Una nueva guía de práctica clínica busca ayudar a los médicos a tomar decisiones sobre cuándo y cómo retirar de forma segura la prescripción de los inhibidores de la bomba de protones (IBP).[1]
Las guías de práctica clínica basadas en evidencia incorporan datos de estudios clínicos clave y se enfocan en los resultados que son importantes para los pacientes, incluyendo los riesgos y beneficios de la reducción de dosis de los inhibidores de la bomba de protones.
Barbara Farrell, PharmD, ACPR, FCSHP, de la University of Ottawa, en Ontario, Canadá, y sus colaboradores publicaron la guía basada en la evidencia en la edición de mayo de Canadian Family Physician.
"La guía para la prescripción razonada de los inhibidores de la bomba de protones funciona junto a las guías actuales de tratamiento, ya que ofrece recomendaciones a los médicos, así como consideraciones clínicas para ayudarles a la prescripción razonada de los inhibidores de la bomba de protones después de un esquema de tratamiento de duración adecuada o si el tratamiento a largo plazo está siendo reevaluado", escriben los autores.
La preocupación por el uso excesivo de los inhibidores de la bomba de protones ha ido aumentando a medida que se acumulan datos sobre sus posibles efectos adversos, incluyendo un mayor riesgo de enfermedad renal, infección por Clostridium difficile y fracturas de cadera. El uso crónico de los inhibidores de la bomba de protones también es común, con algunos estudios que muestran una falta de indicación para el tratamiento con inhibidores de la bomba de protones en hasta un 40% a un 65% de los pacientes hospitalizados que reciben los medicamentos.
"Cuando los inhibidores de la bomba de protones se prescriben o se usan indebidamente por demasiado tiempo, pueden contribuir a la polifarmacia, a la falta de adherencia, y en consecuencia a la generación de más prescripciones, reacciones adversas, errores de medicación, interacciones con medicamentos, visitas al servicio de urgencias y hospitalizaciones", continúan los autores.
Las guías actuales para el tratamiento de la enfermedad por reflujo gastroesofágico y la úlcera péptica recomiendan un uso corto de inhibidores de la bomba de protones y sugieren que los médicos suspendan estos fármacos o utilicen dosis individualizadas menores para cada paciente.
Sin embargo, las guías actuales no proporcionan ningún consejo sobre cómo los médicos pueden retirar la prescripción de los inhibidores de la bomba de protones. De hecho, no existen recomendaciones basadas en evidencia para ayudar a los clínicos a disminuir o descontinuar los inhibidores de la bomba de protones, o para guiarlos en el uso intermitente, la reducción o las estrategias de tratamiento por razón necesaria.
La Dra. Farrell y sus colaboradores acompañan la nueva guía con un algoritmo para la toma de decisiones para abordar las preguntas más frecuentes de los médicos con respecto a la prescripción de los inhibidores de la bomba de protones.
"Proporciona recomendaciones prácticas para tomar decisiones sobre cuándo y cómo reducir la dosis o suspender los inhibidores de la bomba de protones", señalan.
Durante el proceso del desarrollo de la guía, la revisión de la evidencia no identificó un daño grave para la prescripción de los inhibidores de la bomba de protones en adultos, añaden los autores.
Las nuevas guías de práctica clínica se centran en los adultos mayores de 18 años con síntomas gastrointestinales superiores que han recibido inhibidores de la bomba de protones durante al menos 4 semanas y han experimentado la resolución de sus síntomas. Para estos pacientes, las guías recomiendan que los médicos reduzcan la dosis diaria del IBP o suspendan el fármaco y cambien al paciente al uso de IBP por razón necesaria. Los autores califican la recomendación de reducir la dosis de IBP o cambiar a la modalidad de uso por razón necesaria como "fuerte".
Las guías sugieren, como alternativa al uso de los inhibidores de la bomba de protones, que los médicos consideren como tratamiento a un antagonista del receptor de histamina-2. Sin embargo, debido al mayor riesgo de retorno de los síntomas con esta terapia, esta recomendación se considera "débil".
Aunque la base de evidencia utilizada para desarrollar la guía se refiere predominantemente a la enfermedad por reflujo gastroesofágico o esofagitis, los autores señalan que los datos pueden ser extrapolados para aplicarse a pacientes con otros trastornos gastrointestinales superiores, como la úlcera péptica, para los cuales los inhibidores de la bomba de protones tienen una eficacia más modesta o que típicamente requieren un uso a corto plazo de los inhibidores de la bomba de protones.
Probablemente sea más eficaz suspender el tratamiento en estos casos, dicen.
En general, los autores creen que el uso de estas nuevas guías alentará a los médicos a evaluar cuidadosamente el uso continuado de los inhibidores de la bomba de protones en los pacientes, y potencialmente a reducir la polifarmacia.
Sin embargo, la Dra. Farrell y sus colaboradores también hacen hincapié en que todavía existen algunas críticas en cuanto a la prescripción de los inhibidores de la bomba de protones.
La investigación a futuro "debe abordar la prescripción para otras indicaciones de los inhibidores de la bomba de protones y en población de ancianos frágiles, los regímenes de disminución óptimos o los tratamientos alternativos para minimizar la recurrencia de síntomas, aproximaciones consistentes para medir los resultados, medición de eventos positivos y adversos por la retirada de fármacos, los daños a largo plazo y los beneficios, además de los costos", concluyen.
La Dra. Farrell declaró que ha recibido fondos de investigación para desarrollar esta guía, también ha recibido pagos del Institute for Healthcare Improvement y Commonwealth Fund por un resumen de recomendaciones de prescripción, y de la Ontario Long Term Care Physicians Association, la Ontario Pharmacists Association y la Canadian Society of Hospital Pharmaciens. Uno de los coautores tiene un puesto financiado parcialmente por AstraZeneca y declaró haber recibido pagos de AstraZeneca por servicios como orador. Los autores restantes han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.
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Citar este artículo: Nuevas guías de práctica clínica para la prescripción razonada de los inhibidores de la bomba de protones - Medscape - 5 de jun de 2017.
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