Las nuevas políticas de ingreso a Estados Unidos podrían afectar a la comunidad médica hispanohablante

Lucina Melesio

14 de febrero de 2017

La comunidad médica hispanohablante también podría verse afectada en la forma en que sus miembros ingresan a los Estados Unidos, tanto por la orden ejecutiva[1] que el presidente Donald Trump firmó el 27 de enero para modificar las políticas de ingreso a su país, como por nuevas propuestas de ley de algunos grupos parlamentarios.

La orden ejecutiva puede afectar a otros países

La orden ejecutiva –coloquialmente conocida en los medios como "veto musulmán" porque prohíbe la entrada al país a ciudadanos de siete países predominantemente musulmanes que son Irán, Irak, Siria, Yemen, Somalia, Libia y Sudán– otorga un margen para crecer su lista de países. En la sección 3f), el texto de la orden señala que después de 60 días "el Secretario de Estado o el Secretario de Seguridad Nacional podrán presentar al Presidente los nombres de otros países recomendados para un trato similar".

Dicho trato contempla no sólo la suspensión del programa de admisión de refugiados de ciudadanos de cualquier país y la interrupción de emisión de nuevas visas para los ciudadanos de los siete países mencionados, sino que también revoca las visas vigentes de éstos, incluyendo las de residentes permanentes – las únicas visas no afectadas son las diplomáticas. La orden también les otorga un margen de discrecionalidad a los Secretarios de Estado y al de Seguridad Nacional para hacer excepciones "caso por caso" cuando se trate de asuntos de interés de seguridad nacional, por que sí existe alguna posibilidad de hacer algunas excepciones.

"Cuando escuché la noticia, aunque a mí no me afectaba [por ya ser ciudadana de Estados Unidos], le dije a un colega que jamás me había sentido discriminada sino hasta ahora", dijo a Medscape en Español Sharareh Koufigar, física médica iraní egresada de la Universidad de Columbia.

Aunque la orden por el momento se encuentra suspendida tras el fallo de un juez de Seattle, el equipo presidencial está considerando – entre varias opciones posibles[2] –llevar el caso a la Suprema Corte para restablecer la orden o bien emitir una nueva a inicios de esta semana, según reportó la BBC.[3]

Sin embargo, la orden ejecutiva no es la única medida que podría afectar el ingreso al país. Desde enero hay grupos parlamentarios en Iowa[4] y California[5] que proponen iniciativas de ley para restringir la emisión de visas para profesionales altamente calificados (como las visas H1 y L1) como las que frecuentemente se usan para emplear a profesionales médicos. A grandes rasgos, las iniciativas proponen elevar los requisitos para demostrar que un profesionista es en verdad altamente calificado y elevar los sueldos que éstos reciben para reducir la ventaja salarial que tienen sobre sus colegas estadounidenses mejor pagados.

La comunidad médica latinoamericana

Los profesionistas médicos que ingresan a Estados Unidos lo hacen mediante diversos tipos de visa, con autorización de estancia tanto temporal como permanente.

Además de las vías disponibles para cualquier tipo de inmigrante (ser recibidos permanentemente por la lazos familiares o razones humanitarias), hay otras categorías comunes.

Las visas B1/B2 permiten el ingreso para actividades de turismo y de negocios como ir a reuniones académicas y congresos; las visas F1 de estudiante; las visas J1 son para visitantes de intercambio, investigadores y profesores (por ejemplo, que participan en programas de intercambio académico o cultural con el gobierno); las visas O1 son para personas de talentos o logros extraordinarios; y las visas H, para profesionistas.

