Efectos adversos y riesgo de adicción

A pesar de algunas discusiones polémicas sobre la adicción a la marihuana y la idea generalizada de que esto no es posible, la evidencia indica claramente que el uso de la droga a largo plazo puede llevar a la adicción. Nueve por ciento de los consumidores de marihuana se volverá adicto, de acuerdo a los criterios de dependencia en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su 4ª edición revisada; 1 de cada 6 inicia consumo en la adolescencia, y entre 25% y 50% la fuman diariamente.
Otro punto interesante es que se reconoce un síndrome de abstinencia de cannabis con síntomas que incluyen irritabilidad, dificultad para dormir, disforia, ansia y ansiedad, lo que dificulta la interrupción del tratamiento y contribuye a la recaída.
En adolescentes, el principal problema es la mayor vulnerabilidad de estos a los resultados adversos, ya que a largo plazo, el consumo probablemente está relacionado con el hecho de que el cerebro se encuentra en desarrollo activo durante la adolescencia.
El consumo de marihuana usualmente precede al consumo de otras drogas.
Efecto en el desarrollo del sistema nervioso central
El cerebro permanece en desarrollo guiado a través de la experimentación, desde el periodo prenatal hasta la adolescencia, que se considera abarca hasta la edad aproximada de 21 a 24 años. Durante estos periodos considerados de riesgo en el desarrollo, existe una mayor vulnerabilidad. El estímulo derivado de las condiciones ambientales, dentro de ellas la exposición a tetrahidrocannabinol, el ingrediente activo principal en la marihuana que puede recalibrar la sensibilidad del sistema de recompensa a otros fármacos, además de que la exposición prenatal, interfiere con la dinámica del citoesqueleto, que es fundamental para el establecimiento de conexiones axonales entre neuronas.
En comparación con controles no expuestos, los adultos que fumaron marihuana durante la adolescencia tienen una conectividad neural deteriorada (es decir, menos fibras) en regiones específicas del cerebro, incluyendo el precuneus, nodo clave en funciones que requieren un alto grado de integración, como el estado de alerta y conciencia de sí mismo, y la fimbria, área del hipocampo que es importante en el aprendizaje y la memoria.
También se han reportado alteraciones en la conectividad funcional en las redes prefrontales responsables de la función ejecutiva (incluido el control inhibitorio) y las redes subcorticales, que procesan hábitos y rutinas. Además, los estudios de imágenes en personas que consumen cannabis han revelado una actividad disminuida en las regiones prefrontales y han reducido volúmenes en el hipocampo. Por tanto, ciertas regiones del cerebro pueden ser más vulnerables que otras a los efectos a largo plazo de la marihuana.
El efecto negativo del uso de la marihuana sobre la conectividad funcional del cerebro es particularmente importante si comienza en la adolescencia o en la edad adulta joven, lo que puede ayudar a explicar el hallazgo de una asociación entre el uso frecuente de marihuana desde la adolescencia hasta la edad adulta y una disminución significativa en el coeficiente intelectual. Las deficiencias en la conectividad cerebral asociadas con la exposición a la marihuana en la adolescencia son consistentes con los hallazgos preclínicos que indican que el sistema de cannabinoides desempeña un papel prominente en la formación de sinapsis durante el desarrollo cerebral.
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Citar este artículo: Efectos adversos del consumo de marihuana - Medscape - 3 de enero de 2019.
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