La ansiedad clínicamente significativa triplica el riesgo de demencia en los mayores de 55 años

Dr. Javier Cotelo

13 de febrero de 2019

MADRID, ESP. La ansiedad clínicamente significativa es un factor de riesgo independiente que triplica el riesgo de desarrollar demencia en la población general mayor de 55 años, incluso cuando se controlan factores potenciales de confusión como la depresión y la mortalidad, según se desprende de un estudio español.[1]

El trabajo se realizó por investigadores de la Universidad de Zaragoza, en Zaragoza, España y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) con datos del estudio de Zaragoza, demencia y depresión (ZARADEMP), un estudio longitudinal comunitario basado en 5 olas.

Los resultados fueron publicados en el número de enero de Acta Psychiatrica Scandinavica.

Estudio por olas

El estudio presenta datos de 3 olas, incluyendo la inicial (ola I: a partir de 1994) y dos posteriores de seguimiento (ola II: a partir de 1997; y ola III: a partir de 1999). Un total de 4.803 individuos de edad igual o mayor a 55 años fueron entrevistados inicialmente en la primera ola, aunque finalmente se estudió y siguió a 4.057 individuos en otras dos olas durante 4 años y medio.

El procedimiento de selección se realizó a través de profesionales bien instruidos que realizaron entrevistas clínicas semiestructuradas en el lugar de residencia con una duración de 25 a 90 minutos, incorporando versiones validadas en español de cuestionarios internacionales incluyendo, el Mini-Examen de Estado Mental (MMSE), el cuestionario de Estado Mental Geriátrico (GMS) y otras dos escalas que evaluaron las actividades básicas de la vida diaria (índice de Katz; escala de Lawton y Brody).

En una segunda fase los psiquiatras supervisores reasignaron a los participantes considerados como probables casos psiquiátricos o casos de escasa fiabilidad.

La incidencia de demencia se diagnosticó, con las herramientas señaladas, inicialmente por el psiquiatra investigador que la evaluó, pero luego el diagnóstico final precisó el consenso de por lo menos tres psiquiatras sobre un panel de cuatro.

Clasificación de los casos de ansiedad

En cuanto a la ansiedad se empleó el método AGECAT válido para su empleo en la comunidad y se clasificó a los participantes en: casos (ansiedad clínicamente significativa), subcasos (ansiedad leve) y no casos (sin ansiedad).

Entre la línea basal de la ola I y la ola III, falleció 17,9% de los individuos y 20,9% se perdió durante el seguimiento, dejando un total de 2.479 casos para el seguimiento de la ola III. En el punto de partida, 91 participantes (2,2%) recibieron un diagnosticados de ansiedad y 1.645 (40,5%) se catalogaron como subcasos.

Las principales características del grupo con ansiedad, comparadas con los no casos y los subcasos, fueron las siguientes: se constituyó en su mayor parte por mujeres con un bajo nivel de estudios y que vivían solas, tenían un peor estado cognitivo y más diagnósticos de depresión con discapacidades funcionales y una mayor frecuencia de diabetes y enfermedades vasculares.

Tanto la incidencia como la tasa de incidencia de demencia fue mayor entre los subcasos y todavía más alta entre los casos de ansiedad, comparado con los no casos, siendo el cociente de tasas de incidencia de 2,77 (p = 0,010). Esto es que las tasas de incidencia halladas fueron de 20,20 en los casos de ansiedad clínicamente significativa, frente a 7,28 en los individuos libres de ansiedad, lo que significa una tasa casi tres veces mayor.

El análisis de datos univariable reveló una asociación estadísticamente significativa entre la ansiedad en el punto de partida y el riesgo de demencia, esta asociación se mantuvo en el modelo totalmente ajustado que incluyó todos los factores de potencial confusión (tasa de riesgo de subdistribución: 2,7; p = 0,019).

Confirmando la hipótesis

Dr. Antonio Lobo

Los doctores Antonio Lobo y Javier Santabárbara, dos de los autores del estudio e investigadores del CIBER de Salud Mental, en Madrid, y el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón, en Zaragoza, comentaron a Medscape en Español: "Hemos encontrado lo que habíamos considerado en nuestra hipótesis: la ansiedad clínicamente significativa incrementa el riesgo de demencias (trastorno neurocognitivo mayor según la nueva denominación de la quinta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales). Nosotros defendemos, que la ansiedad es un factor de riesgo para la demencia en las personas mayores, en un terreno controvertido, y tenemos buenas razones para ello, como se comenta en el estudio".

