Prescripciones en cascada
Una paciente de 71 años, con antecedentes de diabetes tipo 2, asma, hipotiroidismo, depresión, osteoartritis y enfermedad de Ménière, empieza tratamiento con amlodipino (2,5 mg dos veces al día) por indicación de su médico para tratar la hipertensión arterial. Unos días después presenta edema periférico. La paciente acude con un segundo médico quien lo interpreta como signo de insuficiencia cardíaca. Sin embargo, ese efecto adverso se reporta en 9% de quienes toman bloqueantes de los canales de calcio y es más frecuente en mujeres. La paciente recibe una prescripción de furosemida (20 mg/día) y espironolactona (25 mg/día). Los diuréticos aumentan la frecuencia de micción y generan síntomas de incontinencia urinaria. Pocas semanas más tarde, un tercer médico indica un agente antimuscarínico (fesoterodina, 4 mg/día), para controlar la "vejiga hiperactiva". Fesoterodina, por su acción anticolinérgica, le produce xerostomía. Ante esta "nueva condición de salud" le prescriben un sialagogo (anetol tritiona 25 mg, tres veces al día). La concatenación de recetas y equívocos termina un mes más tarde, cuando la paciente se cae en el baño y sufre múltiples fracturas. No se descarta que la furosemida y la fesoterodina, que pueden provocar visión borrosa, sedación y mareos, hayan contribuido con la caída. |
El caso real, presentado en 2016 en Canadian Pharmacists Journal, representa un claro ejemplo de la llamada "prescripción en cascada", aquella situación en que un nuevo fármaco es prescrito para "tratar" una reacción adversa producida por otro fármaco, basándose en la creencia errónea de que se desarrolló una nueva condición médica.[1] Esta secuencia, que puede tener hasta 4 o 5 elementos, aumenta el riesgo de agravar o generar nuevos eventos adversos.
De acuerdo a los expertos, las prescripciones en cascada se presentan mas comunmente en pacientes de edad avanzada que suelen estar bajo tratamiento con 5 o más fármacos.

Dra. Paula Rochon
La Dra. Paula Rochon, profesora de Medicina y de Medicina Geriátrica, de la Universidad de Toronto, en Canadá, acuñó el término "prescripción en cascada" en 1995 como un problema asociado a la polifarmacia de los adultos de edad avanzada y es desde entonces una referente en su investigación.[2]
Ante su potencial impacto sobre la salud y calidad de vida, médicos argentinos desarrollaron un puntaje y un algoritmo que permiten identificarlas y evaluar la posibilidad de prevenirlas. "La intención es definir el problema y aumentar la concientización entre los profesionales de la salud", escriben los autores en Medicina (Buenos Aires).[3]

Dr. Marcelo Ponte
El Dr. Marcelo Ponte, primer autor y profesor de la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica Argentina (UCA), en Buenos Aires, planteó que las prescripciones en cascada son mucho más frecuentes de lo que se suele asumir.

Dr. Héctor Serra
"El ser humano busca siempre la magia y que una pastilla resuelva todo. Y a menudo no tiene conciencia del daño que pueden producir", añadió otro de los autores, el Dr. Héctor Serra, profesor de Farmacología en la UCA y de la Facultad de Medicina, en la Universidad de Buenos Aires, para quien la idea de desarrollar el puntaje responde a la inquietud de ir más allá de la mera descripción de casos aislados para, en cambio, tratar de intervenir sobre ellos y eliminarlos a tiempo.
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Citar este artículo: Puntaje y algoritmo para identificar las "prescripciones en cascada" - Medscape - 2 de agosto de 2017.
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