Opioides: La crisis que amenaza a México

Pablo Hernández Mares

6 de diciembre de 2018

GUADALAJARA, MEX. Las sobredosis provocadas por la crisis de opioides en Estados Unidos han reducido la expectativa de vida en ese país y esta epidemia en el abuso del consumo de opioides podría extenderse a México en el futuro, según un reciente estudio publicado en American Journal of Public Health.[1,2]

Dr. David Goodman-Meza

El Dr. David Goodman-Meza, M. A. S., autor principal de la investigación e instructor clínico en la Division of Infectious Diseases, de la University of California, en Los Ángeles, Estados Unidos, comentó a Medscape que existen algunos factores importantes que podrían generar esta crisis en México.

Mientras en Estados Unidos se están restringiendo los opioides por las medidas federales tomadas para contrarrestar la epidemia, "las industrias farmacéuticas americanas se están aliando con compañías multinacionales para llegar a mercados emergentes como México y Latinoamérica, organizando congresos, tratando de cambiar la perspectiva de los médicos en cuanto a los opioides, para hacerlos sentir que son fármacos seguros", afirmó.

"La educación, específicamente en el área del dolor, está en manos de la industria farmacéutica", sentenció el Dr. Guillermo Aréchiga Ornelas, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos y Alivio del Dolor, en el Hospital General de Occidente de la Secretaría de Salud, en Zapopan, México, quien no participó en el estudio.

En el año 2012, la Asociación Latinoamericana de Cuidados Paliativos reportó que solo 7% de las escuelas de medicina en México incluía un curso de cuidados paliativos en el que se enseñaba la prescripción de opioides.[3]

"Es preocupante el lento desarrollo de la profesionalización y especialización de la medicina paliativa ante la gran demanda de pacientes, como bien se menciona en el artículo donde participan la Dra. Medina Mora y otros colegas de profundo respeto y reconocimiento", indicó el Dr. Aréchiga Ornelas, señalando que la Universidad de Guadalajara es la única institución educativa del país con un posgrado de 2 años en Medicina Paliativa.

De acuerdo con el artículo publicado, la Food and Drug Administration de Estados Unidos solicitó que el clorhidrato de oximorfona, un opioide oral altamente adictivo (Opana ER, Endo Pharmaceuticals) fuera retirado del mercado, mientras que varios estados han iniciado acciones legales contra Purdue Pharma (fabricante de OxyContin ) por su contribución en la epidemia de opioides.[4,5]

La ofensiva de las autoridades norteamericanas contra las compañías fabricantes de opioides ha hecho que estas imiten las tácticas de las compañías tabacaleras en la década de 1990, luego del aumento de impuestos a sus productos, derivados de fuertes demandas judiciales; incluso más, ya que estas empresas farmacéuticas han estado promocionando paneles de asesores que hablan de términos como ‘opioignorancia’ y ‘opiofobia’, para incidir en los proveedores de la salud mexicanos.

Expansión en Latinoamérica

"Estos dos términos empezaron a usarse en congresos, son adaptados y adoptados en las conferencias, pero lo que no sabíamos es que detrás hay todo un proyecto hacia Latinoamérica para desviarse hacia la expansión y cobertura de productos inclusive más costosos que en otras partes del mundo", puntualizó el Dr. Aréchiga Ornelas, agregando que muchos médicos mexicanos, aunque con buenas intenciones en la mayoría de los casos, cayeron en esta estrategia bien planeada para incentivar la prescripción de este tipo de fármacos.

Tan solo en el año 2017, el costo de la morfina recetada en México fue más de 4 veces superior al precio internacional más bajo informado en la Guía internacional de indicadores de precios de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud.

"Cuando un colega es vocero o recibe entrenamiento de la [industria], ellos no pueden más que tener un incremento en la prescripción sesgada de un producto en compensación con el compromiso moral o económico, o ambos, que ofrece la industria farmacéutica", reconoció el especialista. "El tratamiento del dolor y los cuidados paliativos no está en manos de las universidades o del Estado, sino en la chequera de las compañías farmacéuticas".

Por otra parte, en opinión del Dr. Goodman-Meza, estaría provocando esta crisis de forma indirecta, debido a la gran demanda de narcóticos como heroína y fentanilo en Estados Unidos, creando una gran producción en México, "lo que incrementa la disponibilidad de estos narcóticos de manera nacional".

Actualmente México es el tercer productor mundial de heroína, con más de 28.000 hectáreas de tierra dedicadas al cultivo de opio, que generan una producción de aproximadamente 500 toneladas de heroína por año.

"Tenemos muchos productos naturales derivados de cannabis y de la amapola, pero no se procesa un solo miligramo con fines medicinales de amapola en Jalisco, Morelos, Michoacán o Sinaloa. Es una paradoja ser el tercer productor de amapola en el mundo y no tener disponibilidad de la sustancia", mencionó decepcionado el Dr. Aréchiga Ornelas.

