NUEVA ORLEANS, USA. La baja ingesta de carbohidratos al parecer predice el riesgo de fibrilación auricular futura, independientemente de factores de riesgo de fibrilación auricular tradicionales y otros factores relacionados con la dieta, señala un nuevo análisis del estudio ARIC.[1]

Dr. Xiaodong Zhuang
"Nuestro estudio mostró que las dietas bajas en carbohidratos conllevan un aumento en el riesgo de nueva fibrilación auricular en un estudio prospectivo grande, lo que indica que esta forma popular de controlar el peso consistente en restringir la ingesta de carbohidratos debería recomendarse con cautela", comentó a Medscape el autor principal, Dr. Xiaodong Zhuang, Ph. D., cardiólogo del Primer Hospital Afiliado de la Sun Yat-sen University, en Guangzhou, China.
El debate en torno al hecho de que las dietas bajas en carbohidratos (como las dietas cetogénica, paleo y Atkins) son útiles o dañinas, es detonado en parte por investigación que vincula las dietas altas y bajas en carbohidratos con aumento de la mortalidad por todas las causas. No obstante, la mayoría de los estudios no toma en cuenta que los alimentos derivados de animales o vegetales remplazaron los carbohidratos, y en ninguno se analizó específicamente el riesgo de fibrilación auricular.
Sin embargo, en el presente estudio "las dietas bajas en carbohidratos se asociaron a un aumento en el riesgo de nueva fibrilación auricular, independientemente del tipo de proteína o lípido que se utilizara para remplazar los carbohidratos", observó el Dr. Zhuang.
Los hallazgos fueron publicados en Journal of the American College of Cardiology por anticipado a la presentación en el Congreso del American College of Cardiology (ACC) de 2019 de esta semana.
En el análisis se utilizaron datos de 13.385 participantes en el estudio ARIC considerados libres de fibrilación auricular al inicio, que llenaron cuestionarios sobre su ingesta diaria de 66 diferentes productos alimenticios. El cuestionario se utilizó junto con la Harvard Nutrient Database para estimar la ingesta diaria de carbohidratos y la proporción de calorías diarias derivadas de los mismos.
A los participantes (45% hombres; 74,7% de raza caucásica) se les colocó inicialmente en tres grupos con base en la ingesta de carbohidratos como un porcentaje de las calorías diarias: menos de 44,8% (bajo); 44,8% a 52,4% (moderado), y más de 52,4% (alto).
Al inicio, 34,1% de participantes tenía hipertensión; 4,7% antecedente de accidente cerebrovascular; 4,8% arteriopatía coronaria y 4,5% insuficiencia cardiaca. La edad promedio era de 54,2 años y 26,8% tenía obesidad (índice de masa corporal: ≥ 30 kg/m2).
Durante una media de seguimiento de 22,4 años, participantes con una ingesta baja en carbohidratos tuvieron 18% más probabilidades de desarrollar fibrilación auricular que aquellos con una ingesta moderada (hazard ratio [HR]: 0,82; IC 95%: 0,73 - 0,93), y 16% más probabilidades de presentarla, que aquellos con alta ingesta de carbohidratos (HR: 0,84; IC 95%: 0,71 - 0,99) después del ajuste multivariable, de acuerdo con los resultados comunicados en Journal of the American College of Cardiology.
Sin embargo, para la presentación de carteles en el Congreso del American College of Cardiology (ACC) de 2019, el equipo clasificó a los participantes en cuartiles de ingesta de carbohidratos (42,70% o menos de calorías diarias; 42,71% a 48,55%; 48,56% a 54,74%, y por lo menos 54,75%) y analizaron 1.808 casos de fibrilación auricular durante el seguimiento.
El riesgo ajustado para nueva fibrilación auricular fue 18% más alto con un incremento de 1 desviación estándar (9,4%) en la ingesta de carbohidratos como un porcentaje de la ingesta de energía (HR: 0,82; IC 95%: 0,72 - 0,94).
Los participantes con más baja ingesta de carbohidratos tuvieron 21% más probabilidades de desarrollar fibrilación auricular que los del segundo cuartil (HR: 0,79; IC 95%: 0,68 - 0,92), 23% más probabilidades de hacerlo que los del tercer cuartil (HR: 0,77; IC 95%: 0,64 - 0,93), y 36% más probabilidades de desarrollar fibrilación auricular que los del cuartil más alto (HR: 0,64; IC 95%: 0,49 - 0,84).
