COMENTARIO

Implante valvular aórtico transcatéter en Latinoamérica

Dr. Edgar A. Illescas González;  Dr. Yigal Piña Reyna

Conflictos de interés

9 de abril de 2019

COLABORACIÓN EDITORIAL

Medscape &

Nota de la editora:

Como parte de los contenidos de la alianza editorial entre Medscape en Español y la Sociedad Mexicana de Cardiología (SMC), los Dres. Edgar A. Illescas González y Yigal Piña Reyna presentan un análisis del estado del implante valvular aórtico transcatéter en Latinoamérica a la luz de los últimos resultados presentados sobre este procedimiento en el Congreso del American College of Cardiology (ACC) 2019. Los doctores son cardiólogos y laboran en el Departamento de Cardiología Intervencionista en el Instituto Nacional de Cardiología "Dr. Ignacio Chávez" de la Ciudad de México.

Antecedentes

La estenosis aórtica es la valvulopatía cardiaca más frecuente en los países desarrollados. Su prevalencia aumenta progresivamente con la edad, desde 0,2% a los 50 - 59 años, hasta 9,8% a los 80 - 89 años.[1] Se estima que en 2025 hasta 1,3 millones de pacientes en Europa y aproximadamente 1 millón en Estados Unidos sufrirán estenosis aórtica sintomática grave, y que estas cifras se habrán doblado en 2050.

La implantación de la válvula aórtica transcatéter (TAVI) surge como una alternativa a la cirugía en pacientes con indicación de cambio valvular y alto riesgo quirúrgico, y su utilización se ha incrementado de forma exponencial en los últimos cinco años.[2]

La primera experiencia de implantación percutánea de prótesis valvular aórtica en humanos la realizó el Dr. Alain Cribier en Rouen, Francia, en 2002, con una válvula balón expandible (prótesis de Cribier-Edwards) que él mismo diseñó e implantó por vía anterógrada, introduciendo el dispositivo desde la vena femoral a través del septo interauricular (punción transeptal) a la aurícula izquierda, válvula mitral y anillo aórtico.[2]

Posteriormente, el Dr. John Webb describió el procedimiento por vía retrógrada, introduciendo la válvula desde la arteria femoral, que es la técnica utilizada en la actualidad.[3]

El implante valvular aórtico transcatéter ha revolucionado el tratamiento de la estenosis aórtica severa. Los avances en la tecnología han simplificado el procedimiento, reducido el riesgo de complicaciones, y mejorado los resultados a corto y largo plazos. En la actualidad las indicaciones de implante valvular aórtico transcatéter no solo incluyen pacientes con riesgo prohibitivo y anatomía compleja, sino también en riesgo intermedio y de bajo riesgo, según lo recientemente publicado en los estudios PARTNER-3 y Evolut Low Risk.[4,5]

Si bien aún existen cuestionamientos sobre la durabilidad del implante valvular aórtico transcatéter y los desenlaces en seguimientos a largo plazo, la realidad es que en muchos países del mundo el número de implantes valvulares aórticos transcatéter ha superado el de cirugías de cambio valvular aórtico en algunos grupos de pacientes.

Tal es el caso de Alemania, donde se han realizado más de 100.000 implantes desde la aprobación del dispositivo. El aumento de treinta veces en el número anual de implante valvular aórtico transcatéter ha sido impulsado principalmente por más pacientes de edad avanzada que se someten a este procedimiento. Solamente en 2017 se realizó un total de 19.752 procedimientos de implante valvular aórtico transcatéter, lo que representa un aumento de treinta veces, en comparación con 2008 (n = 637), y un aumento de casi 50% en comparación con 2014 (n = 13.246).[6]

El costo actual estimado ronda los 70.000 dólares por procedimiento de implante valvular aórtico transcatéter (incluida la hospitalización asociada).[6] No obstante, cuando se compara con la terapia médica estándar para la estenosis aórtica severa y con la cirugía de cambio valvular aórtico, el implante valvular aórtico transcatéter se asocia a reducción de costos y a mejores desenlaces clínicos en un horizonte clínico de 15 años, al menos en pacientes en riesgo quirúrgico intermedio.[7]

Punto de vista regional

Si bien en el mundo el implante valvular aórtico transcatéter es un procedimiento cada vez más frecuente, en Latinoamérica la realidad es diferente. Aun cuando existen varios centros que han iniciado programas de implante valvular aórtico transcatéter de forma exitosa, múltiples países carecen de iniciativas para realizar el procedimiento, ya sea por falta de recursos, personal técnicamente experimentado o falta de gestión logística.[8,9,10]

Las barreras para que el implante valvular aórtico transcatéter se convierta en una realidad accesible para los pacientes en Latinoamérica son múltiples, y se requerirá un trabajo extensivo para la gestión de recursos en los sistemas de salud, la capacitación de personal, la certificación de centros para el procedimiento y la absorción de los costos por parte de los sistemas de salud.

Sin embargo, ante la eficacia demostrada y creciente del implante valvular aórtico transcatéter, estos son esfuerzos indispensables para mejorar la atención cardiovascular de nuestros pacientes en Latinoamérica.

Por último, e igualmente importante que promover iniciativas para programas nacionales de colocación de implante valvular aórtico transcatéter, es la creación prospectiva de registros regionales que permitan a los grupos de cada país auditar los resultados de este procedimiento en sus poblaciones, considerando actualmente que el implante valvular aórtico transcatéter es un procedimiento factible, eficaz y seguro en todo aspecto del riesgo del paciente, sin embargo, el tema de la durabilidad es el punto álgido de esta tecnología

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