Más evidencia vincula bebidas dietéticas a más riesgo de accidente cerebrovascular

Damian McNamara

Conflictos de interés

6 de marzo de 2019

Consumir bebidas con edulcorante artificial se vinculó a un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico, cardiopatía isquémica y mortalidad por todas las causas en mujeres, muestra nueva investigación.[1]

Entre casi 82.000 participantes en el Women's Health Initiative Observational Study, el riesgo de accidente cerebrovascular mortal y no mortal fue 23% más alto entre las mujeres que autonotificaron ingerir más bebidas dietéticas (dos o más por día), en comparación con quienes consumían menos. Este último grupo consumía ninguna, o menos de una, de estas bebidas por semana.

Los resultados respaldan asociaciones similares de otros estudios recientes y añaden un nuevo hallazgo: el grupo con más alto consumo tuvo un incremento de 81% en el riesgo de obliteración de arterias pequeñas.

"Este es el hallazgo más importante, que el riesgo aumentó en estas obliteraciones de arterias pequeñas", comentó a Medscape Noticias Médicas la investigadora principal, Yasmin Mossavar-Rahmani, Ph. D., profesora asociada en la Division of Health Promotion and Nutrition Research, del Department of Epidemiology and Population Health, en el Albert Einstein College of Medicine, en Nueva York, Estados Unidos.

Los hallazgos fueron publicados el 14 de febrero en la versión electrónica de Stroke.

Datos incongruentes

Como se reportó previamente en Medscape Noticias Médicas, un estudio realizado en 2017 en casi 4.400 participantes de la cohorte de la descendencia del Framingham Heart Study demostró una relación entre la alta ingesta de bebidas con edulcorantes artificiales y riesgos de demencia y eventos cardiovasculares, inclusive accidente cerebrovascular.

"Esto realmente despertó mi interés en realizar este estudio", comentó Mossavar-Rahmani. "Así que decidimos analizar el vínculo entre el consumo de bebidas con edulcorantes artificiales y el riesgo de accidente cerebrovascular, enfermedad cardiovascular y mortalidad por todas las causas".

Un estudio previo de participantes en Women’s Health Initiative mostró un aumento de 30% en eventos cardiovasculares combinados y mortalidad por todas las causas asociado a ingerir dos o más raciones de bebidas con edulcorantes artificiales por día.[2]

Sin embargo, datos relacionados con el consumo de bebidas artificialmente endulzadas y eventos de enfermedad cardiovascular provenientes de otros estudios no son congruentes, señalaron los actuales investigadores.

Mossavar-Rahmani y sus colaboradores analizaron datos de 81.714 participantes que entraron en el Women’s Health Initiative Observational Study (Estudio Observacional de Iniciativa de Salud de Mujeres) de 1993 a 1998, cuando tenían entre 50 y 79 años de edad.

Tres años después de su consulta clínica inicial, las participantes se sometieron a exploración física en la cual se les realizaron análisis sanguíneos.

También llenaron cuestionarios en los que se les preguntaba acerca de su consumo de bebidas con edulcorantes artificiales durante los tres meses previos. Los ejemplos incluyeron Diet Coke y bebidas de frutas de dieta en latas de 330 ml.

Consumidores frecuentes frente a infrecuentes

Los investigadores clasificaron los niveles de consumo en nueve categorías, fluctuando la frecuencia desde nunca hasta seis veces al día. También evaluaron cualquier efecto de raza o grupo étnico o índice de masa corporal sobre las interrelaciones en el estudio.

Los investigadores también evaluaron el consumo de bebidas endulzadas con azúcar y el consumo de otros nutrimentos con base en las respuestas al Cuestionario de Frecuencia de Alimentos de la Women’s Health Initiative.

La mayoría de las participantes (79%) que consumían dos o más bebidas con edulcorantes artificiales por día nunca o raras veces bebía refresco regular, indicando que eran pocas mujeres las que consumían regularmente los dos tipos de bebida.

En los análisis de regresión de Cox se efectuó el control con respecto a múltiples covariables tales como edad, raza/grupo étnico, escolaridad, antecedente de diabetes mellitus, antecedente de enfermedad cardiovascular, hipertensión, tabaquismo, actividad física y una variable de calidad de dieta.

La mayoría de participantes (64%) era consumidora infrecuente, lo que se definió como nunca ingerir una bebida con edulcorante artificial o beber menos de una por semana. En cambio, solo 5% consumía dos o más de estas bebidas dietéticas por día.

Las participantes que consumían un alto nivel de bebidas con edulcorantes artificiales eran más jóvenes y tenían un mayor nivel de escolaridad, e informaron mayores ingresos, en comparación con el grupo con el consumo más bajo. Además, realizaban grados más bajos de ejercicio, tenían más probabilidades de presentar sobrepeso u obesidad, tenían una calidad de dieta más baja y más probabilidades de tener un antecedente de accidente cerebrovascular.

La media de seguimiento para el estudio fue de casi 12 años.

¿Menos calorías, más riesgo?

