El electrocardiograma resulta imprescindible en la prevención de muerte súbita

Pablo Hernández Mares

2 de marzo de 2018

GUADALAJARA, MEX. Delante de millones de televidentes, durante un partido de fútbol, un jugador se desploma a la mitad de la cancha. Sus compañeros de equipo corren a auxiliarlo, pero poco pueden hacer. Al día siguiente los titulares de los diarios deportivos de todo el mundo reseñan la muerte súbita del atleta, pero en pocas semanas el caso se olvida hasta que se vuelve a presentar otro nuevo. Es una escena que se ha visto recurrentemente en los últimos años. ¿A qué se debe la muerte súbita? ¿Es prevenible?

Dr. Josep Brugada Terradellas

El Dr. Josep Brugada Terradellas, jefe de la sección de arritmias de Barnaclínic+ y del Hospital Pediátrico Sant Joan de Déu, en Barcelona, España, presentó la conferencia magistral “Muerte súbita y deporte”, en donde disertó sobre este fenómeno, en el marco del X Congreso Anual de Cardiología Internacional (CADECI) 2018, que se llevó a cabo en Guadalajara, México, del 21 al 24 de febrero.[1]

“Nosotros pensamos que es totalmente imprescindible que haya protocolos de atención que no dependan de que aparezca en la televisión algún deportista famoso sufriendo una muerte súbita”, indicó el cardiólogo, quien narró varios casos de deportistas que luego de hacer esfuerzos físicos importantes, como correr un medio maratón, al llegar a la meta se desvanecieron.

Algunos de estos casos tuvieron la suerte de que hubiera un equipo médico listo para actuar en esas emergencias. Como le sucedió a un bombero que participaba los Juegos Mundiales de Policías y Bomberos en el 2003 en Barcelona, practicante constante de ciclismo y atletismo, que sin haber presentado ningún síntoma, cayó luego de cruzar el punto de llegada. “Un equipo médico pudo conectarlo inmediatamente a un desfibrador que demostró que tenía una taquicardia ventricular polimórfica que le había provocado la pérdida de conocimiento y de no haber estado en ese entorno, probablemente le hubiera provocado la muerte súbita”, detalló el Dr. Brugada Terradellas.

Al parecer de este especialista, estos casos, que antes eran esporádicos, ahora ocurren con cierta frecuencia, sobre todo a partir de que los deportes de resistencia, como correr un maratón, ha pasado a ser algo habitual para un segmento de la población.

“En España, cada fin de semana enterramos a un practicante de medios maratones o maratones, porque no hay un sistema adecuado para identificar a todos aquellos pacientes que a lo mejor no pueden hacer una maratón”, advirtió el Dr. Brugada Terradellas, quien sentenció que no todos los corazones están preparados para hacer una actividad física tan demandante.

Un recordatorio fatídico de lo anterior es que la primera persona que corrió un maratón, Filípides, aquel mítico soldado griego que al llevar corriendo las noticias de la batalla de Maratón, cuando cumplió su cometido, se desplomó en el suelo y murió.

Uno pensaría que los deportistas serían las últimas personas a las que les podrían ocurrir este tipo de accidentes cardiacos. Sin embargo, la muerte súbita en el deporte ocurre por distintas etiologías. Por ejemplo, en Estados Unidos, el factor predominante es la miocardiopatía hipertrófica y la hipertrofia ventricular.[2]En Italia, el factor dominante es la displasia arritmogénica del ventrículo derecho.[3] “Al parecer hay factores territoriales, probablemente ligados más a la genética, que influencian el tipo de etiología que provoca la muerte súbita”, detalló el Dr. Brugada Terradellas, quien agregó que cualquier patología cardiaca puede tener en su evolución natural el elemento de muerte súbita.

El electrocardiograma tiene varias ventajas en el reconocimiento cardiológico deportivo, ya que puede identificar cardiopatías lo que permite a los médicos descalificar a los pacientes para la práctica deportiva, sobre todo en la miocardiopatía hipertrófica.

Sin embargo, el electrocardiograma tendría el inconveniente de la relación costo-beneficio; es decir, que se tendrían que realizar muchos estudios para identificar las patologías, además de que existe una “zona gris” en la que los pacientes pueden tener un electrocardiograma muy anormal, pero no tienen alguna patología demostrable.

El Dr. Brugada Terradellas defendió el uso del electrocardiograma ya que permite encontrar patrones que les permiten a lo médicos identificar distintas patologías. “Conocer estos patrones va a permitir tratar adecuadamente a estos pacientes y poderlos excluir de prácticas deportivas en caso de que así lo consideremos”.

