Sin evidencia de que la suspensión temprana de antibióticos conlleve mayor resistencia

Theresa Bebbington

Conflictos de interés

4 de agosto de 2017

El consejo que dan los médicos de "completar el tratamiento" al tomar antibióticos debe descartarse, dicen expertos.[1]

Aducen que no está respaldado por evidencia y se debe reemplazar.

Los antibióticos son importantes en la lucha contra las infecciones, pero cada vez hay más inquietud a nivel mundial sobre el número de casos en los que las bacterias se han vuelto resistentes a estos medicamentos.

Para evitar un aumento de la resistencia a antibiótico, es esencial reducir la utilización innecesaria del mismo.

La recomendación actual de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es "siempre completar toda la prescripción, aun cuando el paciente se sienta mejor, pues suspender el tratamiento en etapa temprana favorece el desarrollo de bacterias resistentes a antibióticos".

En el Reino Unido, de hecho, esta recomendación se incluye en el programa escolar para los niños de escuela secundaria.

Sin embargo, varios expertos en enfermedades infecciosas están recomendando a autoridades, educadores y médicos que reconsideren el consejo que le dan a los pacientes al prescribir antibióticos.

Martin J. Llewelyn, profesor de enfermedades infecciosas en la Brighton and Sussex Medical School, Reino Unido, y sus colaboradores, han presentado su análisis en contra del mensaje de 'terminar el tratamiento' en un artículo publicado en BMJ.

Los autores refieren que no hay evidencia de que suspender los antibióticos en una etapa temprana fomente la resistencia a antibiótico y que tomarlos por más tiempo que el necesario aumenta el riesgo de resistencia.

Resistencia a antibiótico

En su análisis, los autores informan que las inquietudes en torno a que no tomar suficiente antibiótico conduce a resistencia en el tratamiento surgieron inicialmente en la década de 1940.

El discurso de aceptación del Premio Nobel de 1945, de Alexander Fleming, por ejemplo, incluyó este punto de vista de que si se administra penicilina insuficiente para una infección faríngea estreptocócica, se podría transmitir una forma resistente de la infección a otra persona. Resultó que las bacterias estreptocócicas que producen infecciones de la faringe todavía no desarrollaban resistencia a la penicilina.

Es verdad que en determinadas infecciones (como tuberculosis, gonorrea y malaria) cuando se replican microorganismos que producen la infección, pueden ocurrir mutaciones resistentes a antibiótico cuando se administra la dosis inadecuada de antibiótico durante el tratamiento o solo se utiliza un medicamento. A esto se le conoce como selección dirigida. Sin embargo, la mayoría de las bacterias no desarrolla resistencia a través de la selección dirigida.

En cambio, tomar antibióticos puede afectar la microflora o microorganismos por lo general inocuos que normalmente se encuentran en nuestra piel y membranas o en nuestros intestinos y esto permite que especies resistentes oportunistas los reemplacen. A esto se le conoce como selección colateral. Cuanto más tiempo estén expuestas estas especies o cepas oportunistas a los antibióticos, aducen los autores, tantas mayores serán las oportunidades de que ocurra resistencia al antibiótico.

El Prof. Llewelyn y sus colaboradores afirman que debido a la inquietud histórica en torno al infratratamiento y a que antes no había preocupación por la sobreutilización, las duraciones o ciclos de tratamiento recomendados pueden ser demasiado prolongados. En la mayoría de las indicaciones, "simplemente no se han realizado estudios para identificar la duración mínima del tratamiento eficaz".

Señalan que hay algunos casos, como la otitis media, en la que un tratamiento de duración más breve puede no ser tan eficaz, pero también puntualizan que hay un menor riesgo de infección adicional o resistente en algunos pacientes con neumonía que reciben ciclos más breves de antibióticos. Los estudios clínicos pueden ayudar a establecer la duración óptima para la antibioticoterapia.

Menos es más

Los autores informan que, en el caso de los microorganismos patógenos oportunistas, "no hay estudios clínicos que hayan demostrado un aumento en el riesgo de resistencia en pacientes que toman tratamientos más breves". También aducen que el tratamiento más breve puede significar menor riesgo de que se presente una infección resistente.

En el medio intrahospitalario, se pueden utilizar pruebas para determinar cuándo suspender el tratamiento, pero esto no es factible en el ámbito extrahospitalario.

El Prof. Llewelyn y sus colaboradores sugieren descartar el consejo de la OMS y reemplazarlo con consejos para detener el tratamiento cuando el paciente se sienta mejor. Señalan que en un estudio clínico, la suspensión de los antibióticos para tratar la neumonía cuando se resolvió la fiebre del paciente redujo a la mitad la duración promedio de la antibioticoterapia y no afectó al restablecimiento.

Public Health England ya ha reemplazado el mensaje antiguo de "completar el tratamiento" con "exactamente como se prescribe". Sin embargo, los autores ahora están recomendando descartar del todo el mensaje "completar el tratamiento" y desean que las autoridades reconozcan activamente que es incorrecto.

También consideran que el público respaldará este enfoque, diciendo: "Completar el tratamiento se contrapone a una de las creencias sobre medicación más fundamentales y generalizadas que tiene la gente, que es que deben tomar la mínima medicación que sea necesaria".

El Prof. Llewelyn y sus colaboradores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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