Un antibiótico común podría tratar y prevenir el trastorno por estrés postraumático

Megan Brooks

Conflictos de interés

17 de abril de 2017

La doxiciclina, un antibiótico del grupo de las tetraciclinas, parece bloquear la formación de pensamientos negativos y recuerdos asociados al miedo, lo que puede ayudar en la prevención y/o el tratamiento del trastorno por estrés postraumático (TEPT), sugiere una nueva investigación.[1]

En experimentos con adultos sanos, aquellos que recibieron doxiciclina tuvieron menor respuesta al miedo ante estímulos temerosos, en comparación con los que recibieron placebo.

"Hemos hecho la prueba de concepto para una estrategia de tratamiento totalmente nueva para el trastorno de estrés postraumático", expresó en un comunicado de prensa el Dr. Dominik Bach, PhD, de la División de Investigación de Psiquiatría Clínica de la Universidad de Zurich, en Suiza.

La teoría se basa en evidencia acumulada que indica que las enzimas de la matriz extracelular desempeñan un papel en la formación de la memoria. La doxiciclina es un potente inhibidor de la metaloproteinasa-9 y otras metaloproteinasas.

"Nuestros resultados apoyan esta teoría, abriendo una interesante vía de investigación que podría ayudarnos a encontrar tratamientos para el trastorno de estrés postraumático", manifestó el Dr. Bach a Medscape Noticias Médicas.

El estudio fue publicado en versión electrónica el 4 de abril en Molecular Psychiatry.

Menor respuesta al miedo

El ensayo doble ciego controlado con placebo incluyó a 76 voluntarios sanos. En la primera sesión se les administró doxiciclina o placebo, y se les enseñó a asociar un color con una descarga eléctrica. Una semana después se les mostraron los mismos colores acompañados por un sonido fuerte, pero sin descarga eléctrica.

Las respuestas al miedo se midieron registrando el número de veces que los participantes parpadeaban, ya que el parpadeo es una respuesta instintiva a las amenazas repentinas. El resultado se calculó restando la respuesta de sobresalto basal de la respuesta al sonido cuando se mostró el color ‘amenazante’.

Según los investigadores, la reacción al miedo fue 60% menor de manera estadísticamente significativa en los pacientes que recibieron doxiciclina en la primera sesión, en comparación con los que recibieron placebo, lo que sugiere que la memoria del miedo fue significativamente suprimida por el antibiótico. Otras medidas cognitivas, incluyendo la memoria sensorial y la atención, no fueron afectadas.

"En nuestro estudio, los voluntarios sanos recibieron doxiciclina antes de formar los recuerdos negativos. Por supuesto, sería difícil tomar un medicamento antes de un evento impactante para prevenir el trastorno de estrés postraumático, porque pocas veces sabemos cuándo ocurrirá", señaló el Dr. Bach.

"Sin embargo, existe evidencia creciente de que los recuerdos y las asociaciones de las personas pueden ser cambiados después del evento. La idea es que cuando la gente imagina activamente eventos negativos previos, esto hace que la memoria sea frágil y que, para persistir, deba estabilizarse mediante un proceso llamado reconsolidación. Próximamente realizaremos pruebas en voluntarios sanos para observar si la doxiciclina impacta también en la reconsolidación de las memorias negativas.

"Si nuestro próximo estudio sobre la reconsolidación es exitoso, esperamos realizar ensayos clínicos dentro de los próximos dos años", agregó el Dr. Bach.

Investigación prometedora

Steven Thorp, PhD, de la California School of Professional Psychology de San Francisco, Estados Unidos, expresó a Medscape Noticias Médicas que se ha generado una "oleada de interés por descubrir diferentes agentes farmacológicos para interrumpir la consolidación de la memoria en los últimos años, y considero que esta es una línea de investigación prometedora".

"La mayor parte del trabajo que he visto se relaciona con la manera en que los medicamentos para el dolor pueden hacer que los recuerdos sean menos evidentes, ya que el dolor extremo hace que la consolidación sea más fuerte", señaló el Dr. Thorp, añadiendo que el estudio actual "parece muy razonable, la metodología se ha utilizado en muchos otros ensayos, los sujetos fueron aleatorizados, y el tamaño de la muestra parece adecuado. Como señalan los autores, estos son voluntarios sanos y no una muestra clínica, pero estos resultados requieren de investigación adicional".

El Dr. Thorp concuerda con los autores en que el uso de fármacos para prevenir el trastorno por estrés postraumático será un desafío, pero que hay casos en los que una droga de este tipo, si prueba su efectividad en ensayos clínicos, podría utilizarse de manera proactiva.

Además, explicó que: "Muchas profesiones implican tareas que tienen un alto riesgo de llevar a eventos traumáticos a las personas que las realizan, quienes laboran en situaciones de emergencia, como policías, bomberos, paramédicos, trabajadores de la morgue y personal de combate militar".

"Dependiendo de la ventana de efectividad clínica, es decir, en cuántas horas antes y después de un evento la consolidación de la memoria podría interrumpirse, un agente químico podría ser administrado para prevenir el trastorno por estrés postraumático antes de una operación planificada, rescate, batalla, etcétera, o inmediatamente después de tal evento", concluyó el Dr. Thorp.

La investigación fue apoyada por la Swiss National Science Foundation, the University of Zurich, and the Wellcome Trust Center for Neuroimaging. Los autores han declarado no tener ningún conflicto de interés económico pertinente.

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