En cuanto a los mecanismos de acción implicados que llevan a la demencia, el Dr. Lobo indicó: "Tenemos la neuroinflamación por un lado, la promoción de la neuroplasticidad negativa, con detrimento de la ‘reserva cognitiva’ por otro y también la inducción de envejecimiento acelerado a través de múltiples procesos biológicos".

Dr. Javier Santabárbara

Respecto a dar continuidad a este trabajo, el Dr. Santabárbara señaló que "persiste el estudio de la cohorte ZARADEMP, que desde hace más de dos décadas investiga la salud de cerca de 5.000 mayores de 55 años, en una muestra representativa de la población general de Zaragoza, estudia estas enfermedades, que incluyen la más frecuente de ellas, la enfermedad de Alzheimer, y las demencias vasculares representan actualmente una de las prioridades en la investigación médica internacional, por su frecuencia en los mayores, la discapacidad y dependencia que causan en las personas y la grave carga que pueden suponer para las familias y la sociedad en general".

Además, continuó el experto, "se estudia la depresión; morbilidad somática, psíquica, la multimorbilidad y en la actualidad y directamente relacionado con este estudio, estamos investigando si hay alguna diferencia en cuanto al tipo concreto de demencia que causa la ansiedad".

Pródromos frente a factores de riesgo

Dr. Pascual Sánchez Juan

El Dr. Pascual Sánchez Juan, neurólogo ajeno al estudio y vocal del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología (SEN), comentó para Medscape en Español: "El estudio es interesante e incluye una muestra poblacional amplia; sin embargo, en general este tipo de diseños presentan limitaciones para el análisis de factores de riesgo de demencias".

Algunas de las limitaciones incluyen el diagnóstico de la enfermedad a partir de la metodología, "ya que si no se usan test muy sensibles se corre el riesgo de clasificar como sanos a individuos en fase iniciales. Además, dado el largo periodo preclínico de las demencias, hasta 20 años según estudios en casos genéticos, es especialmente difícil diferenciar entre pródromos y factores de riesgo. Por tanto las inferencias causales deben de tomarse con mucha cautela".

El experto sugiere que un diseño alternativo "puede ayudar a aclarar estas cuestiones, son las cohortes poblacionales prospectivas que incorporan biomarcadores de demencia, ya que permiten categorizar de forma mucho más precoz y precisa a los individuos con patología".

"Las demencias son el principal reto sanitario al que se enfrentan nuestras sociedades y, debido al aumento progresivo de la esperanza de vida, se espera que en el año 2050 la cifra alcance los 131 millones de afectados. Hasta la fecha, las demencias ya consumen más recursos que la patología cardiovascular y oncológica combinada", puntualizó el Dr. Sánchez.

En cuanto al abordaje de la patología, "la modificación del proceso patológico de la enfermedad de Alzheimer antes de la aparición de los primeros síntomas (prevención secundaria) podría reducir el impacto de las demencias de forma considerable. Se estima que retrasando la aparición de la demencia 2 años lograríamos beneficios sustanciales de Salud Pública y socioeconómicos, y si pudiéramos hacerlo durante 5 años la prevalencia se reduciría a la mitad. La prevención primaria debería jugar un papel muy importante también, ya que se estima que hasta un tercio de las demencias podrían ser evitables".

Finalmente el Dr. Sánchez apuntó que "estudios como ZARADEMP son muy valiosos para identificar factores de riesgo potencialmente prevenibles. Para avanzar en este trascendental terreno, y trasladar los hallazgos a medidas de salud pública, es necesario que los resultados de los estudios epidemiológicos sean replicados consistentemente en poblaciones independientes idealmente con fenotipos estudiados con apoyo de marcadores biológicos".

El estudio fue financiado por el Fondo de Investigación Sanitaria Instituto de Salud Carlos III, el Ministerio de Economía y Empresa (MINECO) de Madrid, España; el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) de la Unión Europea; y el Gobierno de Aragón. Los Dres. Lobo, Santabárbara y Sánchez Juan han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente. Los conflictos de interés de los demás autores se encuentran en el artículo original publicado en Acta Psychiatrica Scandinavica de John Wiley & Sons, Inc. 

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