En comparación con el nivel más bajo de consumo, ingerir dos o más bebidas con edulcorante artificial por día se asoció a más riesgo general de accidente cerebrovascular mortal y no mortal (hazard ratio [HR]: 1,23; intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 1,02 - 1,47).

El riesgo de accidente cerebrovascular isquémico fue 31% más alto para estas participantes (HR: 1,31; IC 95%: 1,06 - 1,63). Además, estas mujeres tuvieron un riesgo 29% mayor de cardiopatía isquémica (HR: 1,29; IC 95%: 1,11 - 1,51), y un riesgo 16% mayor de mortalidad por todas las causas (HR: 1,16; IC 95%: 1,07 - 1,26).

Entre toda la cohorte ocurrieron 2.838 accidentes cerebrovasculares mortales y no mortales; 2.227 accidentes cerebrovasculares isquémicos; 422 accidentes cerebrovasculares hemorrágicos; 3.618 eventos de cardiopatía coronaria, y 15.005 muertes durante el seguimiento después del tercer año.

La incidencia de accidente cerebrovascular hemorrágico no varió significativamente entre los niveles de consumo de bebidas dietéticas.

"Es notable el hallazgo de que en las mujeres con un índice de masa corporal ≥ 30, el alto consumo de bebidas sin calorías se asoció a incremento en el riesgo de todas las variables, excepto por accidente cerebrovascular hemorrágico en mujeres", escribieron los investigadores en su artículo.

El consumo de dos o más bebidas con edulcorantes artificiales al día se vinculó a mayores probabilidades de obliteración de arterias pequeñas, en comparación con el consumo más bajo (HR: 1,81; IC 95%: 1,18 - 2,80) en análisis ajustados para otras covariables.

El riesgo de obliteración de arterias pequeñas fue incluso mayor para altas consumidoras en los análisis de sensibilidad que excluyeron a participantes con diabetes mellitus o enfermedad cardiovascular (HR: 2,44; IC 95%: 1,47 - 4,04).

La hipertensión no pareció modificar el riesgo de obliteración de arterias pequeñas. Entre las altas consumidoras con hipertensión, el hazard ratio fue de 2,38 (IC 95%: 1,25 - 4,55; p = 0,009). Para aquellas sin hipertensión, el hazard ratio fue similar: 2,45 (IC 95%: 1,09 - 5,50; p = 0,030).

"Por tanto, no es probable que el aumento del riesgo de accidente cerebrovascular, y sobre todo, obliteración de arterias pequeñas, sea mediado por diabetes mellitus o hipertensión", señalaron los investigadores.

Medidas y características demográficas

Resulta interesante que en el estudio no hubo interacción significativa con la edad. Sin embargo, los investigadores informan algunas asociaciones que variaron con índice de masa corporal y raza/grupo étnico.

El alto consumo de bebidas con edulcorantes artificiales se vinculó significativamente a un aumento en el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico solo entre mujeres con un índice de masa corporal de 30 kg/m2 o más (HR: 2,03; IC 95%: 1,38 - 2,98).

El alto consumo también se relacionó con un aumento de la mortalidad por todas las causas, pero únicamente en participantes con un índice de masa corporal de menos de 30 Kg/m2.

Por lo que respecta a un aumento en el riesgo, "hay algo aquí para todos, lamentablemente", señaló Mossavar-Rahmani.

Los investigadores también encontraron que las mujeres de raza negra que consumían más bebidas con edulcorantes artificiales tenían mayor riesgo de accidente cerebrovascular isquémico que las mujeres de otras razas o grupos étnicos (HR: 3,93; IC 95%: 1,87 - 8,26).

También hubo una interacción significativa entre raza negra y todos los tipos de accidente cerebrovascular (es decir, accidente cerebrovascular mortal o no mortal) (p = 0,0006), y accidente cerebrovascular isquémico (p = 0,002).

"Así que la interrogante es por qué los estadounidenses de origen africano tuvieron mayor riesgo", destacó Mossavar-Rahmani.

El accidente cerebrovascular isquémico tiende a ocurrir antes en estadounidenses de origen africano, y estos tienen el doble de riesgo de morir por accidente cerebrovascular que aquellos de origen caucásico, añadió.

También tienden a presentar más diabetes, hipertensión arterial y tabaquismo (aspectos con respecto a los cuales efectuamos control), pero pudiera haber factores genéticos desconocidos que también intervengan en esto", añadió.

Es conveniente comentarlo con los pacientes

Aunque los médicos a menudo tienen presiones de tiempo para abordar todos los mensajes de salud y bienestar durante una consulta clínica, Mossavar-Rahmani señaló que sería conveniente comentar con los pacientes sobre el consumo de bebidas hipocalóricas.

"Hace sentido tener una conversación con los pacientes y ver qué más pueden hacer para lograr hábitos de consumo de bebidas más saludables", agregó. "Los médicos deberían leer estos hallazgos y los previos, y decidirse" respecto a compartir los resultados con pacientes.

"En todo caso, parece adecuado tener la charla y no presuponer que los altos niveles son inocuos", añadió.

