Hacia las últimas décadas, la experiencia, discusión y estudio de la sensación de agotamiento laboral o desgaste profesional, han sido el foco tanto de la investigación como de la práctica médica. En torno a este tema se han desarrollado múltiples intentos de medición, teorías, terapias y tratamientos, con el fin de entender mejor las causas y lograr que esto disminuya el impacto de la vida laboral en la vida diaria.
Las consecuencias de la actividad en la vida diaria han sido tema de teóricos y una de las grandes amenazas de la nueva época.
Byung-Chul Han a lo largo de gran parte de su trabajo describe esto como una enfermedad que caracteriza a la época, secundario a una violencia neuronal. Cada época tiene su enfermedad; las previas fueron virales o infecciosas, y esta época de enfermedad neuronal se caracteriza por la llegada del estrés, el desgaste ocupacional y la depresión, que más que tener un origen exógeno, vienen de la decisión del individuo por el exceso de positividad que conduce al colapso.
Estas líneas de estudio han centrado su objetivo en la atención humana y particularmente en la atención de la salud. Las áreas dedicadas a la atención de la salud mental son de singular relevancia, pero en gran parte es debido a la conciencia de estos trastornos, a diferencia de muchas otras especialidades.
Quisiera comentar algunos de los puntos más importantes de la encuesta realizada por Medscape sobre desgaste profesional.
Calidad de vida y desgaste profesional en México
Se realizó una encuesta en medios electrónicos a médicos de diferentes especialidades, en donde 34% de los respondedores estaba constituido por médicos generales; 80% de la muestra total trabaja más de 40 horas por semana, y en suma, 52% del total ha manifestado síntomas de desgaste ocupacional, depresión, o ambos. Sin embargo, al hablar de depresión refieren que esta no fue clínica en 74% del total, contra 20% con depresión.
Estas cifras, partiendo de su disparidad, alertan sobre la inminencia de un posible aumento de los médicos diagnosticados con depresión clínica que actualmente presentan síntomas depresivos transitorios y se encuentran con síntomas de desgaste. Dentro de los factores usuales relacionados a estos, los principales fueron los secundarios a sus actividades ocupacionales, seguidos de las finanzas y las relaciones románticas, que característicamente se asocian más a los trastornos adaptativos.
En cuanto al impacto de estos síntomas dentro de la atención de la salud, 40% de médicos refiere que no impacta en su interacción con los pacientes, lo que deja 60% que percibe algún cambio: 37% se considera menos cuidadoso en sus labores administrativas, destacando menor motivación y cuidado en notas e historiales; 31% se observa menos amigable, sin embargo, otras actitudes percibidas, como sentirse fácilmente exasperados o menos comprometidos en su relación con el paciente, cometer errores que en otras ocasiones no ocurrirían, son en gran parte síntomas que impactan directamente en la atención y la percepción del paciente de la misma.
Por otro lado, el impacto en la convivencia dentro del ámbito laboral se ha observado con actitudes tales como dificultad para mantener un ambiente amigable, retardos, menor compromiso, o fácil exasperación. Cabe notar que una gran cantidad de personas en general no identifica estos como producto del desgaste profesional o como producto de alguna alteración en su salud mental.
Ochenta y uno por ciento de los respondedores identifica el síndrome de desgaste como un precursor o un factor de depresión. Más de la mitad refiere que estos síntomas los experimenta por periodos menores a 6 meses, sin embargo, 22% lo ha percibido por más de dos años; 14% lo percibe siempre, y 8% ha pensado en dejar la medicina.
Tanto la carga burocrática como el salario o compensación por los servicios médicos son los factores principales relacionados al síndrome de desgaste. Aun cuando gran parte relaciona la carga burocrática, refiere que sus síntomas se aliviarían con mejores salarios.
Cincuenta por ciento no ha solicitado ninguna ayuda; 54% por considerar que los síntomas no son suficientemente graves o está muy ocupado para hacerlo (33%), o porque pueden enfrentarlos sin ayuda (32%). Llama la atención que 7% no confía en los profesionales de la salud mental, sin embargo, quienes solicitan ayuda lo hacen tanto con un psicólogo como con un psiquiatra, pero más de 80% no tiene ningún servicio dedicado a reducir el estrés o el síndrome de desgaste, y más de 50% estaría dispuesto a usarlo.
