
Durante años las guías internacionales recomendaron la exclusión de actividades deportivas en los pacientes portadores de miocardiopatía hipertrófica. En los últimos años ha habido una flexibilización aprobando la realización de ciertos ejercicios en forma no competitiva de intensidad baja y moderada.
La última recomendación de la European Society of Cardiology ahonda en el tema, con el argumento de que las arritmias ventriculares sostenidas y documentadas inducidas por el ejercicio son infrecuentes y la mayoría de las terapias de cardiodesfibrilador implantable para arritmias ventriculares se producen en ausencia de taquicardia o esfuerzo físico.[12] Es por ello que recomiendan hacer una consideración individual, luego de una evaluación completa de las características de la enfermedad y los determinantes de riesgo, para la participación en programas de ejercicio intensivo y deporte competitivo.
Los trastornos que razonablemente representan contraindicaciones absolutas para la participación deportiva incluyen:
Historia de muerte súbita abortada.
Síntomas, en particular síncope no anunciado.
Taquicardia ventricular inducida por el ejercicio.
Alto puntaje de riesgo a 5 años.
Incremento significativo en el gradiente de salida del ventrículo izquierdo (> 50 mm Hg).
Respuesta anormal de la presión arterial al ejercicio.
Parece razonable que no sean excluidos de actividades deportivas los adultos, con un acuerdo y entendimiento razonables entre el atleta y el médico, que presenten:
Expresiones clínicas leves de miocardiopatía hipertrófica.
Bajo puntaje de riesgo en la escala de la European Society of Cardiology.
Asintomáticos.
Citar este artículo: Actualice sus conocimientos sobre miocardiopatía hipertrófica - Medscape - 12 de feb de 2019.
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