Reanimación cardiopulmonar por un testigo en público, más probable en hombres que en mujeres

Deborah Brauser

Conflictos de interés

20 de noviembre de 2017

ANAHEIM, USA. Un estudio[1] reciente indica que los hombres tienen una probabilidad significativamente más alta que las mujeres, de recibir maniobras de reanimación cardiopulmonar por un testigo, después de una parada cardiaca fuera del hospital, al menos en público.

El estudio retrospectivo de cohortes, con más de 19.000 pacientes adultos en Estados Unidos, que presentaron parada cardiaca fuera del hospital, mostró que 45% de los hombres recibieron reanimación cardiopulmonar en lugares públicos, en comparación con 39% de las mujeres (p < 0,01).

Además, los hombres tenían una probabilidad de supervivencia 23% mayor que las mujeres. De manera interesante, no hubo diferencias significativas en la reanimación cardiopulmonar por testigo aplicada en el hogar, con una cifra baja similar, de 36%, y 35% de cada grupo que recibió asistencia, respectivamente.

Audrey Blewer

La autora principal del estudio, Audrey L. Blewer, de la Perelman School of Medicine, University of Pennsylvania en Filadelfia, Estados Unidos, declaró a Medscape que el mensaje que deben conservar los médicos radica en la necesidad apremiante de "solucionar el defecto de conocimiento", en relación con este tipo de asistencia.

Blewer, directora adjunta de los programas de formación del Center for Resuscitation Science de su universidad, explicó que "sin duda, continúan los obstáculos. Por este motivo necesitamos saber quién está respondiendo en estas situaciones, y cómo podemos cambiar nuestro mensaje, y nuestros programas de formación para superar algunas barreras".

El hallazgo de que había más diferencias entre ambos géneros en la reanimación cardiopulmonar aplicada en lugares públicos, que en el hogar, "indica que quizá exista algún tipo de prejuicios, por lo que es necesario profundizar la investigación para descubrir cómo pueden corregirse".

Blewer presentó los resultados del estudio en el congreso de la American Heart Association (AHA) 2017.

Tratamiento salvavidas

Según la American Heart Association, alrededor de 90% de las personas que sufren una parada cardiaca fuera del hospital, fallece. Pero la reanimación cardiopulmonar, sobre todo si se aplica de inmediato, puede multiplicar por 2, o incluso por 3, la probabilidad de sobrevida.

Blewer reconoció que la motivación para realizar el estudio, consistió en el hecho de informar acerca de la importancia que reviste la aplicación inmediata de resucitación. "La reanimación cardiopulmonar es una terapia salvavidas, y algo que cualquiera puede hacer; intentamos aumentar la aplicación de la reanimación cardiopulmonar por un testigo".

"Sin embargo, solo alrededor de 33% de las personas que sufren una parada cardiaca súbita en Estados Unidos recibe reanimación cardiopulmonar por un testigo, porcentaje que varía según la comunidad en la que vive", afirmó Blewer.

"Estábamos motivados para buscar las razones de que una víctima reciba o no reanimación cardiopulmonar, así como para saber si existían diferencias basadas en el género".

Los investigadores analizaron los datos del registro del Resuscitation Outcomes Consortium relacionados con episodios de parada cardiaca no traumática fuera del hospital en adultos, ocurridos entre los años 2011 y 2015. Después de que descartaran los episodios en presencia de personal sanitario de urgencias como testigo, en el análisis definitivo incluyeron 19.331 pacientes (63% hombres, media de edad, 64 años).

En el grupo completo, solo 37% recibió reanimación cardiopulmonar por un testigo después de sufrir una parada cardiaca fuera del hospital. De manera previsible, este tipo de intervención estaba asociada significativamente a la sobrevida tras el alta hospitalaria, con un odds ratio (OR) ajustado de 1,54 (IC 95%: 1,49 - 1,80; p < 0,01).

En lugares públicos, el odds ratio ajustado de recibir este tipo de ayuda por parte de los hombres frente a las mujeres fue de 1,23 (IC 95%: 1,01 - 1,49; p = 0,03). El odds ratio de sobrevida después de una parada cardiaca fuera del hospital también fue de 1,23 para los hombres (IC 95%: 1,12 - 1,36; p < 0,01).

En el hogar no hubo diferencias estadísticamente significativas entre ambos géneros respecto a la probabilidad de recibir este tipo de reanimación cardiopulmonar (OR 0,94; IC 95%: 0,87 - 1,01).

