¿Comer o no comer huevos? Esa es la cuestión en la diabetes

Marlene Busko 

Conflictos de interés

22 de mayo de 2018

Entre pacientes con sobrepeso u obesidad con prediabetes o diabetes de tipo 2, los que comían 12 huevos a la semana o más (dieta rica en huevo) tuvieron concentraciones sanguíneas de marcadores de enfermedad cardiovascular similares a los que comían menos de 2 huevos por semana (dieta baja en huevo) en un estudio de un año de duración.[1]

"Estos hallazgos indican que es inocuo que las personas con alto riesgo de diabetes de tipo 2 y las que padecen diabetes de tipo 2 incluyan en su dieta con regularidad huevos, una fuente de alimento aceptable y cómoda”, concluyen los investigadores.

Los resultados del estudio de diabetes y huevo (DIABEGG), realizado por Nicholas R. Fuller, Ph. D., del Boden Institute of Obesity, Nutrition, Exercise and Eating Disorders en la University of Sydney, en Sídney, Australia, y sus colaboradores, fueron publicados el 7 de mayo en la versión electrónica de American Journal of Clinical Nutrition.

Al invitarlo para su comentario, Jyrki K. Virtanen, Ph. D., profesor adjunto de epidemiología nutricional en la University of Eastern Finland, en Kuopio, Finlandia, quien no intervino en el estudio, dijo que está de acuerdo.

Este estudio no implica que "las personas con diabetes (o cualquier otra persona) no debería preocuparse sobre sus cifras de colesterol sanguíneo, simplemente muestra que una ingesta de huevo (y por tanto colesterol) muy alta no tuvo un efecto adverso sobre el colesterol de la sangre en este estudio”, dijo en un mensaje de correo electrónico a Medscape Noticias Médicas.

En general, la ingesta alimentaria de colesterol tiene un efecto muy pequeño sobre las concentraciones séricas de colesterol en la mayoría de las personas, explicó Virtanen, añadiendo que la calidad de los lípidos de la alimentación, por ejemplo, tiene mucha mayor repercusión.

El mensaje fundamental, dice, es que "es aceptable incluir huevos en la dieta, aun cuando una persona tenga diabetes de tipo 2. Muchas personas disfrutan de consumir huevos, y estos se utilizan en muchas recetas y platillos, de manera que se les facilitan las cosas si no tienen que restringir estrictamente la ingesta de huevo”.

El número ideal de huevos por semana que deben de consumir las personas depende de factores genéticos, estado de salud general y dieta general, continuó. De acuerdo con la mayor parte de la investigación, "un huevo al día debería ser aceptable para la mayoría de las personas, pero como se muestra en el presente estudio, incluso una ingesta más alta podría estar bien”.

"Y si pensamos en el impacto ambiental de la comida (y deberíamos hacerlo), los huevos tienen uno de los efectos más bajos en las emisiones de gases de invernadero entre las fuentes de proteína animal”, añadió.

Sin embargo, otro experto que por mucho tiempo ha criticado la comercialización del huevo, dijo a Medscape Noticias Médicas que este tipo de investigación es "propaganda" de la industria del huevo.

Al contactarlo por correo electrónico, el Dr. J. David Spence, profesor de neurología y farmacología clínica en la Western University e investigador en el Stroke Prevention & Atherosclerosis Research Centre, en Londres, Canadá, no comentó específicamente sobre este estudio.

Sin embargo, reiteró su creencia de que no hay una cantidad de yema de huevo que sea inocua de ingerir para las personas con diabetes, o con riesgo de enfermedad cardiovascular. Dijo, no obstante, que es aceptable consumir claras de huevo.

Hallazgos de investigación y guías clínicas contradictorias

Como se reportó previamente, Fuller y sus colaboradores presentaron hallazgos parciales del estudio DIABEGG mediante un cartel en el Congreso de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2014.

Llevaron a cabo la investigación a causa de los hallazgos de investigación conflictivos y las diferentes guías clínicas sobre el consumo de huevo por diabéticos.

En estudios epidemiológicos de personas con diabetes de tipo 2 (pero no en la población general), por ejemplo, una mayor ingesta de huevo se ha relacionado con un aumento en el riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad más temprana, escriben Fuller y sus colaboradores.

Pero en estudios controlados de personas con prediabetes o diabetes de tipo 2 se han demostrado efectos predominantemente favorables de mayores ingestas de huevo sobre factores de riesgo cardiovascular y metabólico.