Factores locales

A pesar de lo anterior, otro de los factores (entre varios que describe detalladamente el artículo) que podría desencadenar esta crisis en México, es el cambio de la legislación que a partir del año 2015 facilitó a los médicos mexicanos prescribir opioides, y "de acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, en el lapso de un año de que se constituyeron estas nuevas regulaciones hubo un incremento de 50.000% en las recetas de opioides", indicó el Dr. Goodman-Meza, quien advirtió que desde 2016 el Seguro Popular ya cubre ciertos fármacos opioides como morfina, oxicodona, tramadol y buprenorfina.

Sin embargo, esto no siempre sucede en la práctica; "Hay una falta de regulación en la prescripción de opioides; por ejemplo, el Estado de México, que está muy ligado al Seguro Popular, sí contempla morfina, pero en Jalisco esta no existe, y aunque se encuentra en el cuadro básico, se "restringe" su venta", señaló el Dr. Aréchiga Ornelas, reconociendo que él trabaja para el sector de salubridad que tiene acuerdos con el Seguro Popular.

Otro elemento en este inminente problema es que la demografía en México está cambiando y se estima que al incrementarse el número de personas mayores de 65 años para 2030, se presentarán más casos de enfermedades crónico-degenerativas que pueden producir dolor y, por tanto, la utilización de opioides para su tratamiento.

Hace 30 años los padecimientos más comunes en México eran las enfermedades infectocontagiosas como diarrea, enfermedades respiratorias o complicaciones en el embarazo; para 2013 este catálogo de enfermedades cambió a las crónico-degenerativas, como diabetes, enfermedad cardiaca, enfermedad del riñón, dolor de espalda, dolor de cuello y depresión.

"Aunado a esto, el incremento de la edad de la población va a aumentar las tasas de incidencia de cáncer para el que comúnmente se usan los opioides", recalcó el Dr. Goodman-Meza. Los opioides son un grupo de fármacos derivados o similares a la morfina, producida a partir de la amapola, aunque hay opioides semisintéticos como hidrocodona y los puramente sintéticos como fentanilo.

Esta última droga, considerada 50 veces más potente que la morfina, es usada de forma común para el tratamiento del dolor severo por cáncer en Estados Unidos: "Hay parches de fentanilo o hasta paletas de fentanilo; lo temido de este fármaco es que en el suministro de las drogas ilícitas, ya sea de manera inadvertida o intencional, la heroína se ha contaminado con fentanilo y esto puede llevar rápidamente a una sobredosis", indicó el Dr. Goodman-Meza.

Medidas de prevención

Tradicionalmente, México ha sido un país de muy bajo uso de este tipo de fármacos, a diferencia de Canadá y Estados Unidos, donde durante los últimos 15 años se ha incrementado el empleo de opioides que "ha llevado a efectos dañinos que incluyen sobredosis por fármacos, progresión al uso de inyectables como heroína y transmisión de enfermedades infecciosas como el virus de inmunodeficiencia humana y la hepatitis C", detalló el clínico.

Sin embargo, las políticas migratorias de Estados Unidos pueden generar que muchas personas deportadas se queden en ciudades como Tijuana, donde ya hay una epidemia o ha sido endémico el uso de heroína, y factores como la pobreza pueden inducir al uso de estas drogas.

La implementación de sitios de inyección segura sería una buena medida,[6] ya que las personas adictas a estas sustancias "pueden llevar sus propias drogas, usarlas con medidas higiénicas y jeringas limpias, pueden reducir la transmisión de enfermedades, o si hay una sobredosis, se pueden tratar de manera inmediata", destacó el Dr. Goodman-Meza.

Otra medida muy importante para evadir una crisis de opioides en México consiste en mantener la vigilancia; en la última aplicación de 2016 - 2017, las encuestas sobre el uso de opioides y sustancias ilícitas por parte del Instituto Nacional de Psiquiatría incluyeron el uso de este tipo de fármacos.

"El artículo advierte concretamente y toma medidas precautorias que me parecen adecuadas. Coincido con los autores respecto a que cierta epidemia puede ocurrir en México cuando se dificulta el tránsito de las sustancias hacia el vecino país del norte; esas sustancias tienen que ser promovidas; comercialmente hablando, se va a generar o reforzar ese mercado", expresó el Dr. Aréchiga Ornelas."Es importante señalar que México todavía está lejos de una epidemia del uso de opioides, esto toma años para desarrollarse. Sin embargo, el riesgo parece estar ahí y el país está en el tiempo perfecto para implementar medidas de prevención y tratamiento para evitar una epidemia o tratarla de manera adecuada, en caso de que ocurra", concluyó el Dr. Goodman-Meza.

El Dr. Goodman-Meza recibe apoyo del National Institute of Mental Health. El resto de los autores y el Dr. Aréchiga Ornelas han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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