Identificación de una "carencia importante"

Asimismo, Blewer comentó que no resultó sorprendente el hallazgo de que las tasas de reanimación cardiopulmonar por testigos del grupo al completo, fueran más altas en lugares públicos que en el hogar, sobre todo si se analizan los estudios previos, y su propia experiencia laboral anterior.

Puntualizó que "las paradas cardiacas afectan principalmente a personas de 64 años de edad, cifra extraída de una estadística nacional. Creemos que quienes responden en los hogares son las personas amadas más próximas", que en muchos casos también tienen una edad más avanzada.

Un artículo publicado este mismo año por Blewer, en el Journal of the American Heart Association, señala que las personas entre 50 y 70 años de edad tienen menos probabilidades de estar preparadas para aplicar reanimación cardiopulmonar.[2] "Por esta razón pensamos que las personas menos preparadas en dicho grupo de edad podrían no responder a los episodios ocurridos en el hogar".

En general, los resultados de este estudio "identifican una carencia importante que puede fundamentar los mensajes futuros a los respondedores inexpertos, profesionales sanitarios, y operadores", escribieron los investigadores.

Blewer afirmó: "Trabajo en el sistema público de salud, y uno de los motivos que me anima cada mañana es el deseo de aumentar la formación en reanimación cardiopulmonar, y con el paso del tiempo, la esperanza de conseguir que más personas puedan aplicarla si fuera necesario, ante un episodio cardiaco desfavorable. No hay duda de que esto es algo que debe mejorar en Estados Unidos".

También planteó la posibilidad de que debido a que la reanimación cardiopulmonar implica aplicar presión sobre el tórax, algunas personas del estudio quizá dudaron en intentar o no, brindar este tipo de asistencia a las mujeres en lugares públicos.

Pero al cuestionarlos, comprobó que los investigadores no tenían información sobre el género ni sobre otras características de los testigos respondedores, ni sobre los porcentajes de reanimación cardiopulmonar "tradicional", frente a los de reanimación cardiopulmonar solo con las manos.

"Necesitamos más información sobre los testigos respondedores para conocer mejor cuáles son los obstáculos que impiden este tipo de respuesta. No hay duda de que es necesario profundizar más en esta cuestión", afirmó Blewer.

"También es necesario que retomemos la manera en que estamos presentando la formación en reanimación cardiopulmonar a las personas. Queda mucho por hacer a este respecto, para lograr que la gente responda apropiadamente en situaciones cardiacas súbitas".

Interesante y sorprendente

Dr. Mouin.Abdallah

Al solicitarle un comentario, el Dr. Mouin S. Abdallah, de la Cleveland Clinic, en Ohio, Estados Unidos, expresó a Medscape su reconocimiento a los autores, ya que considera relevante que se realice este tipo de estudios. "Los resultados son interesantes, y fue sorprendente encontrar esta diferencia sustancial entre hombres y mujeres en la tasa de aplicación de reanimación cardiopulmonar por un testigo".

Añadió que antes de especular demasiado sobre las razones de esta diferencia, "es muy importante para estos, u otros investigadores, identificar en primer lugar los obstáculos para que los testigos inicien la reanimación cardiopulmonar, y para conseguirlo tal vez sea necesario llevar a cabo numerosas entrevistas. Habrá que preguntar si el hecho de acercarse a una mujer para aplicar la reanimación cardiopulmonar produce aprensión a las personas. Podemos especular, pero no lo sabremos con seguridad si no lo investigamos".

Por ejemplo, se planteó si había más testigos hombres que mujeres en el registro.

El Dr. Abdallah explicó que "una vez identificados los obstáculos que dificultan la asistencia, será necesario educar mejor al público". Sin embargo, insistió en la importancia de ampliar la investigación antes de crear "un grupo de medidas novedosas sin un efecto beneficioso comprobado".

A continuación, recordó que algunos de los maniquís de simulación de la American Heart Association para formación en reanimación cardiopulmonar son femeninos, y es probable que los instructores de estas clases deban asegurarse de que están ofreciendo formación con maniquís de simulación de ambos géneros.

El Dr. Abdallah puntualizó que "esta es una intervención barata, sencilla, y al alcance de la mano". En espera de nuevos estudios relacionados con este problema, "debemos empezar con ideas no demasiado costosas, y también conviene recopilar más información sobre los testigos respondedores".

El estudio está financiado por la American Heart Association, y por los National Institutes of Health. Blewer declaró que ha recibido becas de investigación de la American Heart Association. El Dr. Abdallah ha declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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