Y para añadirse a la confusión, diferentes países y asociaciones tienen diferentes recomendaciones. Por ejemplo, en personas con diabetes de tipo 2, la British Heart Foundation y Diabetes UK no recomiendan limitar el consumo de colesterol o huevo, pero la National Heart Foundation of Australia recomienda un máximo de 6 huevos por semana.

La American Diabetes Association solía recomendar limitar el consumo de colesterol total a 300 mg/día (un huevo contiene alrededor de 200 mg de colesterol), pero recientemente eliminaron este límite.

Sin efectos adversos sobre marcadores de enfermedad cardiovascular en DIABEGG

En el estudio DIABEGG, 128 adultos de 18 y más años de edad con diabetes de tipo 2 o prediabetes y un índice de masa corporal (IMC) de un mínimo de 25 kg/m2 fueron aleatorizados a una dieta saludable para bajar de peso fuese alta o baja en huevos.

La dieta resaltaba reemplazar lípidos saturados (como mantequilla) con lípidos monoinsaturados y poliinsaturados (como aguacate y aceite de oliva).

Los pacientes tenían una media de edad de 60 años y un IMC medio de 34 kg/m2. Alrededor de tres cuartas partes tenían diabetes de tipo 2 y 54% eran mujeres.

Su media de colesterol HDL inicial (el criterio principal de valoración) era 1,3 mmol/l (aproximadamente 50 mg/dl) y más de la mitad (58%) estaba tomando medicación hipocolesterolemiante.

Para el periodo de preinclusión de 3 meses, se instruyó a los pacientes para que mantuvieran su peso. Los del grupo con alta ingesta de huevo recibieron indicaciones para comer 2 huevos/día durante el desayuno, mientras que al grupo con baja ingesta de huevo se le instruyó para que comiera menos de 2 huevos/semana y tuvieran un ingesta de proteína igual a la del grupo con alta ingesta de huevo mediante el consumo de 10 g de proteína animal magra (carne, pollo o pescado) u otras alternativas ricas en proteína, como legumbres y productos lácteos reducidos en grasa (también consumidos durante el desayuno).

Los huevos podían hervirse o escalfarse, pero también podían freírse si se utilizaba aceite de cocina poliinsaturado, como aceite de oliva.

A los participantes se les proporcionaba huevos o vales para comestibles y en cuanto al ejercicio, se les recomendaba aumentar sus pasos a 10.000/día.

Después del periodo de preinclusión, los participantes entraban en una fase de reducción de peso activa de 3 meses, durante la cual se reunían con un experto en nutrición una vez al mes. Luego entraban en una fase de seguimiento de 6 meses y se les recomendaba continuar consumiendo el mismo número de huevos.

Los participantes se apegaron a su ingesta de huevo: a los 6 y 12 meses, los del grupo con alta ingesta de huevo reportaron consumir una media de 12,2 y 10,5 huevos/semana, respectivamente, y los del grupo con baja ingesta de huevo consumían 1,0 y 1,1 huevos/semana, respectivamente.

Los pacientes de los dos grupos bajaron aproximadamente 2 kg de peso al final de una fase de reducción de peso activa de 3 meses y 1 kg más durante los siguientes 6 meses.

De los 3 a los 12 meses, los participantes de ambos grupos tuvieron cambios similares en lípidos (colesterol HDL, colesterol LDL, colesterol total y apolipoproteína B), marcadores inflamatorios (proteína C reactiva, interleucina-6 y selectina E soluble), marcadores de lesión oxidativa (F2-isoprostanos) y marcadores glucémicos (glucosa, HbA1c, adiponectina y 1,5-anhidroglucitol).

¿Propaganda de la industria del huevo?

"Este enfoque en los niveles de lípidos en ayunas y biomarcadores sanguíneos es una pista falsa característica, uno de los pilares de la propaganda de la industria del huevo”, dijo el Dr. Spence.

En cambio, lo que es importante es que "los huevos aumentan el riesgo de diabetes, y en los diabéticos aumentan el riesgo de infartos de miocardio”, sostiene, señalando que las yemas de huevo son una de las fuentes más concentradas de colesterol.

Como parte de su argumento, cita un estudio griego en el cual un huevo al día se relacionó con un incremento de cinco veces en el riesgo coronario en pacientes con diabetes.[2]

El Dr. Spence añade que es mucho más difícil demostrar el daño ocasionado por los huevos en la dieta estadounidense ya que "solo 0,1% de los estadounidenses consume una dieta saludable”.