Los patrones en los electrocardiogramas sugieren los riesgos para muerte súbita por miocardiopatía hipertrófica, displasia arritmogénica del ventrículo derecho, síndrome de Wolff-Parkinson-White, síndrome de Brugada, síndrome de QT largo congénito o la taquicardia ventricular catecolaminérgica familiar.

Por ejemplo, en el caso de la displasia arritmogénica del ventrículo derecho, “la podemos diagnosticar a partir de la sospecha de un electrocardiograma anormal; los pacientes presentan recambio fibrótico del tejido muscular del ventrículo derecho, que es el responsable que aparezcan esas arritmias ventriculares, algunas sostenidas, otras que no son sostenidas y otras que provocan la muerte súbita”, expuso el Dr. Brugada Terradellas, quien agregó que en esos casos el electrocardiograma muestra signos característicos como la ondas epsilon, las ondas T negativas en derivaciones inferiores y en derivaciones precordiales derechas, y todo lo que hace referencia a la aparición de arritmias ventriculares que provienen del ventrículo derecho.

En los últimos 25 años, el Dr. Brugada Terradellas ha estudiado las llamadas enfermedades de los canales iónicos “que son enfermedades genéticamente determinadas que afectan a los distintos canales eléctricos del corazón y que pueden provocar, dependiendo del tipo de mutación y del tipo de alteración que provoca en los canales, un síndrome de QT largo, un síndrome de QT corto, síndrome de Brugada o una taquicardia ventricular catecolaminérgica familiar”.

En el caso del síndrome de Brugada, descrito por el Dr. Brugada Terradellas junto a sus hermanos, el Dr. Pedro Brugada Terradellas y el Dr. Ramón Brugada Terradellas, la muerte súbita no está relacionada con la actividad física, “de hecho, los pacientes tienen eventos arrítmicos durante la noche y por tanto no tenemos ninguna evidencia para descalificar deportivamente a estos pacientes”, indicó el Dr. Brugada Terradellas, quien advirtió que lo que puede ocurrir es que el electrocardiograma puede variar con el tiempo y se puede confundir con el electrocardiograma del “corazón de atleta”.

El especialista considera que el electrocardiograma debería ser una prueba obligatoria en toda la población alrededor de los 14 años antes de iniciar una práctica deportiva más o menos continuada, y “en los casos dudosos, otras pruebas más precisas como el ecocardiograma, la prueba de esfuerzo o la resonancia magnética deberían realizarse por personal especializado”, agregó.

Aclarando que siempre ha estado a favor de la actividad física y el deporte, el Dr. Brugada Terradellas fue claro en expresar el lado oscuro de este: “El deporte extremo de resistencia, durante años, puede causar, en algunas personas probablemente genéticamente predispuestas, anomalías de la adaptación de su corazón, que pueden acabar provocando que tengan arritmias”, sentenció.[4]

Esta situación provoca un choque emocional muy fuerte en los pacientes porque generalmente son personas extremadamente sanas, físicamente muy fuertes, que hasta ese momento han entrenado mucho y no entienden que puedan tener problemas de arritmias cardiacas. “Seguro que todos aquellos que atienden a pacientes con fibrilación auricular habrán visto un aumento de pacientes entre 40 y 50 años de edad, que hacen medios maratones o maratones y que llegan a la consulta con una historia de fibrilación auricular paroxística”, comentó el Dr. Brugada Terradellas, quien es también profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.

Actualmente, el Dr. Brugada Terradellas y sus colaboradores están llevando a cabo un modelo experimental en ratas sometidas a ejercicio físico de una hora diaria y al realizar las revisiones a las 4, 8 y 16 semanas, encuentran que las ratas que son “entrenadas” son más resistentes que las ratas sedentarias, menos obesas y con un corazón más potente, pero presentan un corazón hipertrófico que presenta fibrosis en las aurículas; es decir, que el ejercicio continuado intenso en las ratas acaba provocando fibrosis auricular.

En este sentido, una de sus conclusiones es que el deporte de resistencia es un factor de riesgo de padecer fibrilación auricular y en el modelo experimental, la actividad física de resistencia induce fibrosis en las aurículas y facilita la inducción de fibrilación auricular. “Aquellas personas que hacen deporte de resistencia, no solo deberían someterse a pruebas de evaluación deportiva sino a pruebas de seguimiento y muestreo para saber cómo se está adaptando su corazón a esa actividad física intensa”, indicó el Dr. Brugada Terradellas, quien aseguró que es probable que la mayoría de los atletas no presenten problema alguno, pero que es indispensable identificar a la minoría que van a tener consecuencias negativas y que podrían acabar en una muerte súbita.

El Dr. Brugada ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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