Hola muy buenos días, soy el Dr. José Mendoza Velásquez, para Medscape en Español, soy médico especialista en psiquiatría, y hoy vamos a hablar de los trastornos asociados a experiencias traumáticas y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
La razón de hablar de estos trastornos es debido a que, como ustedes sabrán, la Ciudad de México se vio azotada por dos terremotos, uno el 7 de septiembre, otro el 19 de septiembre; y ante esto, la calidad del estrés en que vivimos genera gran parte de estos diagnósticos, y el interés de nosotros por identificarlos en forma temprana, o en el caso del trastorno de estrés postraumático, prevenirlo.
Posterior a estos terremotos es necesario recordar que cada una de las personas responde de manera diferente a la experiencia traumática. Vamos a identificar a través de los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales en su quinta edición (DSM-5), qué es a lo que le tenemos que poner atención para diagnosticar los trastornos por estrés, o los trastornos asociados a experiencias traumáticas.
Para esto, tomaremos como base el trastorno de estrés postraumático, que es el trastorno que ocurre posterior a la exposición ante la muerte, la posibilidad de lesión o violencia, sea real o en amenaza, pero de forma presencial.
Criterios diagnósticos
Debe haber, o por lo menos se identifican:
Síntomas intrusivos (les llamamos intrusivos porque aparecen en forma no deseada), que son recuerdos angustiantes, recurrentes y perturbadores; sueños, pesadillas relacionadas al evento, reacciones disociativas, como escenas en las que sienten que se repite el evento; malestar psicológico intenso; reacciones fisiológicas a factores que se parecen al evento, como sentir movimientos o escuchar sonidos como el de la alarma sísmica, y presentar síntomas como taquicardia.
Evitar persistentemente los estímulos asociados al evento, tener alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, como la sensación de no poder recordar algunas experiencias del evento, o pensamientos incluso negativos, como sentir que nada vale la pena, que el mundo no es lo mismo, que estoy mal, que el mundo es peligroso, que me siento muy alterado de los nervios, estas pueden ser alteraciones muy comúnmente asociadas al estrés o a la experiencia postraumática.
Hay una cuestión muy importante, que es la disminución en la participación diaria a las actividades que me eran significativas, "dejo de sentir interés", la incapacidad para expresar la felicidad o demostrarla, hay una exageración en la alerta o vigilancia asociada al evento traumático que empieza en forma inmediata. Esto se puede evidenciar no nada más al estar al pendiente de los síntomas o de los cambios, sino con un comportamiento impotente, autodestructivo, la respuesta de sobresalto, problemas en la concentración y alteración del sueño.
En este momento es importante considerar que a veces estos síntomas se enfrascan o se disfrazan por el aumento en el consumo de sustancias, o en el consumo de alcohol.
El diagnóstico requiere de un mes de persistencia de los síntomas para hablar de trastorno por estrés postraumático, cuando estos síntomas están dentro del primer mes, hablaremos por trastorno por estrés agudo.
El trastorno por estrés agudo, más que una enfermedad, lo tratamos como una respuesta normal a estas experiencias altamente estresantes, las debemos observar, y no van a recibir tratamiento, a menos que uno de estos síntomas sea suficientemente grave o incapacitante.
Dentro de nuestra evaluación inicial es importante identificar riesgos genéticos, tanto antecedentes familiares psiquiátricos. También es importante considerar algunos antecedentes personales, como las experiencias traumáticas en la infancia, a pacientes con diagnóstico psiquiátrico previo, y también la severidad con la que estuvieron expuestos al trauma.
Los mecanismos neurobiológicos que originan este trastorno son, primeramente, el tipo de exposición que tuvieron al estrés, la incapacidad de la corteza cerebral prefrontal para modular la estimulación amigdalina. Otros estudios indican que también son importantes los cambios de las hormonas del estrés en el cerebro para desarrollar todo esto.
Prevención oportuna
Administrar fármacos en el momento correcto puede prevenir el desarrollo por estrés postraumático, algunos de los fármacos que comúnmente se han asociado a estos consisten en el uso del control de las alteraciones adrenérgicas con propranolol (40 a 120 mg); el uso de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), principalmente escitalopram, citalopram, y sertralina para el control de los síntomas afectivos; y para el control de la inflamación hay estudios que hablan de una respuesta parcial, y de una prevención del trastorno de estrés postraumático con el uso de hidrocortisona.
Es destacable identificar si estos síntomas aparecen en forma temprana, ya que tenemos que prevenir el trastorno de estrés postraumático. La parte más importante es saber que en el primer mes estas respuestas pueden ser normales, y si se vuelven crónicas, requerirán tratamiento más especializado.
Muy bien, espero que esta información sea de utilidad para todos, quedo de ustedes, y nos vemos en la siguiente cápsula.
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Citar este artículo: Trastornos asociados a experiencias traumáticas, y el trastorno de estrés postraumático - Medscape - 19 de oct de 2017.
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