
La miocardiopatía hipertrófica es la enfermedad genética cardiaca más común y su prevalencia se estima entre 1 de cada 200 y 1 de cada 500 individuos.[1]
La miocardies miocardiopatía hipertrófica es una enfermedad compleja del corazón, cuya característica principal es el engrosamiento de sus paredes y conlleva modificaciones en la elasticidad del músculo cardiaco, cambios en la válvula mitral y alteraciones eléctricas.
Se debe sospechar esta patología frente al aumento de los espesores parietales del ventrículo izquierdo sin un aumento de los trastornos de carga (hipertensión arterial, estenosis o insuficiencia aórtica, deportistas, etcétera) que lo justifique. En términos absolutos se exige un espesor de más de 15 mm, o más de 13 mm en familiares de un paciente con diagnóstico definido.[2]
Es importante realizar el diagnóstico diferencial con otras entidades, como las miocardiopatías infiltrativas (Fabry, amiloidosis, etc.), corazón de atleta o cardiopatías hipertensivas, que pueden compartir características fenotípicas con la hipertrófica. Se observan numerosas anormalidades electrocardiográficas, principalmente en la repolarización afectando al segmento ST y a la onda T.
Los signos de hipertrofia ventricular son una constante, afectando habitualmente al ventrículo izquierdo, pero pudiendo adquirir otras configuraciones, dependiendo de la localización de la hipertrofia. Es común encontrar ondas Q patológicas angostas, profundas u ondas Q anchas y empastadas, relacionadas con un grado mayor de desorganización del músculo hipertrofiado o con la aparición de fibrosis y/o necrosis de este. Habitualmente las alteraciones del electrocardiograma se adelantan temporalmente a la afectación ecocardiográfica.
Citar este artículo: Actualice sus conocimientos sobre miocardiopatía hipertrófica - Medscape - 12 de feb de 2019.
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