REVISIÓN

Actualice sus conocimientos sobre miocardiopatía hipertrófica

Dr. Juan Pablo Costabel

Conflictos de interés

12 de febrero de 2019

COLABORACIÓN EDITORIAL

Medscape &

Muchos pacientes con miocardiopatía hipertrófica permanecen asintomáticos durante gran parte de su vida. En ellos no existe ningún trabajo que demuestre que los beta-bloqueantes o los bloqueantes cálcicos impacten positivamente en su evolución, aunque podrían usarse si el objetivo es mejorar la función diastólica. En los pacientes sintomáticos el tratamiento está dirigido fundamentalmente a aliviar los síntomas de insuficiencia cardiaca y a la prevención de la muerte súbita.

Existen ciertas medidas generales muy importantes a considerar. Principalmente los pacientes con obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo deben estar bien hidratados, ya que la deshidratación aumenta el gradiente de la obstrucción; asimismo, este puede aumentar con la utilización de vasodilatadores arteriales o venosos (nitritos, sildenafil), que deberían evitarse. Tampoco se aconseja el empleo de digoxina, por su efecto inotrópico positivo.

Los beta-bloqueantes, por su acción inotrópica y cronotrópica negativa, producen disminución del consumo de oxígeno miocárdico, mejoran la diástole y reducen la obstrucción dinámica. Los bloqueantes cálcicos tienen un efecto similar. El más estudiado es verapamilo, que debe emplearse con cautela, ya que por sus efectos farmacológicos (vasodilatación periférica, disminución de la contractilidad y disminución de la conducción eléctrica) en los pacientes con obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo e hipertensión pulmonar o síntomas de congestión pulmonar, puede producir una disminución en la poscarga con aumento de la obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo, taquicardia refleja y edema agudo de pulmón o muerte súbita, además de poder producir disfunción sinusal y distintos grados de bloqueo auriculoventricular.

Diltiazem puede utilizarse de la misma forma y no se recomienda la utilización de dihidropiridinas por su efecto principalmente vasodilatador periférico.

Disopiramida no se encuentra disponible en nuestro país, pero es un fármaco que puede resultar especialmente beneficioso en pacientes con fibrilación auricular y miocardiopatía hipertrófica, y que presenta un efecto inotrópico negativo mediado a través del intercambio calcio-sodio. Disminuye el gradiente en presencia de obstrucción del tracto de salida del ventrículo izquierdo por este mecanismo, y además por provocar vasoconstricción sistémica.[2]

Algunos pacientes pueden beneficiarse de la utlización de diuréticos, siempre con la precaución de no producir hipovolemia que agravaría la situación.

Los pacientes que progresan a disfunción ventricular o insuficiencia cardiaca requieren además diuréticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o espironolactona.

Comentario

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