A medida que la crisis de resistencia a antibióticos continúa agravándose en todo el mundo, se está poniendo nuevo énfasis en la "vigilancia del uso de antibióticos".[1]
La vigilancia del uso de antibióticos es el proceso de asegurar que se utilicen adecuadamente los antimicrobianos.
Los médicos tienen un largo historial de uso excesivo e inadecuado de antibióticos. Hace más de 70 años, Alexander Fleming (quien descubrió la penicilina) advirtió al público que la penicilina se estaba mal utilizando.[1] Sabía que el uso excesivo de penicilina daría por resultado bacterias resistentes a la penicilina y que los pacientes fallecerían a causa de ello. Sin embargo, su advertencia no fue tomada en cuenta por la sociedad. Siete décadas más tarde, hasta 50% de las prescripciones de antibiótico en Estados Unidos siguen siendo innecesarias o inadecuadas.[2,3,4,5]
Los mejores procedimientos para la vigilancia del uso de antibióticos se establecen en torno a varios principios fundamentales.[6] A menudo estos se describen en la premisa de administrar el antibiótico correcto, con la dosis correcta, por el periodo de tratamiento correcto. De hecho, la prescripción del antibiótico incorrecto, o en dosis incorrecta, puede llevar a desenlaces desfavorables en pacientes con infecciones bacterianas. La prescripción del antimicrobiano correcto a la dosis correcta, pero durante un periodo innecesariamente prolongado, también puede dar lugar a uso excesivo y selecciona la resistencia al antibiótico.
Sin embargo, a menudo se pasa por alto un principio más fundamental que debe sustentar la vigilancia eficaz de antibiótico: Establecer el diagnóstico correcto. Presentamos varios casos que ilustran este principio decisivo y la repercusión que tiene en la utilización adecuada de antibiótico. Estos casos están basados en pacientes reales, se presentan no porque sean inusuales sino más bien porque son típicos de situaciones clínicas que ocurren decenas de millares de veces por año en la práctica clínica.
Caso # 1: Un estudiante con síntomas respiratorios
Un estudiante universitario de 21 años de edad acude por presentar durante 7 días presión en los senos, congestión nasal, coriza, prurito en los ojos, epífora y una sensación de irritación en su garganta. Tuvo un cuadro similar un año antes que se resolvió después del tratamiento con diversos medicamentos, entre ellos, anticongestivos, corticoesteroides nasales y antibióticos. No ha tenido episodios de fiebre, expectoración purulenta, cefalea, náuseas o vómitos. No tiene ningún otro antecedente personal patológico relevante.
El paciente asistió a consulta con un otorrinolaringólogo quien le diagnosticó una sinusitis aguda y le prescribió un corticoesteroide nasal inhalado y levofloxacino a dosis de 500 mg por vía oral una vez al día durante 14 días. Al siguiente día acude con usted para una segunda opinión.
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Citar este artículo: Mini Examen Clínico: Diagnóstico correcto en la vigilancia del uso de los antimicrobianos - Medscape - 26 de jun de 2017.
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