La dieta que combate enfermedades
Cuando se trata de abordar las enfermedades, la mayoría de las dietas tienen un tono preventivo: coma mejor, pierda peso y retrase el día en que reciba un diagnóstico no deseado de su médico. En los últimos años, la dieta cetogénica ha cambiado esta dinámica al posicionarse como menos preventiva y más prescriptiva. Al comprometerse con esta dieta, argumentan sus defensores, los pacientes con afecciones graves y que amenazan la vida hacen más que practicar una alimentación saludable; están utilizando un enfoque no farmacológico que puede afectar directamente sus resultados. En una era definida por los crecientes costos de medicamentos aunados a un movimiento alimenticio integral que vuelve a lo básico, es una idea que está generando entusiasmo.
"Las dietas cetogénicas se han utilizado para afecciones especializadas, como el control de la epilepsia, durante años", explicó el Dr. David S. Ludwig, Ph. D., director y fundador del programa Optimal Weight for Life del Boston Children's Hospital y profesor de nutrición en la Harvard School of Public Health, en Boston, Estados Unidos. "Sin embargo, el interés para tratar la obesidad, diabetes y otras afecciones crónicas ha florecido en la última década a la luz de los emocionantes datos preliminares de laboratorio y estudios clínicos".
En esta revisión, examinamos más de cerca la información sobre las últimas investigaciones de la dieta cetogénica y su valor en varios trastornos.
¿Qué es la dieta cetogénica?
La dieta cetogénica clásica está compuesta principalmente por grasa (80% - 90%), y el resto son proteínas (8% - 15%) y, en un grado mínimo, carbohidratos (2% - 5%).[1] El objetivo es imitar el estado de ayuno en el cuerpo sin afectar su capacidad de crecimiento. Al limitar la cantidad de carbohidratos y proteínas metabolizadas, la energía se deriva de la grasa almacenada en el cuerpo o de la dieta.[1] A medida que disminuyen los niveles de glucosa, los cuerpos cetónicos derivados de las grasas comienzan a tomar el control como la principal fuente de energía del cuerpo, un estado metabólico conocido como cetosis.[2]
Además de la clásica dieta cetogénica, hay tres variantes comunes: una dieta de triglicéridos de cadena media, una dieta de Atkins modificada y la dieta de bajo índice glucémico.[3] Estas dan a los profesionales más variabilidad de opciones ya que pueden ofrecer alternativas más sabrosas al aumentar las proteínas, disminuir las grasas, sustituir todos los carbohidratos excepto los de los vegetales sin almidón, y otras estrategias.
Incluso con una variedad de dietas para elegir, las preocupaciones de salud siguen siendo con respecto a su adopción.
"Si no se hace correctamente, una dieta cetogénica conlleva riesgos importantes, que incluyen deficiencias de nutrientes, hipovolemia, hipocalemia, cálculos renales y gota", dijo el Dr. Ludwig. "Sin embargo, estos riesgos se pueden minimizar con una dieta formulada adecuadamente".
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Citar este artículo: Dieta cetogénica: ¿Qué pacientes se benefician? - Medscape - 5 de abr de 2018.
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