Virtanen dice que "es verdad que la mayor ingesta de huevo se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes en las poblaciones generales y con más riesgo de enfermedad cardiovascular en diabéticos en algunos estudios epidemiológicos”, como lo describen Fuller y sus colaboradores en su artículo.

Pero en un metanálisis de dosis-respuesta de estudios prospectivos de cohortes del que fue coautor,[3] "el mayor riesgo de diabetes se observa principalmente en los estudios epidemiológicos en Estados Unidos, y no en otros países”, señaló Virtanen.

En Estados Unidos, la mayor ingesta de huevo se asocia a más tabaquismo, menos actividad física y mayor ingesta de carnes rojas procesadas, lo cual en parte puede explicar los resultados, añadió.

Y en el estudio prospectivo basado en el estudio KIHD (Kuopio Ischaemic Heart Disease Risk Factor),[4] del cual Virtanen fue autor principal, una mayor ingesta de huevo se relacionó con un menor riesgo de diabetes inicial en hombres de mediana edad y de edad avanzada en Finlandia.

"Aunque los huevos en sí tienen alto contenido de colesterol alimentario —y las personas con diabetes de tipo 2 tienden a tener mayores concentraciones del colesterol de lipoproteínas de baja densidad (colesterol LDL) 'malo'— el presente estudio respalda la investigación existente que demuestra que el consumo de huevos tiene poco efecto sobre los niveles de colesterol en la sangre de personas que los consumen”, explicó Fuller en una declaración por la University of Sydney.

La cadena bioquímica de las yemas de huevo desencadena arteriosclerosis

El Dr. Spence explicó el proceso bioquímico que considera que contribuye a los efectos adversos de los huevos en pacientes con diabetes.

Las yemas de huevo son ricas en fosfatidilcolina, la cual es convertida por las bacterias intestinales en trimetilamina, que luego es oxidada en el hígado a N-óxido de trimetilamina (TMAO), "y el N-óxido de trimetilamina es perjudicial para las arterias”, afirma.

"El N-óxido de trimetilamina también es producida a partir de la carnitina presente en la carne (cuatro veces más que en el pollo), de manera que las yemas de huevo y la carne roja tienen un doble agravante. No deberían consumirlos personas con riesgo de infarto de miocardio o accidente cerebrovascular, lo cual incluye a las personas con diabetes”.

Aunque Virtanen está de acuerdo en que la "fosfatidilcolina en los huevos es una de las principales fuentes de producción de N-óxido de trimetilamina en el cuerpo”, hace hincapié en que "hay una gran variabilidad en la formación de N-óxido de trimetilamina tras la ingesta de huevo entre las personas, de manera que algunos estudios han observado un incremento en la N-óxido de trimetilamina después de una mayor ingesta de huevo y algunos estudios no”.

"Sería interesante ver los efectos sobre las concentraciones de N-óxido de trimetilamina en el estudio DIABEGG”, hace notar.

El Dr. Spence sostiene que "no es aceptable que coman yemas de huevo" las personas con diabetes o prediabetes. "Recomiendo a mis pacientes que utilicen claras de huevo, o lo que es más disfrutable, sustitutos a base de clara de huevo”, dijo a Medscape Noticias Médicas.

Fuller: "Es aceptable comer huevos como parte de una dieta saludable"

Sin embargo, Fuller refuta que "a pesar de los consejos diferentes en torno a los niveles seguros de consumo de huevo por las personas con prediabetes y diabetes de tipo 2, nuestra investigación indica que no es necesario que se abstengan de comer huevos si esto es parte de una dieta saludable”.

Además, "los huevos son una fuente de proteína y micronutrimentos que podrían respaldar una gama de factores de salud y alimentarios, como ayudar a regular la ingesta de lípidos y carbohidratos, y favorecer la salud ocular y cardiaca, los vasos sanguíneos saludables y los embarazos saludables”, concluye.

El estudio fue financiado por la Australian Egg Corporation, que no tuvo ninguna injerencia en el estudio o el manuscrito. Fuller ha recibido apoyos económicos para investigación por otros estudios clínicos de Sanofi-Aventis, Novo Nordisk, Allergan, Roche, MSD, y GlaxoSmithKline. Las declaraciones de conflicto de interés de los demás autores se enumeran en el artículo. Virtanen y el Dr. Spence han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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