Diferencias de género en efectos secundarios de la quimioterapia

Liam Davenport

Conflictos de interés

25 de octubre de 2018

MÚNICH, DEU. Mujeres que reciben quimioterapia de primera línea para cáncer esofagogástrico tienen más probabilidades de presentar una diversidad de efectos adversos y tóxicos, en comparación a hombres tratados con los mismos esquemas, pese al hecho de que resultados y tasas de toxicidad general son similares, señalan investigadores del Reino Unido.[1]

El Dr. Michael Davidson, becario de investigación clínica del Royal Marsden Hospital National Health Service Foundation Trust, en Londres, Reino Unido, y sus colaboradores, analizaron datos de cuatro estudios en que participaron más de 1.600 pacientes tratados con uno de cuatro esquemas de quimioterapia.

El estudio, que en la actualidad es el análisis combinado más extenso sobre el efecto de género en los resultados y la toxicidad de la quimioterapia en el cáncer esofagogástrico avanzado, fue presentado en el Congreso de la European Society for Medical Oncology (ESMO) de 2018.

Demostró que las mujeres tenían significativamente más probabilidades que los hombres de reportar náusea y vómito de todos los grados y gravedad, así como diarrea de todos los grados, ulceración de la boca y alopecia, pese al hecho de que las tasas globales de toxicidad de todos los grados y gravedad son similares.

Las tasas de neuropatía periférica fueron más altas en hombres que en mujeres.

No hubo diferencias significativas en la sobrevida entre hombres y mujeres, aunque la tasa de respuesta global fue más alta en hombres que en mujeres. La diferencia tuvo significancia estadística limítrofe.

El Dr. Davidson declaró que su "hallazgo clave" es que hombres y mujeres "fueron afectados por diversos efectos tóxicos en grados variables", pese a recibir combinaciones de quimioterapia similares.

Sin embargo, añadió que "aún no se ha establecido la relevancia clínica de esto".

"Aunque no hubo suficientes datos que respaldaran las estrategias de administración de quimioterapia alternativa para hombres y mujeres, es útil que los médicos se percaten de tales hallazgos para refinar su tratamiento de otras maneras", destacó.

El coautor, Dr. David Cunningham, Ph. D., director del Biomedical Research Center del National Institute of Health Research en el Royal Marsden Hospital y el Institute of Cancer Research, en Londres, Reuno Unido, estuvo de acuerdo.

"Este estudio se suma al conjunto creciente de evidencia que indica que el género puede ser un factor importante en el tratamiento del cáncer, y que los médicos deben tomar en cuenta tales diferencias", añadió.

"Por ejemplo, saber que pacientes del género femenino tienen más probabilidades de experimentar náusea y vómito o diarrea, puede permitir un aleccionamiento personalizado en torno a la quimioterapia y brindar apoyo para optimizar el tratamiento de estos problemas comunes".

El Dr. Michel Ducreux, Ph. D., del Institut Gustave Roussy, en Villejuif, Francia, quien no intervino en el estudio, puntualizó que la noción de que hombres y mujeres responden al tratamiento no es algo nuevo.

En su comentario para ESMO, manifestó: "Ya se han observado diferencias en las reacciones al tratamiento de hombres y mujeres en diversos estudios clínicos previos".

"Hasta hace poco tiempo, no obstante, dado que nadie sabía explicar por qué podrían existir tales diferencias, tendían a descartarse como un dato estadístico y no se discutían", señaló.

Asimismo, puntualizó: "En el ámbito clínico, las tendencias resaltadas en este estudio hubieran sido imperceptibles para los médicos. Gracias al gran número de pacientes incluidos, este análisis pudo demostrar diferencias de género estadísticamente significativas en la frecuencia de varios efectos secundarios de la quimioterapia".

El Dr. Ducreux añadió que ahora el reto consiste no solo en analizar sus implicaciones, sino también comprender los motivos fundamentales.

"En lo sucesivo podríamos considerar estratificar a los pacientes de acuerdo con su género en estudios clínicos, a fin de evaluar la eficacia y la tolerancia de tratamientos en cada género desde el principio del desarrollo de medicamentos", indicó.