Dentro de la categoría H están los H1B (de ocupaciones especiales), H2B (trabajadores no agricultores), H3 (para entrenamiento) y las TN, que son para profesionistas mexicanos y canadienses por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

Además de las iniciativas de ley propuestas por los grupos parlamentarios para modificar las visas H, la categoría de visas TN podría verse afectada en caso de que la nueva administración de Estados Unidos modifique o termine el TLCAN. Pero:

"El papel de los profesionales de la salud canalizados por este medio [el TLCAN] ha sido muy limitado, cuando hubiera podido capitalizarse en el caso de México. Pero no ha sido el caso", dijo a Medscape en Español Rolando Castillo, fundador de COPHYLA, una organización sin fines de lucro que ayuda a profesionistas médicos de Latinoamérica a ejercer su profesión en California. "Esto siempre nos ha preocupado, porque cada quien busca sus propios medios para llegar aquí", por lo que Castillo consideró que de cancelarse este tipo de visas no se verían cambios significativos para la comunidad médica mexicana.

Pero hay particularidades dependiendo de cada país.

Chile y España forman parte del Programa de Exención de Visa que permite a los nacionales de los países participantes designados viajar a los Estados Unidos por turismo y/o negocios (categoría de visa B) por hasta 90 días sin obtención de visa.[6]

Cuba, con quien recientemente Estados Unidos ha procurado normalizar las políticas migratorias, incluyendo el programa que se tenía para médicos que ha sido suspendido.[7]

También existen restricciones para que los profesionistas regresen a sus países dentro de las categorías establecidas. Por ejemplo, muchos doctores con grados extranjeros completan sus residencias médicas por medio de visas J1, las cuales requieren que estos profesionistas regresen a su país por dos años al terminar su programa. Sin embargo, si el médico demuestra que su trabajo se necesita para cubrir comunidades desfavorecidas donde hacen falta médicos calificados es posible recibir una exención de este requisito para solicitar una visa H1B.[8]

Pero a pesar de la variedad de opciones, son varios los médicos que ingresan al país de diferentes formas para ejercer su profesión y que se regularizan posteriormente. De hecho, según Castillo incluyen la mayoría de los casos, agregando que: "Nosotros como consorcio hemos atestiguado un nivel extremadamente bajo, particularmente de médicos, que optan por perseguir estas visas especiales como la J1 o la H1B. La mayor parte de los casos porque no conocen esta información y encuentran otros medios para viajar; o muchos no saben que pueden tomar los exámenes, como el USMLE, en las embajadas de Estados Unidos de sus propios países" y con ello conseguir patrocinio para ingresar al país a ejercer.

Castillo relata que es común encontrar médicos de Latinoamérica que están trabajando de forma sobrecalificada como taxistas o trabajadores del campo. Ante la escasez de médicos (especialmente de médicos hispanohablantes) hay organizaciones como COPHYLA, y otros programas que ayudan a que estos médicos puedan ejercer su profesión sin importar su situación migratoria. Por ejemplo, la ley SB-1159 de California[9] permite que algunos profesionistas –incluyendo los médicos– puedan obtener sus certificaciones y licencias profesionales para ejercer su profesión utilizando un número de identificación de contribuyente de impuestos individual (ITIN, que cualquier persona puede solicitar) o un número de seguridad social (SSN).

Se necesitan médicos latinoamericanos en Estados Unidos

Según datos de 2010 del grupo Migration Policy Institute,[10] 16% de los trabajadores en ocupaciones relacionadas con la salud de los Estados Unidos son nacidos en el extranjero (1,8 millones del total de 11,1 millones de trabajadores con ocupaciones en áreas de la salud). Pero en el caso de ocupaciones de médicos y cirujanos, el porcentaje es aún mayor: 27% del total de 853.000 médicos y cirujanos en Estados Unidos son nacidos en el extranjero (la cifra es uno de cada tres­).

