COMENTARIO

Un avance sobrio en la atención de la fibrilación auricular

Dr. John M. Mandrola

Conflictos de interés

15 de abril de 2019

La gente bebe alcohol porque sabe bien y en ocasiones produce sensaciones agradables. Destacamos "en ocasiones".

Muchos estudios vinculan el consumo de alcohol con la fibrilación auricular, que puede provocar sensaciones bastante desagradables.[1] Los médicos recomiendan a los pacientes con fibrilación auricular que disminuyan o eviten el consumo de alcohol.

Una de las críticas que se hacen a las recomendaciones sobre el estilo de vida, como la abstinencia de alcohol, es que la mayor parte de la evidencia científica disponible es observacional y, por tanto, sesgada. Los escépticos piden que les muestren un estudio comparativo aleatorizado.

El Dr. Alex Voskoboinik, Ph. D., y sus colaboradores de Melbourne, en Australia, han realizado un estudio de este tipo. Los resultados positivos del estudio sobre alcohol y fibrilación auricular presentados en el Congreso del American College of Cardiology (ACC) de 2019 lograrán dos objetivos: reforzar con evidencia científica un consejo de sentido común y crear decisiones difíciles para los pacientes y los médicos.[2]

Reclutamiento para el estudio

Los investigadores cribaron pacientes con fibrilación auricular en seis hospitales para aleatorización a abstinencia de alcohol o a continuar el consumo habitual. Obviamente, para entrar en el estudio los pacientes tenían que beber cantidades moderadas de alcohol.

El estudio tenía previsto un seguimiento de 1 año, pero lo acortó a 6 meses por "dificultades" de cumplimiento. El consumo medio de alcohol de los pacientes incluidos eran 16 bebidas a la semana. ¿Puede entender la dificultad?

El Dr. Voskoboinik explicó que los investigadores cribaron casi 700 pacientes y asignaron finalmente 70 participantes a cada grupo del estudio. Dejó claro que eran pacientes muy motivados, un punto importante para interpretar los resultados. Los pacientes incluidos son parecidos a los que acuden a una consulta de fibrilación auricular: media de edad de 61 años, puntuación CHA2DS2-VASc media de 1,5; aproximadamente dos tercios con fibrilación auricular paroxística, y un tercio con intento previo de ablación de la fibrilación auricular.

Resultados

El consumo medio de alcohol bajó bastante en el grupo de abstinencia, pero solo 43 de 70 (61%) pacientes completaron la abstinencia. La mayoría (86%) redujo el consumo más de 70%.

Aun así, el criterio principal de valoración (tiempo hasta la recidiva de la fibrilación auricular) disminuyó 37% en el grupo de abstinencia (p = 0,004). El segundo criterio principal de valoración (carga media de fibrilación auricular) también bajó de manera estadísticamente significativa y 46 pacientes en el grupo de abstinencia y 25 en el grupo de control tenían una carga de fibrilación auricular de 0% (p = 0,01).

Hubo otras consecuencias favorables: el índice de masa corporal y la presión arterial bajaron de manera estadísticamente significativa en el grupo de abstinencia. Los investigadores usaron la resonancia magnética para confirmar descensos estadísticamente significativos del área auricular izquierda e incrementos de la fracción de vaciado auricular izquierdo en el grupo de abstinencia.

Concluyeron que el consumo moderado de alcohol de más de 10 bebidas (estándar) a la semana es un factor potencialmente modificable de riesgo de fibrilación auricular. La abstinencia (o un intento adecuado para conseguirla) estaba asociada a descenso de la carga de fibrilación auricular, tasa de recidiva de la fibrilación auricular, disminución de los síntomas de fibrilación auricular y mejora de la pérdida de peso y de la presión arterial.

Comentarios

Lo que más me ha sorprendido del Dr. Voskoboinik es su humildad. En nuestra entrevista y desde el estrado, señaló repetida y claramente las limitaciones de su estudio: todavía no se ha publicado, los pacientes estaban muy seleccionados y motivados, no todos tenían grabadoras de bucle implantables y la abstinencia de alcohol se confirmó principalmente mediante autoevaluación.

Si más científicos clínicos mostraran este grado de humildad respecto a su trabajo, la ciencia tendría menos problemas de confianza.

Espero con interés el artículo completo, pero la verosimilitud y la concordancia con estudios previos indican que estos hallazgos representan un efecto realmente causal.

Los datos observacionales relacionan firmemente el consumo de alcohol, de manera dependiente de la dosis, con la fibrilación auricular.[1] El alcohol tiene efectos profibriladores autónomos, eléctricos y estructurales en la aurícula.[3,4,5] Además, el efecto observado en este estudio pudo haber sido más intenso si más participantes hubieran mantenido realmente la abstinencia.

El descenso de la presión arterial en el grupo de abstinencia coincide con una revisión sistemática reciente que mostró que disminuir el consumo de alcohol en personas que ingieren más de dos bebidas diarias estaba asociado a un descenso significativo de la presión arterial.[6] Y no es necesario insistir en que la disminución del consumo de bebidas con carbohidratos provoca pérdida de peso.

El Dr. Voskoboinik concluyó que bajar el consumo de alcohol puede considerarse parte de la intervención en el estilo de vida en bebedores moderados con fibrilación auricular.[3,4,5] Yo voy más allá.

Cuando se publique este estudio planteará un dilema ético.

Si el médico y el paciente saben que el descenso del consumo de alcohol puede corregir la fibrilación auricular, ¿no es obligatorio como primer paso antes de usar fármacos o intervenciones caras y con riesgos? Debido a las amplias desigualdades de acceso a la asistencia sanitaria, ¿qué podría decirse si realizamos ablación a los pacientes para que puedan seguir bebiendo alcohol sin presentar fibrilación auricular?

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