La regresión con spline cúbico en modalidad restringida también mostró una tendencia similar para el riesgo de fibrilación auricular en participantes con ingesta de carbohidrato inferior a 62% de la energía total diaria.
Por último, se crearon puntuaciones de dieta baja en carbohidratos derivados de animales y de vegetales para explorar los efectos de fuentes alimentarias específicas utilizadas para remplazar los carbohidratos.
"Utilizamos el modelo de regresión de riesgos instantáneos de Cox para determinar la relación de la fibrilación auricular nueva con las puntuaciones de bajos carbohidratos derivados de animales o de vegetales y no encontramos alguna relación significativa", señaló el Dr. Zhuang.
Los modelos de regresión de Cox se ajustaron con respecto a edad, género, raza, ingesta total de energía, ingesta total de lípidos, ingesta de lípidos animales, ingesta total de proteína, ingesta de proteína animal, ingesta de fibra dietética, índice glucémico, índice de masa corporal de carga glucémica, área de superficie corporal, tabaquismo, consumo de alcohol, nivel educativo, deportes, actividad física, colesterol total, colesterol de lipoproteínas de alta densidad, colesterol de lipoproteínas de baja densidad, triglicéridos, creatinina, ácido úrico y la presentación de hipertensión, accidente cerebrovascular, diabetes, arteriopatía coronaria o insuficiencia cardiaca, señaló.
"No me sorprende que haya más fibrilación auricular con una dieta más baja en carbohidratos", expresó a Medscape el Dr. Andrew Freeman, de National Jewish Health, en Denver, Estados Unidos, quien es copresidente del ACC Nutrition and Lifestyle Workgroup. "Creo que probablemente hay una ꞌzona habitabilidadꞌ en la que probablemente es correcto no demasiado carbohidrato y no muy poco. De cualquier manera, la evidencia contundente apunta hacia una dieta de alimento integral, mínimamente procesado, rico en vegetales".
Aunque la fibrilación auricular podría ser uno de los costos asociados a la moda de bajo carbohidrato, el Dr. Freeman hizo hincapié en que los resultados no demuestran causalidad. Los datos pueden ajustarse para factores de confusión, pero "siempre hay cierto grado de incertidumbre en estudios que se basan en cuestionarios de dietas".
El Dr. Zhuang dijo que la medición amplia y rigurosa de covariables en ARIC permitía un ajuste estadístico exhaustivo, pero estuvo de acuerdo en que es inevitable cierto grado de error de medición para la evaluación de la dieta. Asimismo, las dietas pudieron haberse modificado durante el seguimiento de más de 20 años; no se pudo determinar el tipo de fibrilación auricular, y dado que casi todos los episodios de fibrilación auricular se identificaron a través de códigos de alta hospitalaria, los investigadores no pudieron identificar a individuos con fibrilación auricular sintomática o a los tratados en el contexto ambulatorio.
"Llevamos a cabo un análisis de sensibilidad variable en el tiempo, que abarcó 6 años para minimizar el sesgo en la medida de lo posible, y el resultado fue similar, aunque el cambio después de 6 años no se pudo evaluar a causa de los datos no disponibles en el estudio ARIC", destacó el Dr. Zhuang.
Los investigadores señalan que las personas que siguen dietas bajas en carbohidratos pueden tener más inflamación porque tienden a comer menos vegetales, frutas y granos, los cuales reducen la inflamación. Otra posible explicación es que consumir más proteína y lípidos en vez de alimentos ricos en carbohidratos podría dar lugar a lesión oxidativa.
La inflamación y la lesión oxidativa están implicadas como mediadores centrales de fibrilación auricular en varias clases de evidencia. El efecto observado podría estar relacionado con un incremento en el riesgo de otras formas de enfermedad cardiovascular.
"Se necesitan más estudios aleatorizados controlados, con control riguroso de los tipos de alimento y fuentes de energía alternativas para confirmar esta hipótesis, aunque es difícil por la larga duración del estudio que se requiere", concluyó el Dr. Zhuang.
El estudio ARIC fue financiado por el National Institutes of Health/National Heart, Lung and Blood Institute. Los investigadores colaboradores recibieron apoyo de National Natural Science Foundation of China y Natural Science Foundation of Guangdong Province.
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Citar este artículo: Una dieta baja en carbohidratos puede incrementar el riesgo de fibrilación auricular - Medscape - 15 de marzo de 2019.
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