Es necesaria investigación futura para evaluar por qué todos los accidentes cerebrovasculares (es decir, accidente cerebrovascular mortal y no mortal) y accidente cerebrovascular isquémico entre altas consumidoras de bebidas de dieta se relacionaron significativamente con la raza negra, por contraposición con otras razas.

Otra pregunta sin respuesta es por qué mujeres posmenopáusicas caucásicas que consumían mayores cantidades de tales bebidas tuvieron más riesgo de cardiopatía coronaria, en comparación con mujeres de raza negra.

El estudio fue observacional, una limitación potencial que pudo introducir factores de confusión residuales. Además, la variable de calidad de la dieta (Índice de Alimentación Saludable - 2005) y los grados de actividad física autonotificados pueden no haber medido con precisión la calidad de la dieta o la actividad física.

Las fortalezas de la investigación son la información sobre accidente cerebrovascular y subtipos de accidente cerebrovascular, el gran tamaño de la población y el compromiso de las mujeres que participaron en el estudio.

Recientemente, Mossavar-Rahmani comenzó un estudio clínico aleatorizado para evaluar la dieta y el deterioro cognitivo. El objetivo es evaluar si el consumo de una dieta multicultural saludable rica en frutas y verduras puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo y, finalmente, el riesgo de enfermedad de Alzheimer en una población multicultural de 40 a 65 años de edad.

"Todavía no se ha determinado"

Como comentario sobre los hallazgos para Medscape Noticias Médicas, el Dr. Vincent Thijs, Ph. D., director de accidente cerebrovascular en Austin Health y jefe asociado de Stroke Theme at the Florey Institute of Neuroscience and Mental Health, en Victoria, Australia, señaló que este extenso estudio observacional fue "interesante" y bien ejecutado.

"Se suma a una literatura creciente de estudios que informan sobre una relación de la bebida de dieta con incremento en el riesgo de accidente cerebrovascular, infarto de miocardio y muerte", dijo. Sin embargo, "¿los hallazgos son verdaderos y convincentes? Creo que esto todavía no se ha determinado".

Se necesita más investigación sobre los mecanismos inherentes a estas asociaciones y un efecto de dosis-respuesta más preciso.

"Todavía no tenemos la certeza de que el efecto esté directamente relacionado con el consumo de bebidas de dieta", señaló el Dr. Thijs.

Una posibilidad es que las mujeres que comienzan a consumir refrescos de dieta y bebidas de fruta de dieta a menudo lo hacen por problemas de salud, tal vez por consejo de sus médicos o familiares, o por sus propias percepciones en relación con la salud o la enfermedad, indicó.

El Dr. Thijs añadió que el presente estudio no puede descartar del todo esta explicación alternativa.

¿Contribución importante?

"La evidencia relacionada con los efectos negativos de los edulcorantes hipocalóricos no nutricios sobre la salud es relativamente no concluyente, pero está creciendo", escribieron en un editorial adjunto Hannah Gardener, doctora en ciencias, del Department of Neurology, en la Miller School of Medicine de la University of Miami en Florida, y la Dra. Mitchell S. V. Elkind, del Department of Neurology, en la Vagelos College of Physicians and Surgeons, de la Columbia University, en Nueva York, ambas en Estados Unidos.[3]

El presente estudio "es una contribución importante a esta literatura epidemiológica sobre la relación de las bebidas con edulcorantes artificiales y accidente cerebrovascular, cardiopatía isquémica y mortalidad", comentaron.

El consumo frecuente de bebidas con edulcorantes artificiales a mediana edad y a edad avanzada ahora se ha relacionado con un aumento en el riesgo de eventos vasculares en múltiples estudios observacionales, señalaron Gardener y la Dra. Elkind. "Sin embargo, lo que aún no se ha aclarado es la naturaleza causal de estas asociaciones".

"Tal vez más interesantes fueron los análisis estratificados según categoría de índice de masa corporal", agregaron.

"El consumo intenso de bebidas con edulcorantes artificiales se asoció a un aumento en la incidencia de accidente cerebrovascular solo entre mujeres con obesidad, sin que hubiera una relación evidente entre las personas con un índice de masa corporal normal o sobrepeso".

"En cambio, la mortalidad por todas las causas se incrementó entre las consumidoras frecuentes de bebidas con edulcorantes artificiales que tenían peso normal o sobrepeso, pero no definitivamente entre las que tenían obesidad", destacaron las editorialistas.

"Deberíamos resaltar el agua como el sustituto más saludable a las bebidas endulzadas con azúcar" hasta que más evidencia aclare quién, si así fuera, se beneficia del consumo de bebidas con edulcorantes artificiales, señalaron Gardener y la Dra. Elkin.

Si estas bebidas de dieta se utilizan para reducir gradualmente las bebidas endulzadas con azúcar en las personas, "esto debería verse como una medida intermedia de tiempo limitado en la transición al agua y a otras bebidas más saludables", finalizaron.

El estudio Women's Health Initiative fue financiado por el National Heart, Lung and Blood Institute, el National Institutes of Health, y por el US Department of Health and Human Services. El editorial fue financiado por el National Institute of Neurological Disorders and Stroke. Mossavar-Rahmani, La Dra. Thijs y los editorialistas han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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