
En general, se recomienda mantener el tratamiento con hipoglucemiantes orales al inicio de la insulina, pero se debe considerar el riesgo agregado de hipoglucemia.
La metformina posee un efecto sinérgico adecuado con la insulina en cuanto a efectividad, así como menor riesgo de hipoglucemia. Se puede mantener la dosis de metformina si se encuentra dentro de rangos óptimos (1500-2550 mg/día) y no hay contraindicaciones para su uso.
Por el contrario, es conveniente valorar el tratamiento con sulfonilureas por el incremento en la posibilidad de hipoglucemias. Es posible mantener el tratamiento con sulfonilurea, sin embargo, debe valorarse la dosificación y su tiempo de administración. La glibenclamida posee efectos terapéuticos desde los 2,5 mg hasta los 15 mg, por lo que una dosis mayor a ello resulta en un riesgo añadido para hipoglucemia. Una estrategia adecuada es considerar la reducción de la dosis de sulfonilurea y en caso necesario suspenderla.
Después de comenzar la insulina, no se recomienda agregar o sustituir nuevos hipoglucemiantes por la posibilidad aumentada de efectos adversos. Hay autores que sugieren la suspensión del tratamiento con glitazonas al momento de empezar con insulina.
Por lo expuesto, se puede inferir que, en el caso mencionado, lo adecuado sería mantener la metformina y disminuir la dosis de glibenclamida.
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Citar este artículo: Mini Examen Clínico: Conceptos básicos para el inicio de insulina en pacientes con diabetes de tipo 2 - Medscape - 13 de jul de 2017.
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