De hecho, para estas ocupaciones la mayor parte los trabajadores nacidos en el extranjero son de Asia (41%), seguido de Latinoamérica (18%) y el Caribe (17%). Los médicos y cirujanos son de Asia, América del Norte y Oceanía, mientras que más de una tercera parte de los inmigrantes de Latinoamérica (37%) trabajan en las áreas de enfermería, psiquiatría o cuidados domiciliarios.  Es por ello que Castillo señala que hay una desproporción importante en la representación de médicos de Latinoamérica en comparación con su representación en la población general del país, pues señala que solamente alrededor de 4% de los médicos en el país son de ascendencia latinoamericana, a pesar de que los hispanos son un grupo poblacional mayoritario en el país (poco más de 16% de la población del país y cerca del 38% en California según el censo de 2010).[11]

"Se necesitan más médicos hispanos", dice Castillo, agregando que "muchos de los pacientes latinos prefieren atenderse con ellos", considerando su afinidad cultural y el idioma que comparten, el español es la lengua más hablada en Estados Unidos después del inglés.

Más médicos extranjeros para beneficio de Estados Unidos

Pero no sólo se necesitan más médicos latinos, sino que se necesitan más médicos en general. No es fortuito que uno de cada tres médicos sea nacido en el extranjero: Estados Unidos no produce suficientes médicos para satisfacer la demanda.

Según un reporte de la Association of American Medical Colleges (AAMC) publicado en 2016,[12]  hay un déficit de más de 8.000 médicos generales y estima que la cifra aumentará hasta tener un déficit total de médicos de cerca de 95.000 hacia el año 2025.

Además de la falta de médicos para cubrir las demandas del país, hay argumentos relacionados con el cuidado. Un estudio publicado en enero[13]  sugiere que los médicos que han sido entrenados en el extranjero brindan mejores cuidados a sus pacientes que los egresados de las universidades de Estados Unidos (por lo menos en el caso de los pacientes con Medicare) dado que los pacientes tratados por los primeros tienen una mortalidad menor (11,2% frente a 11,6%).

Ante la pregunta sobre la importancia de esta aparentemente pequeña diferencia porcentual, Yusuke Tsugawua, investigador de Harvard Global Health Institute y autor del estudio, dijo a Medscape en Español: "Nuestros hallazgos sugieren que de cada 250 pacientes que reciben tratamiento de un médico extranjero, la vida de un paciente se salva debido a la atención de alta calidad que reciben –suponiendo que la relación es causal".

"Planteándolo de otra manera: la diferencia en la mortalidad es aproximadamente del mismo tamaño que la mejora en la mortalidad experimentada en los Estados Unidos en los últimos 10 años, considerada como una consecuencia combinada del desarrollo de nuevos fármacos y dispositivos médicos, lineamientos clínicos y esfuerzos de seguridad".

"Nuestros resultados sugieren que Estados Unidos está permitiendo que los mejores y más brillantes vengan a practicar medicina y elevando el estándar, y creo que es por eso que los egresados del extranjero presentan mejores resultados", expresó el Dr.  Tsugawa.

"Los graduados internacionales son vitales para proporcionar atención médica en los Estados Unidos, y las políticas que desalientan a los médicos de otros países de querer practicar en los Estados Unidos tendrán consecuencias no deseadas para la salud del pueblo estadounidense, especialmente para aquellos que viven en áreas tradicionalmente desatendidas", advirtió Tsugawa en un artículo que escribió en Harvard Business Review tras la noticia del veto musulmán.[14]

También en relación al veto, "la comunidad científica es global y si nos cortamos –  aun parcialmente –  de la circulación global de cerebros que ocurre ahora, eso va a ser un gran detrimento para el progreso científico de Estados Unidos", dijo a Medscape en Español Albert Teich, investigador de Ciencia, Tecnología y Asuntos Internacionales en la George Washington University, experto en políticas de migración y visas en estas áreas.

"Pero por lo menos algunas de las personas que estarán en el gabinete del presidente saben algo de relaciones internacionales y tienen un entendimiento de cómo funcionan, y aunque creo que el presidente Trump no lo tiene y no parece tener inclinaciones para aprender, tengo esperanzas en que las personas que está eligiendo para estos cargos contrarrestarán o por lo menos moderarán sus impulsos" agregó Teich; "…. aunque es tan impredecible que es imposible saberlo", concluyó.

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