la oxitocina y el alcohol.[7]
Estos resultados proporcionaron información sobre el proceso del mecanismo de la dependencia al alcohol, y constituyen el primer paso para tratar de entender cómo actúa oxitocina en el cerebro para producir los efectos observados a nivel de comportamiento.
Estos resultados proporcionaron información sobre el mecanismo de la dependencia al alcohol y son el primer paso para tratar de entender cómo actúa la oxitocina en el cerebro para producir los efectos observados a nivel de comportamiento.
"Ahora sabemos que esta región está desregulando la dependencia del alcohol y podríamos cambiar las propiedades electrofisiológicas de estas células utilizando oxitocina", concluyó el Dr. Vendruscolo, también miembro del National Institute of Drug Abuse.
Retos pendientes
En opinión del Dr. Pérez, oxitocina promete mucho, ya que actualmente se ha descubierto que está involucrada en la regulación emocional, en la regulación del dolor, y específicamente en el tema de las drogas, en la respuesta ante el estrés y a la recompensa.
Sin embargo, al momento de plantearse nuevas investigaciones es importante definir qué población se beneficiará de dicho tratamiento. "Creemos que la dependencia del alcohol que está relacionada con el aumento del sistema de estrés es la que podríamos atacar con oxitocina", señaló el Dr. Vendruscolo, quien añadió que este tratamiento no necesariamente es aplicable a otros tipos de dependencia alcohólica menos involucrados con el aumento del estrés.
"En la enfermedad hay varias poblaciones diferentes y debemos apuntar a la población correcta para ver un efecto beneficioso de oxitocina", concluyó el Dr. Vendruscolo.
Como comentario final, el Dr. Tunstall expresó su interés por tratar de comprender, en investigaciones futuras, los neurocircuitos completos involucrados en estos efectos de adicción. "Es un momento emocionante para estar en la investigación de oxitocina", finalizó el Dr. Tunstall.
Los Dres. Vendruscolo, Pérez y Tunstall han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Oxitocina demuestra ser efectiva en la disminución del consumo de alcohol - Medscape - 1 de mayo de 2019.
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