"Si otros estudios confirman sistemáticamente que las mujeres son más propensas que los hombres a una diversidad más amplia de efectos secundarios, entonces también necesitaremos pensar en una prevención totalmente diferente y en estrategias de apoyo para pacientes del género femenino", añadió.

Detalles del estudio

Para su estudio, el Dr. Davidson y sus colaboradores evaluaron la toxicidad relacionada con cuatro esquemas de quimioterapia triple de primera línea que se utilizan en cuatro estudios aleatorizados controlados multicéntricos del National Institute of Health Research en pacientes con cáncer esofagogástrico avanzado.

Los cuatro esquemas de quimioterapia fueron ECF (epirrubicina, cisplatino y 5-fluorouracilo), ECX (epirrubicina, cisplatino y capecitabina), EOF (epirrubicina, oxaliplatino y 5-fluorouracilo) y EOX (epirrubicina, oxaliplatino y capecitabina).

"Los cuatro estudios que incluimos fueron estudios internacionales extensos realizados en el Reino Unido y Australasia, con poblaciones de pacientes y tratamientos utilizados equivalentes", señaló el Dr. Davidson.

De estos cuatro estudios, los investigadores pudieron combinar datos de 1.654 pacientes con cáncer esofágico, de los cuales 1.328 (80,3%) eran hombres y 326 (19,7%) mujeres.

Hombres y mujeres eran equivalentes con respecto a edad y estado funcional. Las mujeres tuvieron más probabilidades de presentar tumores gástricos que los hombres: 57,4% frente a 34,1%.

El autor puntualizó que estas características de la población "son compatibles con la incidencia y la distribución de cánceres esofagogástricos en poblaciones occidentales".

En general, no hubo diferencia significativa en la presentación de efectos tóxicos de todos los grados o de grado ≥ 3 entre mujeres y hombres: 67,2% frente a 62,8% (p = 0,19).

Sin embargo, en las mujeres las tasas de náusea y vómito fueron más altas de manera estadísticamente significativa que en hombres, en 89,3% frente a 78,3% (p < 0,001), para todos los grados de estos efectos adversos. También fueron más altas en 16,7% frente a 9,5% (p = 0,004), para la náusea y el vómito más graves, de grado ≥ 3.

En las mujeres, las tasas de diarrea de todos los grados fueron más altas que en hombres, 53,8% frente a 46,9% (p = 0,027), lo mismo que las tasas de estomatitis de todos los grados, 49,5% frente a 40,7% (p = 0,004), y alopecia de todos los grados: 81,4% frente a 74,3% (p = 0,009).

Los investigadores encontraron que para las mujeres, en comparación con los hombres, hubo una tendencia hacia tasas más altas de neutropenia de grado ≥ 3 (45,1% frente a 40,4%), y neutropenia febril de grado ≥ 3 (11,8% frente a 7,7%). Estas diferencias no alcanzaron significancia.

En cambio, los hombres tuvieron significativamente más probabilidades de experimentar neuropatía periférica de todos los grados que las mujeres: 49,3% frente a 42,6% (p = 0,03).

Es relevante el hecho de que no hubo diferencia significativa entre mujeres y hombres con respecto a la sobrevida libre de progresión o global, aunque la tasa de respuesta global fue más alta en hombres que en mujeres (46,6% frente a 40,4%). Esta diferencia tuvo significancia limítrofe (p = 0,051).

El estudio fue financiado por la Royal Marsden's GI and Lymphoma Unit, el NIHR Biomedical Research Center en el Royal Marsden Hospital y el Institute of Cancer Research, y la Royal Marsden Cancer Charity. El Dr. Cunningham ha recibido financiación para investigación de Amgen, AstraZeneca, Bayer, Celgene, Merck-Serono, Medimmune, Merrimack, Novartis, Roche y Sanofi. La coautora Noreen Starling, BSc, MD(res) informó varias relaciones económicas con la industria. Los demás autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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