Es muy frecuente que las instituciones no ofrezcan servicios u oportunidades para reducir el estrés, y que la carga de trabajo usualmente aumente y los trámites burocráticos también, no obstante, muchos profesionales han decidido tomar nuevos caminos dentro de la medicina, con el fin de disminuir el nivel de estrés que manejan, tanto cambiar su tipo de práctica como buscar otros trabajos, hasta 16% que consideró abandonar la medicina, y 15% que pensó en retirarse en forma temprana.
Algunos médicos realizan acciones como respuesta al síndrome de desgaste, tales como dormir, hacer ejercicio o escuchar música, que aunque no solucionan el estrés, tampoco lo empeoran; en contraste, otra parte importante ingiere comida chatarra, come impulsivamente, fuma o bebe, y aproximadamente 40% no toma acciones para disminuir el estrés laboral o aliviar los síntomas del síndrome de desgaste.
En una contradicción parcial, más de 58% refiere estar “muy feliz” o “extremadamente feliz” con su práctica médica, y 49% con su vida laboral. El contraste con la frecuencia de síntomas depresivos y depresión es marcadamente controversial.
Aun cuando solo 14% refiere fumar y 3% usar marihuana en forma recreacional, 96% consume alcohol, aunque de estos, 34% ingiere al menos 5 bebidas alcohólicas en una semana, sin especificar el tipo de alcohol.
Llama la atención que de toda la muestra, 76% no efectúa labores de cuidador como efecto adicional de estrés, y 64% de los respondedores no tiene niños en casa, aun cuando 52% es casado; 13% vive con su pareja, y 39% está en convivencia de pareja con otro médico.
Setenta por ciento no se considera extrovertido, pero más de 75% tiene al menos 7 amigos dentro de su núcleo cercano; 56% tiene creencias espirituales o religiosas. Un notable 23% decidió no responder. De los creyentes, 74% considera que sus creencias les ayudan a sobrellevar el estrés.
En la muestra, 69% indicó que toma vacaciones entre 1 y 4 semanas al año.
Más de la mitad la integran menores de 45 años, lo que significa que tendrán que enfrentarse por más de 10 años a continuar laborando, y en gran parte han dado manifestaciones como las antes mencionadas. El pronóstico hasta el momento y por los resultados mostrados, no es tan alentador como la percepción de su vida laboral y médica aparenta.
Punto de vista
Los síntomas depresivos son llamadas de alerta, y la acumulación a lo largo de la vida va incrementando el riesgo de la aparición de diversas enfermedades mentales. La carga de trabajo no es esperanzadora para los médicos mexicanos, y aun cuando pudieran ser mejor remunerados, la frecuencia de factores de riesgo para el desarrollo de síndrome de desgaste, depresión y otras enfermedades mentales no relacionadas a las adicciones está en aumento con los años.
Bajo estos resultados, considero importante señalar lo siguiente, más para los médicos que para las instituciones:
La prevención del síndrome de desgaste no es una obligación solamente de las instituciones, es una decisión personal.
El síndrome de burnout o desgaste profesional, no solo es un problema de salud pública, es un riesgo de complicaciones médicas, y favorece los diagnósticos no oportunos, el deterioro de la relación médico-paciente y la relación laboral, así como los tratamientos correctos.
Es necesario hablar sobre salud mental. Identificar los síntomas de ansiedad o el incremento de factores de riesgo es motivo suficiente para realizar intervenciones tempranas.
El objetivo es igualmente modificar la percepción de la enfermedad mental dentro de los médicos, ya que los síntomas de ansiedad, la falta de sueño, el consumo de sustancias y la automedicación, son prácticas o condiciones frecuentes en el médico promedio.
Evaluar continuamente el estrés personal. Es necesario hacer del conocimiento las conductas asociadas al incremento del estrés para poder realizar intervenciones tempranas o tomar las decisiones correctas.
Fomentar el cuidado a la salud en forma integral. Tanto la nutrición correcta como el deporte son factores protectores para el desarrollo de síntomas de ansiedad, depresión o síndrome de desgaste.
Desarrollar programas institucionales, o en su caso, utilizarlos. De existir y no ser utilizados, evaluarlos.
El síndrome de desgaste profesional o burnout, no es aceptar que no puedes, es una respuesta natural al estrés acumulado que no solo tiene consecuencias para la población médica, sino para todos los que de esta dependen, tanto quienes se mueven en el ambiente laboral, como los usuarios de servicios de salud.
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Citar este artículo: Burnout o síndrome de desgaste profesional en médicos - Medscape - 19 de abr de 2019.
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